Cómo solucionar la deuda de Defensa.



¿Qué es la ‘deuda de Defensa’?
Se llama ‘deuda de Defensa’ a la que tiene este Ministerio con los fabricantes de armamento y material que compromete pagos por importe de unos 29.494 millones de euros. Para que las empresas pudieran empezar a fabricar, recibieron del Ministerio de Industria préstamos sin intereses por unos 15.000 millones de euros, que irían devolviendo con lo que Defensa fuera pagándoles al recibir los materiales. 

¿Es una ‘deuda de Defensa’ o de todo el Estado?
Los compromisos de pagos correspondientes a las compras de armamento, que en su mayoría son contratos internacionales, fueron aprobados en Consejo de Ministros. Para el general Pérez Muinelo, antiguo director general de Asuntos Económicos de Defensa, constituyen compromisos del Gobierno, en igual medida que el pago de los intereses de la deuda o de su vencimiento. Muinelo destaca que “la verdadera causa de la crisis ha sido la continuada y progresiva reducción de los recursos asignados al Ministerio de Defensa, que amenaza la viabilidad del modelo de Fuerzas Armadas consensuado”.

¿Podrían reconducirse los préstamos?
Hay antecedentes. Según el general Pérez Muinelo, el Programa Naval de la Armada se financió, en los años 70, con anticipos de tesorería que después Hacienda canceló. En los años 80, el programa naval y los F-18 se financiaron, en parte, con créditos a 10 años concedidos por el Gobierno de Estados Unidos. El Ministerio de Hacienda anticipó la amortización de estos créditos, lo que benefició a Defensa.

¿Cómo comenzó esta ‘deuda’?
Empezó a acumularse en 1997, con la aprobación por el Consejo de Ministros de la compra de las fragatas F-100 y del avión 'Eurofighter'. Estos programas fueron adoptados para modernizar las Fuerzas Armadas, equiparándolas a las de la OTAN, y para remediar la crisis que, en los años 90, obligó a las empresas del sector a reducir a la mitad su mano de obra. Los dos grandes partidos políticos, PP y PSOE, han estado involucrados en la gestión de los programas de armamento. Es cierto que la mayor parte de los contratos se aprobaron cuando gobernaba el Partido Popular, pero los compromisos internacionales que los originaron se habían asumido antes por gobiernos socialistas: el compromiso por el 'Eurofighter' se firmó en 1986; el acuerdo para fabricar el carro 'Leopard' fue de 1995; y España se adhirió al del avión 'A400M', inicialmente un programa OTAN, en los años 80.

¿Cómo se decidió contratar?
Cuando, a mediados de los 90, empezó a adquirirse el nuevo armamento, se optó por un tipo de pago, conocido como ‘modelo alemán’, de contrato público, que demora los pagos hasta la entrega final del producto y que estaba diseñado para la realización de obras públicas, como autopistas. Para España presentaba la ventaja de que, al financiarse los programas de armamento por el Ministerio de Industria, no se incurría en déficit al no contabilizarse como inversión, circunstancia clave en el proceso de incorporación al euro.  Además, permitía iniciar nuevos programas, dejando para el futuro sus pagos, sin que aumentase el presupuesto de Defensa porque lo hacía el del Ministerio de Industria, lo que políticamente resultaba menos polémico.

¿Eran los materiales que querían las Fuerzas Armadas?
En algunos casos, no. Por ejemplo, se podían haber adquirido aviones F-18 o 'Hércules' estadounidenses, pero eso hubiera sido dar la espalda a Europa y no propiciar la integración de la española CASA -Construcciones Aeronáuticas S.A.- en EADS, sin la que Sevilla no sería uno de los polos aeronáuticos más importantes de Europa. El Ejército de Tierra prefería helicópteros de ataque ‘Apache’ (EE.UU.) en lugar de los ‘Tigre’, pero ese contrato, junto con el del helicóptero NH, facilitó la instalación en Albacete de la tercera planta de Eurocopter, tras las establecidas en Francia y Alemania. La fabricación en España del carro 'Leopard' resultaba imprescindible para salvar a la empresa Santa Bárbara, aunque habría resultado mucho más económico adquirir alguno de los carros que el Ejército alemán estaba retirando de sus unidades.

¿Cómo se va a pagar hasta 2030?
El nuevo plan para pagar los programas de armamento dedica partidas de entre 800 y 1.000 millones de euros en 2013, 2014 y 2015, mientras que los pagos aumentarán progresivamente hasta alcanzar unos 2.000 millones de euros en el año 2020. Esta cifra se mantendrá estable entre 2020 y 2025, cuando el pago disminuirá a unos 1.500, para quedar en 1.300 millones de euros en el año 2029. Por último, en 2030, la fecha en la que concluye el plazo, Defensa planea destinar menos de 500 millones al pago.

¿Cuáles son las soluciones?
En el panorama actual, en el que el presupuesto de Defensa ha descendido casi un 30% en los últimos cinco años, es una utopía que el Ministerio pueda asumir el pago, antes de 2030, de los aproximadamente 23.000 millones de euros pendientes. Por eso, está buscando el procedimiento para que los 15.000 millones de euros aportados por Industria se contabilicen como pagos realizados. 

