Navantia puja por su mayor pedido.



Australia acaba de abrir oficialmente el concurso para la construcción de nueve fragatas para la Armada de su país y así lo ha confirmado el ministro de Industria de la Defensa, Cristopher Pyne. Navantia competirá por hacerse con este importante contrato con la italiana Fincantieri y la británica BAE Systems, las tres compañías que componen la denominada lista corta en esta licitación. Ahora, las compañías disponen de un plazo de tres meses para presentar sus ofertas, que en el caso de los astilleros públicos españoles estará basada en las fragatas F-100. Fincantieri opta con la clase Bergamini y BAE, con la fragata FREMM.

Para Navantia, este concurso es de vital importancia, ya que implica el contrato de mayor importe al que optan los astilleros públicos españoles en su historia. El ministro de Industria de la Defensa cuantificó en 35.000 millones de dólares australianos (más de 25.000 millones de euros) el importe del programa, que no obstante no incluye únicamente la construcción de los barcos, sino también otras actuaciones, como el mantenimiento futuro y la formación de las dotaciones, entre otros. Cristopher Pyne incidió en que el SEA 5000 es el mayor programa de fragatas abierto actualmente en el mundo. Además, subrayó que la solicitud oficial de las ofertas a los mencionados astilleros «es una parte importante del proceso de evaluación competitiva que llevará al Gobierno a anunciar el exitoso diseñador de las fragatas futuras en 2018». De hecho, no será hasta finales del presente ejercicio cuando dé comienzo la fase de estudio de las tres propuestas, tal y como anuncian las autoridades australianas. Para la adjudicación del contrato, la Defensa del país tomará en cuenta la implicación del astillero ganador para demostrar y desarrollar una cadena de suministro australiana para apoyar la construcción naval en el país, ya que los nueve buques serán fabricados en el astillero de Adelaida. 

Aunque no entraña fabricación fuera del país, este requisito puede convertirse en una ventaja para Navantia, que está gestionando en esta factoría la construcción de los tres destructores AWD para la Armada continental. También el hecho de que esos destructores estén basados en el modelo de las F-100 españolas, mismo tipo que defenderá ahora Navantia en este nuevo concurso, es otra de las fortalezas que espera exprimir la compañía pública en el concurso, así como la compatibilidad de sistemas y equipos con el resto de buques australianos diseñados por Navantia, además de la creciente implantación que ha demostrado estos años en el país. Recientemente, Navantia celebró diversas reuniones en distintas ciudades australianas con numerosas empresas con las que sondeó alianzas para el concurso. Este tipo de encuentros bilaterales no son anecdóticos. El pasado miércoles, miembros de la Fundación Consejo España-Australia se reunieron con representantes de Navantia a bordo del Cantabria.

Desconfianza en las declaraciones de Platero
Gañemos CC.OO. se mostró ayer crítico con la actitud mantenida por la presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en las últimas semanas. Si bien ayer manifestó su voluntad de impulsar el diálogo con los representantes de la plantilla para desarrollar el plan industrial de Navantia, obvió hasta en cuatro ocasiones la solicitud de entrevistas formulada por los comités de empresa. Además, la corriente crítica de CC.OO. insiste en que generar nuevos empleos, tal y como dice la corporación que va a hacer, no implicará aumentar la plantilla y tampoco mantenerla. En su catálogo de demandas se encuentra la de aumentar el censo directo de empleados de Navantia y la reducción de la subcontratación. Afirma que se está ante una nueva reconversión.

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/
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