Cuando en octubre de 2009
el presidente Obama decidió desplegar el sistema de escudo antimisil en
el Mediterráneo, el Pentágono se puso a trabajar en el proyecto,
decidiendo finalmente que el mejor punto para situar a los navíos de la
US Navy encargados de cumplir la misión era España, y más concretamente
la Base Aeronaval de Rota (Cádiz). Con
la llegada del destructor estadounidense USS Donald Cook a la Base de
Rota el 11 de febrero se ponía en marcha, de forma ya práctica, el
inicio del despliegue del escudo antimisil, que protegerá a los países
del Sur de Europa, tal y como acordó la OTAN durante la cumbre celebrada
en Lisboa en 2010. Detrás de la llegada del navío quedaba un arduo
trabajo de planificación previo, que constó de una primera fase de
estudio y decisión para determinar dónde se debía basar la fuerza naval,
al que siguió una corta negociación con España para que ésta aceptase
su llegada y, posteriormente, para determinar los términos.
Estamos ante
un acuerdo histórico, en el que todo indica que ambas partes obtendrán
múltiples beneficios, en términos que van desde los políticos y de
defensa mutua, hablando en clave nacional, pasando por los económicos y
sociales, entrando ya más en el ámbito local. El citado USS
Donald Cook, un destructor de la US Navy dotado del sistema de combate
Aegis y modificado para tener la capacidad de disparo de los misiles
SM3, salió desde Norfolk (Virginia), el que hasta ese momento había sido
su puerto base, el pasado día 31 de enero. Tras una rápida travesía, el
navío, que puede alcanzar una velocidad de 30 nudos, hacía escala en
Funchal (Madeira-Portugal) el 7 de febrero, donde embarcó a un grupo de
periodistas acreditados por la OTAN. Durante la rueda de prensa en la
sede de la Alianza sita en Bruselas, previa al traslado aéreo de los
citados reporteros al puerto de embarque, se hizo público el anuncio de
mantenimiento de la oferta de cooperación que la OTAN realizó en su
momento a Rusia para colaborar en materia de defensa antimisil.
El momento es clave y se debe ver el ofrecimiento en el contexto de un intento de acercamiento en plena crisis con Moscú, por la postura de la Alianza, y la UE, de apoyar a la oposición ucraniana para derribar al presidente del país eslavo, Yanukovich, al que Rusia apoya abiertamente. Lo que sí queda claro es que el despliegue del escudo antimisiles es ya una realidad, con la llegada a Rota del destructor estadounidense, el primero de los 4 dotados con sistema defensa contra misiles balístico BMD (Ballistic Missile Defence), que protegerán el Sur de Europa y Turquía, que también solicitó su inclusión en el sistema de protección, y demás naciones aliadas y amigas de la Alianza.
UNA FLEXIBLE FUERZA PARA REALIZAR MÚLTIPLES MISIONES
Tras el USS Donald Cook, durante el próximo mes de junio llegará a la base del Sur de España el USS Ross, mientras que los otros 2 navíos, también de la clase Arleigh Burke, el USS Porter y USS Carney, lo harán en 2015. En total esta fuerza naval tendrá asignadas cerca de 1.300 personas, de las que la mayor parte son las dotaciones de los 4 destructores dotados de misiles, o DDG (Destroyer Guided Missiles), como los designa la US Navy, que duplicó la D para diferenciar a éstos de los de escolta (DE). Recordemos que los 3 primeros navíos citados tenían o tienen su puerto base en la citada Norfolk, mientras que el último tiene todavía sede en Mayport (Florida). Lo que la US Navy consigue basando la fuerza en Rota es evitar el largo tránsito del Atlántico, por lo que podrá tener permanentemente patrullando, al menos, 2 destructores, uno en el Mediterráneo Occidental y otro en su parte Oriental, quedando otro en reserva o para reforzar la fuerza, pudiendo permanecer el cuarto navío inmovilizado en los astilleros o el puerto, sujeto a tareas de mantenimiento.
