¿Cuál es
la mayor preocupación del 'presidente' de una compañía con casi 122.000
empleados, más de 160.000 contando a los civiles que trabajan para el
Ministerio de Defensa-? Lo que más me importa es el equipo humano y las condiciones en las que realizan su vida y su trabajo.
- Dijo: “Una vida más fácil que la de ser ministro ya la tenía”. ¿Qué le impulsó a aceptar el cargo?
Me
impulsó el sentido del deber y la ilusión de servir a España. Y, en
general, la idea de servir al interés general, que llena mucho y que,
por supuesto, no lo entiendo como un sacrificio. Sacrificio es un
concepto que va conexo con casi todo en la vida que se quiere hacer
bien, requiere esfuerzo, dedicación, entrega, saber aceptar las
situaciones malas… pero tiene un extraordinario aliciente. Mi
vida anterior no era fácil, era dura también. Era una vida en la que me
iba bien económicamente y hacía cosas muy interesantes. Pero vine aquí
convencido de que tenía que venir y ... encantado de venir.
- ¿De qué tiene que defenderse España?
De
los riesgos que puedan afectar a su seguridad. Y los hay de todo tipo,
porque las amenazas al uso de los siglos pasados tienen otra forma, pero
siguen siendo tan virulentas, peligrosas y desestabilizadoras como
antes. Además, tiene que
defenderse de otro riesgo: el ciudadano de a pie no tiene una conciencia
de que existen esas amenazas y cree que la seguridad está garantizada
sin necesidad de hacer ningún esfuerzo.
- El cambio de Seguridad y Defensa por el de Seguridad Nacional, ¿es pura semántica o conlleva algo más?
No
es un cambio semántico. Estamos en un mundo de riesgos reales y
amenazas. Hablamos, por ejemplo, de un terrorismo internacional que
tiene acceso a armas de destrucción masiva y relaciones con el
narcotráfico; de ciberdefensa; de grandes procesos migratorios, etc.
La
seguridad se entendía antes como un elemento de política interior. Hoy,
el crimen organizado ha traspasado las fronteras y tiene que ver con
capacidades en las que la doctrina militar tiene mucho que decir. Como
ejemplo, la seguridad de Europa, estratégicamente hablando, empieza por
el Sur. Y hasta el año 1989 empezaba por el Este. Eso es lo que ha
cambiado el panorama.
- ¿España depende mucho de los demás?
Sí,
dependemos mucho de los demás y poco de nosotros mismos. Primero
tenemos que garantizar nuestra propia seguridad y, desde ahí, la de
nuestros países aliados. Ése es el cambio que el Gobierno ha procurado
dar a la visión de la Defensa en España. La mejor manera de ser
solidario es que cada uno sea responsable de uno mismo. A partir de ahí,
sin ser el eslabón más débil de la cadena, se contribuirá más o menos a
esta alianza. La petición permanente que hacemos y que nos hacen en los
foros internacionales en los que participamos es: “Sea usted capaz de
defenderse a sí mismo”.
- Estados Unidos es líder en seguridad. Si les exceptuamos, ¿qué otro país considera líder?
Estados
Unidos tiene aproximadamente el 45% del presupuesto mundial en Defensa y
una visión del mundo que está vinculada a la estabilidad mundial, como
generación de una sociedad avanzada con derechos y libertades, y a una
visión económica donde esa estabilidad genera riqueza, con los matices
que se pueden hacer y las evidentes injusticias que vemos en el mundo. Sin
embargo, hay otros países que empiezan abrirse al mundo, como China o
la India, y otros, como Brasil, México, Turquía, Rusia o Indonesia, que
empiezan a entrar en un mundo que estaba dominado por un poder
hegemónico y unipolar. El
Pacífico empieza a ser el futuro. Hay países que tienen 1.200-1.300
millones, 250 millones de habitantes… algo notable para Europa, en el
que el país más poblado, Alemania, tiene 80.
- ¿Qué papel jugará China en un futuro?
China
necesita del mundo para su comercio y para sus materias primas. Tiene
un poder económico extraordinario -ya es la segunda economía del mundo-
y, por lo tanto, tenemos que contar con ellos. Estados
Unidos y los países de Europa reducen sus presupuestos de Defensa,
mientras en otros países se incrementan. Es verdad que la diferencia
entre EE.UU. y el resto aún es considerable, pero los planes de
inversión de China, de Rusia, de India… ya apuntan a presupuestos de
Defensa de un poder extraordinario. Y al final, la capacidad de
contribuir a la estabilidad mundial es un activo de los países.
- ¿Podríamos vivir sin ejércitos?
Todavía no -contesta después de un largo silencio-
- ¿Y en un futuro?
Quizás...
Los ejércitos son la fuerza legítima de la sociedad, pero no creo que
la humanidad se haya desarrollado lo suficiente como para que se pueda
soñar con que se pueda vivir sin garantizar, con esta fuerza legítima,
los ataques de la fuerza ilegitima.
