Este vehículo ha salvado muchas vidas de soldados españoles en Afganistán.

Husky con 'geo radar' recogido

En la feria HOMSEC 2015 recientemente clausurada hemos podido ver un extraño vehículo que ha llamado mucho la atención de los visitantes y de los expositores. Una primera mirada hace que nos recuerde a una niveladora, ese vehículo civil de gran tamaño que va preparando el terreno para asfaltarlo cuando se está construyendo una nueva carretera. Sin embargo, es uno de los vehículos más rentables que dispone el Ejército de Tierra. Rentable porque ha salvado muchas vidas de soldados españoles en Afganistán. Se llama Husky, nombre de los perros típicos de los esquimales, y evita tener que llamarle VMMD (Vehicle Mounted Mine Detector, por sus siglas en inglés).

¿Para qué sirve el Husky?
Su tarea es descubrir minas y explosivos enterrados por el enemigo en los caminos y carreteras por las que van a desplazarse los vehículos en los que van nuestros soldados.
Para lograrlo, el Husky utiliza un ‘geo-radar´ que revela las anomalías que se provocan en el subsuelo –a medio metro, 1 metro, etc. de profundidad- cuando se excava un agujero y se coloca otra materia diferente de la tierra, en estos casos, el explosivo. Los sensores revelan esa diferencia de materia del subsuelo, se localiza y se procede a desactivarlo.

¿Cómo es el Husky?
Es uno de los vehículos militares más raros de los últimos tiempos. En principio, todo vehículo táctico ha de tener proporcionalmente poca altura y mucha anchura para que su centro de gravedad esté bajo y sea lo más estable posible para poder desplazarse por cualquier clase de terreno. Sin embargo, el Husky es muy largo –más de 7,30 m- y muy alto –más de 3,50 m-, aunque no muy ancho –algo más de 2,50 m-. La razón que condujo a este novedoso concepto de vehículo táctico es su tarea: detectar las minas y explosivos enterrados en las vías de comunicación. Es decir, ha de trabajar con una muy alta probabilidad de que el enemigo provoque la explosión desde la distancia. Por ello, ser muy alto, muy acorazado y con la panza en V –es muy importante este detalle- pretende disminuir los efectos destructivos de una explosión.

Además, otra de sus rarezas es que tiene los ejes muy separados de su parte central; están muy por delante y muy por detrás de donde están el motor y la cabina. Esta posición de los ejes es para que, si una de las ruedas pisa una mina y provoca su explosión, ésta sólo afecte al eje y no a la parte del vehículo donde van los dos tripulantes, el conductor y el operador. La parte esencial del Husky es el gran panel que despliega hacia adelante: el ‘geo-radar’. Justo por detrás de él hay unos surtidores de tinta con los que, en el caso de que se localice un explosivo, se traza una raya en el suelo para que sirva de aviso. Además, desde dentro de la cabina se puede variar el inflado de las ruedas para disminuir la presión que el Husky, por su propio peso, ejerce contra el suelo. Con esto se pretende evitar que él mismo provoque el funcionamiento de las minas.

¿Cómo opera el Husky?
El Husky no actúa solo; forma parte de un equipo grande y complejo. Para cada columna de vehículos se necesitan dos Huskys que van avanzando por el camino, uno delante y por el lado izquierdo y, el otro, por el lado derecho y retrasado respecto del primero –para que si éste provoca una explosión, no le afecte-. 

Con ello se asegura una buena inspección de la carretera y, además, que el centro del camino sea revisado dos veces. A los Huskys acompañan en otros vehículos los especialistas en desactivación de explosivos que se juegan, verdaderamente, sus vidas cada vez que se localiza una mina.

El Husky en España
El Ejército español cuenta con 6 de estos vehículos, que fueron enviados a Afganistán en 2012 para encabezar las columnas de vehículos cuando había sospechas o la certeza de que había minas o explosivos enterrados por los talibanes.
Desgraciadamente, hasta la llegada de los Huskys y de los blindados RG 31 y MRAP habíamos sufrido la muerte y las heridas de varios de nuestros soldados por explosiones que habían logrado destruir vehículos tipo BMR 600 porque su diseño y blindaje no eran los adecuados para proteger a sus ocupantes de estas explosiones.

¿Quién inventó el Husky?
La idea rompedora de un vehículo táctico muy alto, muy largo y con la panza en V apareció en Sudáfrica, cuando, en los años 70 del siglo pasado, estaba sosteniendo una guerra de contraguerrillas en Namibia y Angola -al suroeste de África-. A menudo, los vehículos sudafricanos pisaban minas y explosivos enterrados y sufrían muchas bajas, pero no se encontraban soluciones prácticas que las evitaran.

En aquellos años se utilizaban, para disminuir los efectos de las explosiones de las minas en los vehículos, diversos recursos más o menos eficaces como, por ejemplo, recubrir con sacos de arena la panza de los vehículos y también inyectar agua en las ruedas, pero servían de poca protección. La tarea de levantar las minas correspondía a carros de combate dotados de unos rodillos y cadenas que machacaban el suelo. Todo ello muy lento y complicado. La idea surafricana de un vehículo con la panza muy separada del suelo y en forma de V sirvió, al cabo de muchos años, para añadirle en la delantera un ‘geo-radar’ dando como resultado el Husky.



Detalles del Husky
  • Eje trasero, muy retrasado: 1 y 12
  • Cabina del conductor y el operador -2- y puertas de acceso -11-
  • Detector complementario recogido -3- y desplegado -14-
  • Zona del motor -4-
  • Eje delantero, muy adelantado -5-
  • ‘Geo-radar’ con los paneles plegados -6- y con los paneles desplegados -9-
  • Panza en V: 7 y 15
  • Lanzador de pintura: 8 y 13
  • Faros para operar con poca luz: 10 
Fuente: http://www.onemagazine.es/
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