Según comentó el almirante Bruce W. Clingan, jefe de las
fuerzas navales de Estados Unidos para Europa y África, acerca de la
posibilidad de contar con esta Fuerza Naval de Despliegue Avanzado, o
FDNF (Forward Deployed Naval Forces), contribuirá a mejorar la defensa
antimisil de nuestros aliados y amigos de la región. Esta
última afirmación deja claro que, aunque el despliegue se realiza en el
marco de la OTAN, Estados Unidos protegerán además a otros aliados,
entre los que estará sin duda Israel. El Estado judío es clave en la
defensa de occidente y, además, ha desarrollado su propio sistema BMD,
el Arrow, con apoyo técnico de empresas estadounidenses como Raytheon y
Lockheed Martin, que es la que desarrolló y fabrica el citado sistema
Aegis, con lo que se podría integrar con el que llevan los DDG. También
durante el acto de bienvenida del destructor a Rota, este marino comentó
que no se limitarán sólo a formar el componente naval del escudo
antimisiles, afirmando: También podrán reabastecer de combustible en
alta mar a helicópteros o servir como plataformas avanzadas para que
pueden operar RPV (Remotely Piloted Vehicles), con los que situarse en
las crisis concurrentes que caracterizan la región hoy en día.
Igualmente su superior político, que también estuvo allí presente, el secretario de la US Navy, Ray Mabus, refirió que la FDNF permitirá a Estados Unidos reforzar su capacidad de dirigir misiones de cooperación en materia de seguridad con socios y amigos de África y Oriente Medio. Lo que queda claro es que la posición de la base española es vital en términos de defensa en general, para cubrir tanto el Mediterráneo como el Sur de Europa, Oriente Próximo y el Norte de África. Este último escenario se ha convertido en uno de los más problemáticos, sobre todo tras la Primavera Árabe. Una de las consecuencias más nefastas del citado proceso político-social es el ascenso a cotas de poder y/o impunidad de grupos de extremistas/terroristas islámicos, como los que asesinaron en Bengasi (Libia) a cuatro funcionarios estadounidenses, incluido el Embajador americano en este país, el 11 de septiembre de 2012. Paralelamente se han incrementado amenazas como las del AQMI (Al Quaeda en el Magreb Islámico), especialmente en Mali, que fue precisamente una de las zonas calientes que mencionó el Presidente Obama durante su reciente discurso sobre el estado de la nación.
EL ESCUDO ANTIMISIL
Igualmente su superior político, que también estuvo allí presente, el secretario de la US Navy, Ray Mabus, refirió que la FDNF permitirá a Estados Unidos reforzar su capacidad de dirigir misiones de cooperación en materia de seguridad con socios y amigos de África y Oriente Medio. Lo que queda claro es que la posición de la base española es vital en términos de defensa en general, para cubrir tanto el Mediterráneo como el Sur de Europa, Oriente Próximo y el Norte de África. Este último escenario se ha convertido en uno de los más problemáticos, sobre todo tras la Primavera Árabe. Una de las consecuencias más nefastas del citado proceso político-social es el ascenso a cotas de poder y/o impunidad de grupos de extremistas/terroristas islámicos, como los que asesinaron en Bengasi (Libia) a cuatro funcionarios estadounidenses, incluido el Embajador americano en este país, el 11 de septiembre de 2012. Paralelamente se han incrementado amenazas como las del AQMI (Al Quaeda en el Magreb Islámico), especialmente en Mali, que fue precisamente una de las zonas calientes que mencionó el Presidente Obama durante su reciente discurso sobre el estado de la nación.
EL ESCUDO ANTIMISIL
Al amparo de los acuerdos adoptados en las cumbres de la OTAN en Lisboa (2010), que luego se precisarían en Chicago (2012), se puso en marcha la iniciativa y, el 5 de octubre de 2011, el entonces secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, anunciaba que la US Navy estacionaría 4 navíos dotados con el sistema Aegis en Rota. La idea era mantener en el Mediterráneo de forma permanente al menos 2 dotados con el referido sistema antimisil, con los cubrir esta zona, formando parte del escudo que está montando la Alianza, formando una pieza clave de la fase de adaptación y aproximación del plan European Phased Adaptive Approach (EPAA) en Europa del sistema BMD. En el fondo de la decisión está la creciente amenaza de la proliferación de misiles balísticos por parte de países como Irán y Corea del Norte, aunque también la puesta en marcha del EPAA es una excelente oportunidad para mejorar el adiestramiento conjunto y la interoperabilidad entre Estados Unidos y sus Aliados europeos de la OTAN. Estamos ante un acuerdo básico para poner en marcha el concepto de Defensa Inteligente, que fue una de las claves de la citada reunión de la Alianza celebrada en Chicago.
