Comandos en acción.

Mando de Operaciones Especiales (MOE)

Las tres unidades españolas de operaciones especiales acreditan su preparación y eficacia en diferentes misiones internacionales mientras se preparan para actuar bajo un mando conjunto a partir de 2015. Procedan hacia la zona del Corral del Alpargatero. Avisan de posible presencia de insurgentes activos en el tráfico ilícito de armas. Con este escueto mensaje el capitán del Equipo de Movilidad se comunica con sus hombres, para que se dirijan al punto señalado con sus todoterreno 4x4 VAMTAC fuertemente artillados y blindados. Personal y vehículos proceden del GOE Caballero Legionario Maderal Oleaga XIX y están inmersos en el ejercicio Mobility 2014, uno de los que periódicamente realizan los miembros del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra para mantener las señas de identidad de su especialidad: capacidad de proyección, alta movilidad y notable discreción. 

Fitxer:EZAPAC.svg
 Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC)

Algunos de estos militares habían regresado solo unos días antes de Níger, donde participaron en los ejercicios Flintlock 2014, liderados por el Mando para África de los EEUU (AFRI - COM). Junto al personal del MOE, el equipo español estaba formado por miembros del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada. Son los tres núcleos de «boinas verdes» organizados en el seno de las Fuerzas Armadas españolas para dar respuesta a la necesidad de contar con unas tropas de élite «diseñadas, organizadas, adiestradas y equipadas tal y como las define uno de los manuales de la especialidad para alcanzar objetivos de gran valor en áreas sensibles u hostiles mediante el empleo de medios y tácti cas no convencionales e innovadoras». 

Misiones internacionales 
En Níger pusieron en práctica uno de los cometidos que con más frecuencia están desarrollando los equipos de operaciones especiales en los últimos años, y que consiste en servir de instructores de contingentes de países aliados o amigos. Así lo hicieron también en Afganistán, y es lo que vienen haciendo desde hace un año los instructores del MOE en la misión de la Unión Europea en Malí: adiestrar a las tropas locales para que puedan enfrentarse por sí mismas a las fuerzas yihadistas que amenazan el norte del país. Este mes de mayo, los «boinas verdes» desplegarán en un nuevo escenario: la República Cen troafricana. Será la primera vez que una fuerza española lidere las operaciones especiales de una misión en el marco de una estructura multinacional, en este caso EUFOR RCA, el contingente de la Unión Europea que tratará de detener la crisis humanitaria e impedir que la inestabilidad del país se extienda a toda la región. 

Emblem of the Spanish Naval Special Warfare Force.svg
Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE)

En esta nueva misión también podrán contribuir a la formación de las fuerzas locales y de la Unión Africana, pero sus cometidos principales serán otros: obtener información detallada y actualizada del área de operaciones y estar a disposición del comandante de EUFOR para responder a situaciones que requieran una acción rápida y selectiva para restablecer la seguridad. Estas misiones, llamadas de reconocimiento especial y acción directa, se ponen continuamente en práctica con ejercicios como el citado Mobility 2014, desarrollado el pasado marzo en el CENAT de San Gregorio (Zaragoza). Cuando se trata de misiones de reconocimiento se recurre a patrullas de pequeña entidad que se sitúan en uno o varios lugares para, sin que su presencia sea advertida, vigilar, tomar datos e imágenes, observar y enviar en tiempo real la información a los órganos de mando para su aprovechamiento inmediato. Si son requeridos para efectuar misiones de acción directa se constituyen Equipos Operativos (EO’s): patrullas de combate que se desplazan a puntos situados incluso tras las líneas enemigas para destruir objetivos puntuales, capturar a determinadas personas, señalar objetivos para atacarlos usando armas de precisión o propiciar el rescate de rehenes. 

Preparación intensa 
Son acciones que, en general, se caracterizan por una duración limitada, por el hecho de que aquellos que las realizan suelen actuar de forma autónoma, y porque la rentabilidad militar que se obtiene es muy elevada debido a su contrastada eficiencia combativa. Para asumir estos cometidos los «boinas verdes» se someten a una preparación muy selectiva e intensa, que sólo unos pocos aspirantes superan. Además de una gran resistencia física y psicológica, se les exige el dominio de una amplia variedad de técnicas que incluyen el uso de armas en condiciones dinámicas, esquí, escalada, movimientos nocturnos con helicópteros, artes marciales, supervivencia, manejo de radios y equipos informáticos complejos o combate en el medio acuático, entre otras habilidades. Están habituados a vivir en plena naturaleza, donde se entrenan al menos diez días al mes adaptándose al frío, la lluvia, la nieve, a dormir a la intemperie y a caminar en la oscuridad campo a través por barrancos y montañas. Y, si es necesario, subsisten con recursos naturales como una parte más de su adiestramiento.

De las tres unidades españolas de operaciones especiales, la del Ejército de Tierra, el MOE, es la que tiene mayor entidad, pues cuenta con unos 800 efectivos. Más de la mitad están adscritos a sus tres Grupos de Operaciones Especiales (GOE): el Valencia III, el Tercio del Ampurdán IV y el Caballero Legionario Maderal Oleaga XIX. Las diferentes compañías de los GOE tienen un comandante como máximo responsable y media docena de equipos operativos (EO ́s), cada uno de ellos a cargo de un capitán y articulados en dos equipos básicos de ocho efectivos. Cada uno de sus componentes está especializado en una o más tareas (armamento, primeros auxilios, explosivos, inteligencia, navegación, transmisiones, observador de fuegos aéreos, etcétera). Además, cuentan con un equipo de tiradores de precisión que reúne a los especialistas en el manejo de armas largas capaces de batir objetivos situados a grandes distancias. El dominio del paracaidismo es otra de sus cualidades: algunos de estos equipos llevan tiempo preparándose en el salto manual y en la adquisición de la especialidad HALO/ HAHO que permite realizar planeos desde el punto de salto, a gran altura, y obtener así una mayor discreción. 

