El francotirador de Clint Eastwood no existe en España. “Nuestros especialistas no están orgullosos de sus muertes”.


Fotograma de la película 'American Sniper'
 
‘American Sniper’, un éxito de crítica y taquilla en Estados Unidos, llegará a los cines españoles este mes de febrero. El nuevo film dirigido por Clint Eastwood no está exento de polémica, ya que se ha abierto un debate ético sobre el papel de los francotiradores en una guerra. La película cuenta la historia de Christopher Scott Kyle, un tirador selecto de las unidades de operaciones especiales SEAL, que durante la invasión de Irak de 2003 y en años posteriores eliminó a 160 enemigos con su mira telescópica. Entre la población local se le llegó a conocer como ‘El demonio de Ramadi’. 

No hay equivalente en España 
Para militares españoles consultados por El Confidencial Digital, algunos de ellos con experiencia como tiradores selectos, la historia “es una ‘americanada’ que no tiene ningún equivalente en España” aseguran. En las Fuerzas Armadas españolas, indican, “no hay tradición ni posibilidad de contar las bajas, precisamente porque no está permitido confirmarlas”. 

Hacen referencia al sistema estadounidense, que contempla que tras una muerte de francotirador, un equipo de reconocimiento debe acercarse hasta el cadáver y confirmar que ha sido abatido por una bala del fusil de precisión. Si no hay confirmación, no hay muerte, “y por tanto, tampoco hay complemento económico” aseguran. Es decir, se contempla el pago por enemigos abatidos. Los tiradores selectos estadounidenses “pueden incluso recibir condecoraciones por su trabajo. 

Algo que no se verá en España”. 
Afganistán o la ‘batalla de Nayaf’ En la última década, los tiradores selectos de las unidades españolas han tenido que enfrentarse a varios episodios similares a los que se desarrollan en la película de Eastwood. Las fuentes militares consultadas por ECD hablan, por ejemplo, de la ‘batalla de Nayaf’, en Irak, donde los españoles resistieron al ataque del denominado Ejército de al-Mahdi a la base Al Andalus. Allí se registraron al menos 35 bajas enemigas, algunas de ellas atribuidas extraoficialmente a un tirador selecto español. U otros episodios en Afganistán, como el ataque contra un puesto avanzado en Ludina en el que murió el sargento primero Joaquín Moya Espejo. 

En la respuesta a los atacantes “también fue determinante un francotirador español”. Sin embargo, no existen cifras concretas. “Aquí somos más discretos y mucho menos peliculeros” asegura un militar. “Cualquier tipo de hazaña se queda reservada a un comentario de cantina. Nada más. Los especialistas españoles no están orgullosos de sus muertes”. (Jesús.R.G.)


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