Mediante este concepto, los socios atlánticos intentan solventar
coordinadamente las dificultades económicas, que se han ensañado con los
presupuestos de Defensa, poniendo en común las capacidades militares
nacionales. Así, la presencia del escudo antimisiles permitirá acciones
concertadas bajo el paraguas de la OTAN. Buena prueba de esta
colaboración, ceñida a los actuales medios, se materializaba en enero de
2013, ante la petición de Turquía para proteger su territorio de
amenazas balísticas procedentes de Siria, con el despliegue de 6
baterías antimisiles del modelo Raytheon MIM-104 Patriot de los
ejércitos de Alemania, Estados Unidos y Holanda. En este caso, al igual
que se pretende con la EPAA, el contar con un material común y una
instrucción estándar permite realizar este tipo de despliegues
conjuntos. Así, los holandeses tienen 2 baterías en Adana, los alemanes 2
en Kahramanmaras y el US Army localiza las suyas en Gaziantep, una
fuerza conjunta que defiende una amplia zona fronteriza de Turquía con
Siria, en la que viven 3,5 millones de turcos. Volviendo al EPAA,
estamos ante un proyecto más complejo, que pasa por aprovechar las
tecnologías navales comentadas y suficientemente probadas, que serán
modificadas para poder ser usadas desde bases terrestres. La
siguiente fase del programa, que prevé la instalación de un radar en
Rumanía, también está en marcha.
Así, el pasado mes, se hacía público
que los primeros componentes del sistema Aegis-MBD, que son construidos
en la factoría que tiene Lockheed Martin en Moorestown (New Jersey),
están a punto de ser embarcados camino del Mar Negro. Estamos ante el
primer sistema Aegis que se instalará en tierra, incluyendo su sistema
de combate, el radar AN/TPY-2 (que se deriva del AN/SPY-1D que equipa
los citados DDG) y direcciones de control de fuego, un sistema que se
completará con la posterior instalación de lanzadores terrestres de
misiles SM-3 Block IB. Como punto de instalación se ha optado
por la localidad rumana de Deveselu, donde se ha acotado un área de 175
hectáreas, más unas 200 de protección adicional, donde se está
construyendo la nueva instalación. Según los actuales planes, a finales
del año 2015 los alrededor de 200 estadounidenses que allí estarán
destinados lo tendrán ya operativo. Respecto a la tercera fase del EFAA,
prevé la instalación en Polonia de un sistema similar, aunque más
avanzado, ya que lanzará los misiles Block IIA. Este proyecto contará
con una fuerte participación de la industria polaca, que ha puesto en
marcha un programa en el que, según fuentes estadounidenses, se podría
dar entrada a una serie de empresas europeas de Defensa, entre las que
estarían las españolas Indra y Sener.
ELIGIENDO UNA INSTALACIÓN EN EL MEDITERRÁNEO
ELIGIENDO UNA INSTALACIÓN EN EL MEDITERRÁNEO
Cuando el Pentágono se planteó dónde situar la fuerza de DDG, estudió las posibilidades de sus otras dos perlas (bases) en el Mediterráneo. Así, en lo que respecta a la de Sigonella, sita en Sicilia (Italia), aunque cuenta con un excelente aeródromo, su tamaño es bastante menor que la española, sobre todo a efectos de alojar familias. El otro punto clave es que no tiene un puerto en la instalación, al contrario que Rota, y, aunque en el cercano militar de Augusta, de la Marina Militare, los navíos asignados a la VI Flota de la US Navy que cubre el Mediterráneo tienen un acuerdo para recibir un pleno apoyo logístico, es mucho menos práctico que la instalación española. Igualmente en la de Souda Bay, sita en Creta (Grecia), el aeródromo está también separado del puerto de la Marina militar helena y su situación en el Mediterráneo Oriental queda lejos del Estrecho de Gibraltar. A la US Navy le queda claro que una base cerca de las Columnas de Hércules, además de ser llave de la entrada al Mediterráneo, permite mucho mejor intervenir en el Norte de África, utilizando como vía de acceso el Atlántico y, potencialmente, los territorios de naciones como Marruecos o Senegal, mucho más próximos a Washington que Argelia y Libia.
Finalmente, aunque no es oficial, también se debieron de estudiar algunas instalaciones del Reino Alauita, especialmente el nuevo puerto militar de Alcázar Segher (Castillo Pequeño), sito cerca de Ceuta, que acaba de declararse operativo, aunque con algunas deficiencias, como es su poco calado, que podría ser solucionado fácilmente con trabajos adicionales de dragado. En este caso pesa que es un país islámico, aunque muy amigo de Estados Unidos, lo que hace mucho más problemático que se alojen allí un gran número de familias de las fuerzas a desplegar. Rota era con mucho la opción más ventajosa, no sólo por sus excelentes instalaciones navales, cuyos muelles acaban de ser ampliados con fondos de la OTAN, sino sobre todo por su estratégica situación. Además de estar en la misma puerta de entrada al Mediterráneo, se sitúa a mitad de camino entre Estados Unidos y Oriente Próximo y con fácil acceso hacia África. Asimismo, en el mismo recinto aeronaval existe un excelente aeródromo perfectamente comunicado con el puerto mediante un ancho vial. Estar la FDNF en Rota ahorra además importantes costos, ya que realizar el despliegue usando las bases de la Costa Este de Estados Unidos requeriría, como mínimo, el concurso permanente de 2 DDG más, para cubrir los tránsitos por el Atlántico.
