Podemos quiere reformar el ejército: aconfesional y sin subordinación a los mandos.

Tras conocer el resultado de Podemos en las pasadas elecciones europeas, y pese a haber logrado batir todas las expectativas existentes al conseguir cinco escaños, el líder de esta formación, Pablo Iglesias, se mostró insatisfecho: “Hemos perdido estas elecciones europeas. El Partido Popular ha ganado”. En estas declaraciones se atisba su ambición: lograr escalar hasta La Moncloa. Con este objetivo en mente, algunas de las discusiones más recientes de los llamados círculos del partido han querido concretar a la hora de analizar qué reformas llevar a cabo en el caso de alcanzar la gestión estatal. Por eso varias de las propuestas que se están discutiendo este mes en la plataforma virtual del partido –más conocida como Plaza Podemos- giran en torno a las Fuerzas Armadas y qué hacer con ellas en caso de que Pablo Iglesias logre alcanzar la Presidencia de Gobierno. 

Las dos principales reformas tendrían que ver con la religión y con la exclusión de miembros. En primer término, el círculo de Podemos integrado por miembros del ejército ha planteado que se respete la aconfesionalidad del Estado y por lo tanto respetar así la libertad religiosa al mismo tiempo que las Fuerzas Armadas como entidad se desvinculan de cualquier ceremonia de esta índole. En segundo término, se pide la no exclusión de aspirantes a formar parte de la institución bien sea por cuestión de edad o discapacidad. Además, el círculo Podemos de las Fuerzas Armadas pide una serie de medidas adicionales para que prime la igualdad en el ejército español. A saber, y entre otras: la supresión de privilegios adjuntos al cargo, la implantación de nuevos códigos de respeto y la supresión de los roles de superioridad existentes entre los diferentes grados, además de la anulación de las oposiciones como requisito para validar un ascenso. 

También se pide la equiparación de los militares con los privilegios que disfrutan otros funcionarios estatales como la contabilidad de horas extra como tales y no como “necesidades del servicio” o la eliminación de la sanidad militar a favor de la civil. De momento, la mayoría de estas propuestas han sido bien acogidas por las bases de Podemos dado que muchos militantes han mostrado su satisfacción al ver que hay planteamientos concretos en torno a cuestiones clave, en lugar de un discurso abstracto y vago. Sin embargo, la propuesta de no tener que validar mediante oposición interna cada ascenso ha sido criticada al considerar, muchos afiliados, que es precisamente la oposición y no la antigüedad lo que debe suponer el mérito para ascender. Otros militantes han cuestionado directamente si es realmente necesario mantener el gasto que supone una buena parte del ejército, en lugar de suprimirlo directamente. (Jesús.R.G.)


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