El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, dejó claras las intenciones de su Departamento en la comparecencia de mayo de 2013 para informar sobre la reprogramación en el Congreso de los Diputados, donde afirmó que convertir los préstamos en pagos definitivos es sólo un asunto contable en el que "seguro que los grupos parlamentarios buscarán fórmulas para apoyar al Gobierno". Argüelles explicó que es una opción que no representaría más déficit ni deuda y que no es un riesgo para la economía porque los créditos "ya están financiados e incluidos dentro de la contabilidad" del Estado. Además, aseguró que la cantidad que queda por "pagar o financiar con cargo a Defensa" son unos 8.000 millones. Otra solución sería aumentar el presupuesto anual que recibe el Ministerio de Defensa. Esto le permitiría no tener que recurrir, como ha hecho en 2012 y 2013, a los créditos extraordinarios del Gobierno.

Y… ¿Cómo está cada proyecto tras la reprogramación?
Los contratos iniciales de los 19 programas especiales de armamento ascendían a 23.969 millones de euros a pagar hasta 2025, un techo de gasto que el Gobierno elevó en 2009 hasta los 26.693 millones. El anterior secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, estimó, en septiembre de 2011, que los gastos se dispararían a una cifra indeterminada, entre 31.600 y 36.800 millones de euros. Las desviaciones responden a revisiones de precio, cambios de paridad en divisas o a la ampliación de seguros y garantías.

Desde su llegada al Ministerio, una de las prioridades del equipo de Pedro Morenés fue reducir esta factura. En mayo de 2013, el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, presentó en el Congreso el plan de “reconducción de los programas especiales de armamento”, que redujo el importe hasta los 29.479,06 millones de euros y aumentó el plazo para pagar hasta 2030. A cambio, Defensa renunció a 27 aviones 14 Eurofighter y 13 A400M, y a 23 helicópteros NH-90.

VEHÍCULO DE COMBATE PIZARRO

Defensa ha reducido de 190 hasta 117 el número de unidades, rebajando el contrato de los 949,95 previstos en diciembre de 2012 a los 786,95 millones de euros. A pesar de que se ha cancelado el pedido de 73 unidades casi el 40% de las iniciales, el ahorro es de 163 millones, un 17% del total previsto, porque a cambio se ha incluido el mantenimiento durante cinco años.

AVIÓN DE TRANSPORTE AIRBUS A400M

El plan establece que se necesitan sólo 14 de las 27 unidades que España ha pedido de este avión. Sin embargo, se mantiene el compromiso de compra y las 13 unidades sobrantes se pondrán a la venta. Defensa calcula un ahorro de 800 millones de euros por no mantener operativos estos 13 aviones y espera ingresar más de 1.500 por las exportaciones a otros países. El objetivo es llegar a 2.360 millones de euros de ahorro, un 40% del coste total del programa, cifrado, en diciembre de 2012, en 5.819,37 millones de euros.

HELICÓPTERO TIGRE

España renuncia a la actualización  a la versión HAD de ‘apoyo y destrucción’, con más blindaje y más potencia en el motor, de los seis helicópteros 'Tigre' de los que dispone en versión HAP de 'apoyo y protección'. Defensa podría buscar la venta de estas seis unidades cuando disponga de los helicópteros en versión HAD encargados, de los que se espera que las entregas finalicen en 2019. La renuncia a la mejora de las seis unidades supondrá un ahorro de 33 millones, por lo que el coste pasa de 1.548,03 millones a 1.515,03. 

HELICÓPTERO NH-90

El contrato se ha reducido desde las 45 unidades hasta las 22. Sin embargo, no supondrá una rebaja en el coste, que pasa de los 1.492,44 millones de euros previstos en 2012 a 1.682,44. La cancelación de la compra de 23 unidades supone un ahorro de unos 520 millones, a razón de 23 millones por helicóptero, pero el contrato se ha incrementado en 190 por la contratación de equipamiento adicional el sistema de armas y el sistema de navegación,  y por los costes de mantenimiento durante cinco años.

SUBMARINO S80

El programa del submarino S80 que contempla la adquisición de cuatro unidades con un coste de 2.135 millones de euros es el único gran proyecto que Defensa no ha reducido, por lo que no supondrá ningún ahorro. Los problemas de peso en su fabricación han generado un importante retraso en las entregas, que podrían comenzar en 2017. Este retraso obligará a realizar una profunda actualización para mantener operativo el submarino 'Tramontana', que supondrá un coste de alrededor de 30 millones de euros.

CAZA EUROFIGHTER

España no participará en la versión más moderna del programa del avión de caza europeo impulsado por un consorcio del que también forman parte Reino Unido, Alemania e Italia, por lo que el número de unidades que recibirá se reduce de los 87 aviones comprometidos inicialmente a 73. Además, disminuirá el número de unidades que se mantendrán totalmente operativas. El coste del programa pasa de 13.596,47 millones de euros a 10.629,86, casi tres mil millones de euros menos.

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