Otra de las bazas que ofreció España a Washington es el gran consenso político conseguido a favor de la presencia de la fuerza naval y otras unidades estadounidenses en el país. En este punto recordemos que fue el anterior presidente de Gobierno socialista, Rodríguez Zapatero, quién autorizó en octubre de 2011 el despliegue de la FDNF, tras informar y obtener el pleno acuerdo con el entonces líder de la oposición, el popular, Mariano Rajoy, al que las elecciones del mes siguiente convirtieron en su sustituto. La sintonía del PP y el PSOE, éstos últimos tras enmendar las políticas iniciales de Rodríguez Zapatero, en mantener la alianza con Estados Unidos se ponía de manifiesto al rechazar en bloque la propuesta de la Izquierda Plural, que pedía el bloqueo de la solicitud de Washington para ampliar el número de efectivos pertenecientes a su fuerza de respuesta para crisis en África (ver recuadro).
Con el paso de los años, afortunadamente la bandera política del antiamericanismo en España ha quedado reducida a grupos próximos a la extrema izquierda y a opciones antisistema. Según ordenó la US Navy, en mayo de 2013, la citada fuerza de DDG estará encuadrada en un escuadrón de destructores, el DESRON (Destroyer Squadron) 60, que depende de la VI Flota. Desde agosto de 2012, el Mando (Command) de la fuerza, o COMDESRON 60, lo ejerce el capitán de navío)John Esposito, que asumió el cargo en una ceremonia desarrollada en el Cuartel General de la VI Flota, sito en Nápoles (Italia), en presencia del entonces Jefe de ésta, el vicealmirante Frank C. Pandolfe.
UNA GRAN BAZA PARA ESPAÑA
Durante
la ceremonia de llegada del USS Donald Cook, un alto mando español
recordó que la cooperación y el adiestramiento conjunto es una de las
ventajas inmediatas para la Armada, además del impacto económico en la
región, que empieza con el contrato firmado con la empresa Navantia,
cifrado en unos 150 millones de euros, para que realice el mantenimiento
de los buques. Un total de unos 1.300 miembros de la US Navy,
desglosados en unos 1.265 marinos y 35 miembros del grupo de apoyo, más
unos 2.100 familiares, una vez completado el despliegue de los 4 DDG, se
instalarán en la Base Naval de Rota, lo que supondrá un coste anual
previsto por la US Navy de unos 100 millones de dólares. Estos militares
se sumarán a los 4.400 estadounidenses (entre militares y civiles) que
ya trabajan y residen en la base andaluza, aunque todavía quedará lejos
la cifra de las 11.000 personas que albergó Rota durante el momento
álgido de su empleo, allá por los años setenta.
La puesta en
servicio del novedoso sistema de combate integrado Aegis, que fabrica
Lockheed Martin, cuyo principal sensor es el radar AN/SPY-1D, se empezó a
gestar durante los años ochenta, cuando el presidente Reagan desarrolló
el sistema de defensa de la denominado Guerra de las Galaxias. Se
integró al principio en los grandes y costosos cruceros de la Clase
Ticonderoga, aunque enseguida una nueva Clase de destructores, los
Arleigh Burke, pudieron integrar el sistema. El nuevo diseño naval, que
desplaza unas 8.400 ton. y tiene una eslora de 154 m., se ha convertido
durante estas tres décadas en la espina dorsal de la US Navy.
Actualmente tiene un total de 62, estando previsto que los astilleros
estadounidenses entreguen los trece que completarán la Clase, en los
próximos años.
