El Ejército de Tierra español evalúa la vulnerabilidad de sus carros en combate.





Hemos sabido que unidades equipadas con los carros de combate Leopardo han compartido adiestramiento con otras provistas de sistemas de misiles contracarro sobre vehículos, en concreto con los sistemas estadounidenses TOW, que en el caso que nos ocupa recurren a un sistema de guiado desarrollado en España. En los últimos meses hemos visto en la red numerosos ejemplos relacionados con la eterna lucha entre el carro de combate y su principal enemigo, el misil contracarro. En algunos casos los primeros han sobrevivido a los segundos, en otros no. Ese análisis, convenientemente trasladado a las unidades de los ejércitos por los diversos canales de Inteligencia, puede haber sido relevante a la hora de programarlas prácticas que recientemente se han desarrollado entre distintas organizaciones del Ejército de Tierra español.

Los ejercitantes en las prácticas, que se han llevado a cabo en un campo de maniobras cordobés, han trabajado buscando conocer sus capacidades frente a un adversario concreto y para comprobar cuáles pueden ser sus máximas vulnerabilidades, pues de ese conocimiento pueden extraer consecuencias que les permitan hacer frente a la amenaza y salir airosos de un hipotético enfrentamiento. Las formaciones de carros, adscritos a uno de los batallones de la Brigada Operativa Polivalente (BOP) Gruzmán el Bueno X, han ido adoptando entidades y despliegues distintos para comprobar cuál es la configuración que a ellos les permite un mejor control situacional. Sus cañones de 120/55 calibres tienen un alcance sustancial y preciso, aunque los modernos misiles contracarro, con 4 kilómetros de alcance o más, pueden hacer que sus posiciones sean difíciles de batir con precisión.


Lo mismo sucedería con los puestos de tiro misilísticos, pertenecientes a la Compañía Contracarro de la BOP Rey Alfonso XIII de Almería, que se han dedicado a verificar cuáles son las mejores formas de desplazarse, de ocultarse o hasta de complementarse y solaparse para hacer frente a uno o a varios objetivos. Se ha aprovechado también, por ejemplo, para validar el potencial de los elementos de captación térmica instalados en los Leopardo y en los TOW, comprobando que son soluciones bastante parecidas en lo que a prestaciones se refiere, posibilitando a ambos tipos de armas a batir blancos de noche o en condiciones de luminosidad adversa, con niebla o con humo.

En esos ejercicios, que suelen realizarse cada cierto tiempo pero que últimamente se estarían intensificando más, lo que se hace es poner enfrente potenciales distintos y validar lo que son capaces. Es un entorno muy útil para incidir en la preparación de los operadores y tripulantes, o para poner a prueba el material en condiciones que pueden ser distintas de las habituales. (Segundo Calpena)

Fuente: http://fuerzasmilitaresdelmundo.blogspot.com.es/

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