- ¿Qué peso tiene la política de Defensa para este Gobierno?
Es
una política de Estado. A veces se dice, y lo digo yo, que la inversión
en Defensa es menor que la que correspondería al PIB y al
reconocimiento internacional que tiene España. Es verdad que hay una
situación de menor inversión que las que tienen otros países de nuestro
entorno con los que nos comparamos en otros ámbitos. Pero, también es
verdad que la Defensa tiene, como cualquier otra actividad del Estado,
una responsabilidad solidaria con la situación económica de España. Por
eso, en 2012 y 2013, la Defensa, siendo una política esencial, ha
contribuido de manera importante a paliar o a tratar de remontar la
crisis a base de hacer sacrificios importantes.
- Con
los continuos recortes, ¿son capaces las Fuerzas Armadas de mantener el
mismo nivel de operatividad que el resto de los países de nuestro rango
y entorno?
Tenemos unos
recursos económicos limitados. No obstante, el Gobierno ha hecho
esfuerzos notabilísimos para sostener los grandes programas de armamento
y material, con los créditos extraordinarios de los años 2012 y 2013,
así como para participar en las operaciones en el exterior, que son
fundamentales para el adiestramiento de las Fuerzas Armadas.
Hay
dos elementos fundamentales que afectan a la eficacia de las Fuerzas
Armadas: la cantidad de recursos económicos que se invierten en Defensa y
los mecanismos en los que se pone ese dinero. Por eso, estamos fijando
nuestra atención en hacer las estructuras más eficientes para hacer más
con lo mismo o con lo que tengamos.
- Hay
aviones que no vuelan, barcos que no navegan y maniobras que no se
están haciendo por falta de recursos. ¿Qué tipo de Fuerzas Armadas
tendremos en unos años?
Yo
lo diría al revés: hay aviones que vuelan, barcos que navegan,
operaciones en el exterior y continuidad de programas industriales. Hay
que fijarse en la parte llena del vaso y esa parte, hoy, es suficiente
para hacer frente a los riesgos y a las amenazas que tenemos por la
proa, como dicen los marinos.
- Ceuta y Melilla no están contempladas en los planes de defensa de la OTAN. Si se vieran amenazadas, ¿estaría garantizada la defensa sólo con nuestros medios?
España es capaz de cumplir con su misión fundamental: defender el territorio nacional.
- ¿Podríamos?
Por supuesto que podríamos.
- A partir de 2015, ¿cómo ayudará España a Afganistán?
Hasta
que no se sepa cuál va a ser el rol de Estados Unidos, como líder
militar y político extranjero, el resto de aliados tendremos pendiente
nuestra decisión porque estar en Afganistán en solitario es inviable.
Tiene que ser la Comunidad Internacional la que se plantee una labor, a
partir de 2015, para garantizar el éxito que se ha conseguido. España
ha propuesto seguir en la base de Herat, al frente del aeropuerto, de
la seguridad y de la sanidad militar con el hospital 'ROLE 2', que
atiende tanto a las unidades militares extranjeras como a las
necesidades del pueblo afgano.
- ¿Cuándo está previsto que termine la misión en Líbano?
No
hay una fecha prevista para el fin de la misión en Líbano, en la que
redujimos a la mitad nuestros soldados a finales de 2012 -en la
actualidad hay unos 570-. Creo que la misión tendrá que tener un final,
pero, en este momento, ese final no se ve claro porque la crisis en
Siria está afectando a la seguridad en Líbano.
- ¿Se está estudiando una operación similar a ‘Atalanta’ -la misión de la Unión Europea contra la piratería en el Océano Índico- en el Golfo de Guinea?
No se está
estudiando con la especificidad con la que estamos desarrollando
Atalanta. En la UE y en la OTAN empieza a preocupar, de manera
importante, la situación en el Golfo de Guinea porque se están
produciendo actividades criminales que desestabilizan la zona y que
infectan a otras.
- ¿En qué situación se encuentra España en cuanto a la Ciberdefensa?
Es
gigantesca la cantidad de puertas que existen para entrar en
organizaciones esenciales que respaldan la estabilidad social. Nuestro
objetivo es garantizar la seguridad en el ámbito militar y contribuir,
desde esos conocimientos y organizaciones de trabajo, al resto de la
ciberseguridad en el Estado y en la sociedad.
- Para el Mando de Ciberdefensa, ¿se contratará personal civil especializado o hay militares con suficiente cualificación?
Contamos
con gente del ámbito civil, pero que proviene de compañías del ámbito
de la Defensa, como la empresa pública Ingeniería de Sistemas para la
Defensa de España -ISDEFE-, que nos están ayudando a avanzar en
conocimientos que luego vamos a desarrollar desde el ámbito puramente
militar. La contratación de gente
ajena puede conllevar problemas–aunque traidores pueden existir en
cualquier lugar si una persona que ha ocupado puestos clave de
seguridad deja la empresa. Eso no ocurre con los militares, con los que
tenemos una serie de garantías por su vinculación con una larga
carrera.
