El astillero hará un examen del diseño del denominado S-81 Plus, antes
de construir sus estructuras interiores y empezar a equiparlo. El astillero de Navantia en Cartagena anunció ayer la terminación de los
trabajos de ampliación del casco resistente del primer submarino S-81
Plus, buque en el que se están centrando los esfuerzos de diseño y de
construcción de la nueva flota de sumergibles para la Armada. Esta
ampliación supone que las cinco secciones del submarino ya están
disponibles para la incorporación de sus estructuras interiores, como
paso previo a la instalación de sus equipos.
AL DETALLE
La ampliación del casco resistente es una consecuencia del rediseño de
la nave que, ahora, pasa a tener casi diez metros más de eslora y una
mayor capacidad de desplazamiento, sin que haya perdido los atributos
que le convertirán en un submarino convencional de última generación.
Entre las capacidades que tendrá destaca una planta AIP para aumentar la
duración de sus inmersiones, capacidad de ataque a tierra y una elevada
automatización lo que implica una dotación de personal muy reducida en
relación a los de la clase S-70 en servicio. El programa de diseño y construcción del submarino S-80 es el proyecto
de ingeniería más complejo que se está acometiendo a nivel nacional,
según destacó Navantia en un comunicado. Por eso, las dificultades
técnicas que han ido apareciendo a lo largo del programa «son normales
en el desarrollo y ejecución de un proyecto que requiere soluciones
tecnológicas inéditas», según destacó la empresa.
La más importante fue la detectada en 2013: un exceso de peso que obligó a realizar este nuevo diseño partiendo del alargamiento del casco para equilibrar la carga interior. Entre los próximo hitos del programa de ingeniería que se realiza en Cartagena, está previsto que a lo largo de este año tenga lugar la llamada CDR (del inglés Critical Design Review), un examen de la Armada y el propio constructor al proceso de diseño antes de impulsar el de producción. Los problemas que han ido surgiendo durante los últimos tres años en el desarrollo del programa han sido abordados mediante una reestructuración completa del proyecto, el rediseño del barco y una transformación a fondo del astillero de Cartagena en los procedimientos de trabajo. En este tiempo, Navantia ha logrado para su centro de trabajo la exigente certificación en la norma aeronáutica y aeroespacial EN9100. Se trata de una garantía industrial que en el futuro le permitirá competir en el mercado exterior con astilleros punteros.
La más importante fue la detectada en 2013: un exceso de peso que obligó a realizar este nuevo diseño partiendo del alargamiento del casco para equilibrar la carga interior. Entre los próximo hitos del programa de ingeniería que se realiza en Cartagena, está previsto que a lo largo de este año tenga lugar la llamada CDR (del inglés Critical Design Review), un examen de la Armada y el propio constructor al proceso de diseño antes de impulsar el de producción. Los problemas que han ido surgiendo durante los últimos tres años en el desarrollo del programa han sido abordados mediante una reestructuración completa del proyecto, el rediseño del barco y una transformación a fondo del astillero de Cartagena en los procedimientos de trabajo. En este tiempo, Navantia ha logrado para su centro de trabajo la exigente certificación en la norma aeronáutica y aeroespacial EN9100. Se trata de una garantía industrial que en el futuro le permitirá competir en el mercado exterior con astilleros punteros.
Trabajos en exclusiva
Tras más de un año sin informar sobre los S-80, ayer Navantia destacó
que «en este momento existen evidencias técnicas que permitirán cerrar
un diseño final del submarino, para lo que se requiere continuar las
actividades de I+D+i en curso». Por ese motivo, el astillero ha centrado
este año todos los esfuerzos técnicos y económicos para concluir el
diseño final con el objetivo de pasar el examen definitivo. En la actualidad, Navantia cumple una orden de la Secretaría de Estado
de Defensa por la que sus operarios solo trabajan en el S-81 Plus. Las
tareas que se venían realizando en los otros tres buques ya iniciados
(S-82, S-83 y S-84) están pospuesta hasta tener el diseño final
plenamente certificado por todas las partes involucradas en el proyecto.
La compañía destacó en su comunicado la relevancia de este programa
industrial: «La posibilidad de disponer de un diseño nacional en la
construcción de submarinos supone la independencia tecnológica en un
aspecto de la defensa nacional esencial. Además, el éxito del programa
tiene varias vertientes: por un lado, la defensa nacional, por cuanto
está en juego la supervivencia del Arma Submarina; por otro, la imagen
tecnológica española; en tercer lugar, el peso industrial y tecnológico
que Navantia-Cartagena tiene para toda la Región de Murcia». La previsión más optimista es que el S-81 pueda ser puesto a flote en a lo largo de 2018 para iniciar las pruebas de mar. (Jesús.R.G.)
Fuente: http://www.elsnorkel.com/
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