Zapadores Paracaidistas 
Durante nueve años intensos, unos «comandos» españoles han cubierto nada menos que 42 rotaciones en Afganistán. Eran integrantes del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire y tenían a su cargo dos cometidos básicos: uno, el Control Aéreo Táctico (TACP, Tactical Air Control Party ) para la conducción de los aviones aliados en las misiones de apoyo aéreo cercano; otro dar seguridad a las tripulaciones de los helicópteros AS-332 Super Puma de evacuación sanitaria del destacamento HELISAF. Se trata de dos actuaciones clásicas de estos «guerrilleros», especializados en la vertiente aérea de las operaciones especiales. Sus miembros son expertos en cometidos como los de guiado terminal de armamento, reconocimiento de objetivos para valorar los efectos de un ataque, obtención de inteligencia en territorio hostil, apoyo a los lanzamientos de personal y cargas y a las tomas de aeronaves en pistas no preparadas y recuperación de pilotos caídos o tripulaciones accidentadas en zona enemiga, entre otras acciones que complementan con cursos de supervivencia o con apoyos a otras unidades.

Localizado en la base aérea de Alcantarilla, en Murcia, el escuadrón se compone de casi 300 efectivos, de los que un porcentaje muy alto son cabos y suboficiales con una dilatada experiencia profesional. El EZAPAC se articula en diversas escuadrillas; la de Instrucción se centra en la formación de los recién llegados, la de Apoyo Operativo tiene un carácter más técnico y da cobertura a las comunicaciones, armamento, taller general, sanidad, automóviles o la sala de plegados, que es donde se efectúan las labores de montaje, plegado y verificación de los centenares de paracaídas automáticos y manuales que tienen a su cargo. La Escuadrilla de Fuerzas Especiales es la que aporta la capacidad propiamente de combate. Se distribuyen en Equipos Operativos, y cada uno de sus integrantes tiene una especialización principal y otra secundaria. Dos de ellos, por ejemplo, están especializados en el empleo de armas largas especiales para constituir un binomio de tiradores de precisión. 

Guerra naval especial 
El tercer elemento de operaciones especiales de las Fuerzas Armadas españolas es el que organizó en 2009 la Armada tras disolver las dos unidades de la especialidad que tenía constituidas hasta entonces: la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) de la Brigada de Infantería de Marina y la Unidad Especial de Buceadores de Combate (UEBC) Comandante Gorordo. Los efectivos de ambas fueron en parte usados para formar la Fuerza de Guerra Naval Especial que tiene su base en las instalaciones de la Estación Naval de la Algameca (Cartagena). Sus miembros, un centenar y medio, proceden tanto de la Infantería de Marina como del Cuerpo General, y su orgánica se sustenta en elementos de mando y control, de apoyo al combate (que incluyen núcleos especializados en comunicaciones, buceo y abordaje, paracaidismo o el manejo de las potentes embarcaciones que usan en algunos de sus asaltos navales), y de apoyo de servicios de combate, donde se conjugan tareas que van desde el mantenimiento de armas y material al aprovisionamiento o el transporte. 

Su dilatado historial en apoyo a operaciones anfibias o en cometidos relacionados con el entorno naval y costero, les lleva a estar capacitados para realizar misiones de interdicción marítima en las que se prevea una posible respuesta armada, liberación de rehenes en plataformas petrolíferas o buques, reconocimientos en aguas poco profundas (especialmente antes de un asalto anfibio), demoliciones submarinas o destrucción de determinadas instalaciones de alto valor. También son especialistas en la adquisición de blancos y conducción de fuego para que, tanto los aviones como la artillería terrestre o naval, consigan la mejor precisión en sus impactos. Su programa de entrenamiento incide en este tipo de acciones y en aquellas que implican el uso de lanchas rápidas y helicópteros para efectuar inserciones y extracciones. Algunos miembros de la unidad reciben una formación específica como tiradores selectos; otros, en el uso de equipos de guiado terminal láser, y algunos como expertos buceadores, capaces de operar con equipos de circuito cerrado que no emiten burbujas que delaten su presencia. 

Mando conjunto 
Aunque los niveles de preparación y eficacia operativa de nuestras fuerzas de operaciones especiales están demostrados y son ampliamente reconocidos en el ámbito internacional, las Fuerzas Armadas españolas carecen, de momento, de una estructura de mando y control conjunta. Para resolver esta carencia, el JEMAD ordenó la creación de un Núcleo Coordinador de Operaciones Especiales (NCOE) a nivel nacional, formado por personal del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. Dicho núcleo se constituyó en julio de 2013 y está integrado en el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa. El Núcleo Coordinador es el embrión del futuro 

Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE), que deberá estar constituido en 2015 y cuya misión será la asunción de todos los cometidos referentes a esta especialidad en el ámbito conjunto. El Mando estará capacitado para la conducción, planeamiento y seguimiento de este tipo de operaciones y, además de fomentar la acción conjunta entre las unidades del MOE, el EZAPAC y la FGNE, tanto en lo relativo a material como en procedimientos, servirá para integrar sus capacidades, es decir, lograr la interoperabilidad entre los «boinas verdes» y los medios aéreos y navales que precisan para el desarrollo de sus misiones.
Puedes seguirme a traves de mis paginas Twitter y Facebook   

Comentarios