- ¿Cuál es la situación de la industria de Defensa en España?
Es
muy difícil que comencemos programas nuevos. Debemos hacer lo mismo que
con las Fuerzas Armadas, consolidar una industria de Defensa eficiente
que pueda complementar al cliente interno con la exportación. Y, para
ello, hay que tener tecnología punta, capacidad financiera y acción
comercial, tres soportes que son la base del futuro de la industria
española. Es muy importante la
labor de apoyo del Gobierno y hemos trabajado mucho para la
estructuración eficiente de la industria nacional. Creo que va a dar
buenos resultados, porque tenemos productos muy razonables y vamos cada
vez ganándonos más amigos en el exterior, a base de estar con ellos, de
escucharles y de dar la cara, en los problemas que ellos tienen. Y eso
funciona.
- Es posible un consorcio Indra-Navantia. ¿Qué fórmulas se barajan?
Una
empresa es privada -Indra- y la otra es pública -Navantia-. Pueden
encajar a través de estructuras de cooperación con el objetivo de
consolidar una industria nacional suficientemente integrada y con
capacidad de invertir en I+D. El
objetivo es desarrollar tecnologías, disponer de capacidad financiera
suficiente y tener una proyección comercial tan importante como la de
otros consorcios con los que estamos compitiendo. Y en eso estamos.
- ¿En qué áreas podríamos ser líderes en el futuro?
Participamos
en grandes proyectos de construcción naval, comunicaciones o radares,
pero tenemos que ser capaces de innovar y de adelantarnos a las
necesidades de los clientes, que, en el caso de esta industria, son las
Fuerzas Armadas. Lo más
importante es tener visión y trabajar. Y ser empresario, lo que
significa apostar por el servicio al cliente, que es como entiendo este
negocio. La cuenta de resultados es importantísima, pero dicha cuenta tiene que venir siempre porque se favorezca la cuenta de resultados del cliente.
- ¿Qué posibles compradores hay para el Príncipe de Asturias, los aviones Mirage o los carros Leopard?
La
venta del material que ya no es útil para nuestras Fuerzas Armadas es
un poco compleja porque hay que actuar con extremo cuidado en los
mercados de Defensa. Sobre todo, en el de material de segunda mano. Vender
unos 'Mirages', unos 'Leopardos' o el Príncipe de Asturias requiere un
proceso larguísimo porque tiene un concepto de equilibrio internacional.
No se le puede vender a un aliado algo que desestabilice la situación
con alguien que también puede ser tu aliado.
- Pero están poniendo mucho interés…
Estamos
buscando financiación extra para las Fuerzas Armadas, porque nos va a
permitir paliar una situación económica complicada. Si nos
desprendiésemos de activos -armamento, material o infraestructuras-
podríamos utilizar esos recursos, por ejemplo, para financiar nuevos
programas de armamento.
- ¿Por qué los niños en los colegios quieren ser policías o bomberos y rara vez militares?
Porque
se ha explicado poco la carrera militar y porque se ven pocas cosas en
televisión sobre la carrera militar. En Estados Unidos, Francia y el
Reino Unido, es lo contrario. El
servicio militar obligatorio ha pasado a la historia, ¿considera que
podría volverse a implantar en versión 'reducida'? En muchos países
ayuda a fortalecer la idea de nación y compromiso. Los
españoles siguen teniendo el derecho de hacer el servicio militar. Si
tuviésemos el número suficiente de voluntarios y voluntarias para
hacerlo, yo estaría encantado de que pudiésemos plantearlo. Ahora bien,
lo que no puede ser es un divertimento de fin de semana, para eso están
los ‘paintball’.
- Tres misiones que cumplir antes de irse...
Aumentar
la conciencia de Defensa; adecuar la estructura de las Fuerzas Armadas a
los riesgos a los que nos enfrentamos; y dejar unas condiciones
económicas que permitan tener unas capacidades militares acordes con el
nivel que tiene España en el mundo.
- ¿Cómo convencería a alguien para ser soldado?
Le
diría que es, si no la que más, una de las profesiones más honorables
que yo he conocido. Y, fundamentalmente, le explicaría que los militares
tienen un código de valores que es extraordinariamente valioso para la
vida civil.
- ¿Qué supone la unidad de España?
La
unidad de España es un bien de todos los españoles. Y hay que recordar
que es un asunto de todos, porque parece que los únicos que tienen que
preocuparse son los militares y los demás podemos irnos ‘de rositas’. La
no unidad de España es un mal porque nos arruinaríamos, nos iríamos a
hacer gárgaras.
- ¿Por quién se siente más arropado?
Por
quien me nombró, el presidente del Gobierno, y por el jefe supremo de
las Fuerzas Armadas, el Rey. Más que por mí, me siento arropado como
responsable de la política de Defensa por los dos responsables máximos.
Fuente: http://www.onemagazine.es/
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