Obviamente, estamos ante un diseño en constante evolución, lo que ha permitido pasar de ser un buen DDG antiaéreo a un polivalente sistema con capacidad antimisil, una modernización que se está aplicando a varios de los navíos ya en servicio, como es el caso de los 4 que tendrán base en Rota. Habría que recordar que la empresa española Bazán (hoy Navantia) fue capaz de adaptar el sistema Aegis en un navío de diseño propio parecido, pero que desplaza solo 5.800 ton., lo que daría paso a las fragatas de la Clase Álvaro de Bazán, o F-100. En total la Armada española tiene actualmente 5 F-100, que pueden trabajar perfectamente con los citados DDG de la US Navy, dándoles, por ejemplo, escolta ante los peligrosos misiles antibuque ‘rozadores de olas’, cuando los navíos estadounidenses estuvieron centrados en las operaciones antimisil, tal y como nos comentó un experimentado almirante de la Armada. El principal sistema de armamento, tanto en los Arleigh Burke como en las F-100, son los misiles Raytheon de los modelos RIM-66 y RIM-162, que son disparados mediante un lanzador de 90 celdas (48 en las F-100), agrupadas en el sistema de lanzamiento vertical VLS (Vertical Launching System) MK-41, que se sitúa en la proa del navío, justo entre la pieza de artillería principal y el castillo de proa.
La espectacular evolución
de los misiles antiaéreos navales de Raytheon dio paso al RIM-161
Standard Missile 3 (SM-3), que actualmente ya utiliza, además de la US
Navy, Japón, cuya principal misión es la de interceptar misiles
balísticos de alcance intermedio. El sistema además tiene capacidad
antisatélite, al menos contra los que evolucionen en el extremo más
inferior de la órbita terrestre. Estamos ante un sistema
espectacular, con un alcance de 500 km., hablando de los de las primeras
versiones, RIM-161A/B y C, Bloque-I y, dado que no faltan los fondos,
la siguiente evolución, la D Bloque-II, triplicará esa capacidad.
Además, se desarrollará y fabricará una variante con base en tierra, que
irá sustituyendo también a los Patriot. Obviamente, cada nueva versión
que se integra necesita de unos complejos y costosos programas de
modificación del software del sistema Aegis, que, gracias a su
arquitectura abierta, hacen posible la modernización de los navíos
dotados con el sistema en un relativamente corto espacio de tiempo.
Según los informes preliminares presentados por la US Navy al Congreso
de Estados Unidos sobre su programa Aegis-MBD, el número de buques
dotados con esta tecnología pasará de 24 en 2011 a los 41 previstos para
el año fiscal 2018.
LOS MARINES EN MORÓN DE LA FRONTERA
LOS MARINES EN MORÓN DE LA FRONTERA
Paralelamente
al inició del despliegue de los DDG de la US Navy, el ministro de
Defensa de España, Pedro Morenés, recibía una carta del secretario de
ese Departamento de Estados Unidos, Chuck Hagel, en la que solicitaba
ampliar un año más la presencia de la denominada SP-MAGTF
(Special-Purpose Marine Air-Ground Task Force), la Fuerza de Tarea
Aire-Tierra de los Marines de Propósitos Especiales, que se utiliza
principalmente como elemento de respuesta anti crisis. Recordemos que
este elementos del USMC (United States Marine Corps) se desplegó a
finales de abril del año pasado en la Base Aérea de Morón de la
Frontera (Sevilla), que es la otra instalación de utilización conjunta
con las que cuenta Estados Unidos en España. Previamente,
el 19 de abril de 2013, el Consejo de Ministros del Reino de España
autorizó el despliegue provisional durante un año de esa fuerza,
compuesta de poco más de 500 miembros principalmente del USMC, aunque
también integra un pequeño número de efectivos de la US Navy y 8
aeronaves (6 convertibles MV-22B Osprey y 2 aviones de transporte y
reabastecimiento KC-130) en la base sevillana.
La presencia de la
Fuerza, que se sustenta en la aplicación del Convenio de Cooperación
para la Defensa entre España y Estados Unidos, tiene como misión
prioritaria evitar otro acto terrorista, como el que costó la vida al
Embajador Chris Stevens en Libia. Durante este último año, la
SP-MAGTF no ha parado en su actividad, tanto entrenándose con las tropas
españolas, como posicionándose en diferentes puntos de Europa y África.
Se ha de recordar que la inestabilidad en el Continente negro, lejos de
cesar, está en aumento y la actividad terrorista en el Sahel no ha
finalizado tras la intervención encabezada por Francia. La presencia de
Estados Unidos en la zona se refuerza con la instalación en una base en
Niamey (Niger) de una unidad de unos 100 militares estadounidenses, que
operan aviones no tripulados, o UAV (Unmanned Aerial Vehicle), armados
General Atomics MQ-1 Predator. Obviamente, y aunque oficialmente no se
ha dado la luz verde, todo indica que se autorizará la prórroga y una
ampliación de la fuerza del SP-MAGTF por parte del Gobierno de España.
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