Navantia se juega tres contratos claves con las fragatas 'Made in Spain'.

La fragata F-105 Cristóbal Colón es el aval de Navantia

Las fragatas de la serie F-100 de la Armada española son la tarjeta de presentación de Navantia para lograr el próximo año tres importantes contratos de construcción militar en el mercado internacional. La empresa española pelea por la fabricación de 15 buques de última generación para la Marina canadiense, otros 20 para la US-Navy norteamericana y 9 para Australia, además de las cinco corbetas que, a falta de su confirmación oficial, construirá en San Fernando para Arabia Saudí. 

Este es, a grandes rasgos, el panorama al que se enfrenta la empresa española en 2018 y del que depende, en cierto modo, su futuro más inmediato. El diseño de la última fragata de la serie F-100, la 'Cristóbal Colón' (F-105), y su sistema de combate, el Aegis, son algunos de los atractivos que ofrece Navantia para hacerse con estos contratos millonarios de construcción naval. Ninguno de estos contratos, de llevarse a efecto, salvo el de Arabia, tendría repercusión directa en los astilleros españoles, ya que son acuerdos que se llevarían a cabo por transferencia tecnológica, es decir, Navantia aporta su ingeniería y diseño, mientras que el cliente pone el astillero y asume, a su vez, la mano de obra. No obstante, algunos de los equipos de estos barcos se fabricarían en las instalaciones españolas de Navantia, como es el caso de la Unidad de Sistemas de San Fernando, donde se desarrolla el sistema integrado de armamento naval, Aegis, patentado por la norteamericana Lockheed Martin. Navantia movió ficha el pasado noviembre al presentar una atractiva oferta al Gobierno canadiense para la fabricación de quince fragatas 'Made in Spain', basadas en la F-105. 

Este mismo modelo se utilizó para las cinco fragatas de la clase Fridtjof Nansen, construidas en el astillero de Ferrol, para la Armada Noruega, y también es la referencia de los tres destructores de la serie Hobart que Navantia fabrica en el astillero australiano de Adelaide para la Marina de este país. La competencia es dura. Canadá tendrá que valorar esta oferta y Navantia no es la única empresa que aspira a llevarse este millonario contrato del programa Canadian Surface Combatant (CSC). La empresa española participa en la puja con dos socios tecnológicos (SAAB Australia y CEA Technologies), además de con Irving Shipbulding Inc., un astillero canadiense. Pero al otro lado del tablero se encuentran sus eternos rivales europeos que también pelean por el contrato con ofertas muy sugerentes. Se trata de la firma británica BAE Sistems y de la italiana Fincantieri, además del astillero danés Stganflex. Está previsto que el gobierno de Canadá resuelva el contrato a finales de 2018 o principios de 2019 para iniciar las obras en 2020.

El concurso abierto por el gobierno canadiense tiene como objetivo reemplazar a los destructores de la clase Iroquois y las fragatas de la clase Halifax. La oferta lanzada por Navantia prevé para Canadá una fragata de última generación en guerra antisubmarina, que incorpora sistemas de Saab de gestión de combate 9LVCMS, reconocidos mundialmente. Estos elementos están en servicio en más de 240 plataformas en 16 armadas en todo el mundo, incluidas las fragatas clase Halifax de Canadá. El Gobierno de Canadá estará muy pendiente de la decisión que adopte la Marina de Australia la próxima primavera, que será cuando resuelva su concurso para la construcción de nueve fragatas. El gobierno australiano sigue con su plan de renovación de la flota y da ahora un paso más con el programa SEA5000 para incorporar las nueve fragatas a su contingente naval.

Larga relación Australia
Cabe recordar que la relación entre Navantia y Australia cristalizó en septiembre de 2007 tras varios años de negociaciones y gestiones. Ese año firmaron la construcción en el astillero de Ferrol de dos portaeronaves, similares al 'Juan Carlos I' de la Armada española. Se trata del 'Camberra' y del 'Adelaide', ambos ya en servicio. Más tarde, en 2011, Navantia se hizo con el contrato para la construcción de las doce lanchas de desembarco de ambos buques, seis unidades para cada uno, que se construyeron en San Fernando. La relación sigue viento en popa y en diciembre de 2015, Australia adjudicó a Navantia la construcción de tres destructores de la serie Hobart por transferencia tecnológica. La última apuesta de Australia en favor de Navantia tuvo lugar en mayo de 2016 cuando adjudicó a la empresa española la construcción de dos buques logístico AOR, que se fabrican en Ferrol.

La oferta que presentó Navantia hace un año para la construcción de las nueve fragatas subió varios peldaños el pasado octubre al confirmar el gobierno australiano que el sistema de combate que llevarán estas unidades será el Aegis, lo que aventaja a Navantia frente a sus dos máximos competidores y finalistas también en el concurso: la empresa italiana Fincantieri y la británica BAE. No hay que olvidar que este mismo sistema es el que llevan los tres destructores AWD que construye para su Marina. Los competidores de Navantia en el concurso de las fragatas no podrían en estos momentos integrar dicho sistema, ya que necesitarían más tiempo, y en este programa las autoridades australianas han manifestado que es fundamental que la construcción comience en 2020. La posición de Navantia en esta oferta es de clara ventaja sobre Italia y Gran Bretaña.

A la conquista de EE UU
El tercer contrato al que aspira Navantia es con la US-Navy para la construcción de 20 fragatas. Navantia presentó el pasado 23 de noviembre la oferta y ha buscado para ello la alianza con un socio estratégico. La compañía española intenta de nuevo una alianza internacional para optar a un megacontrato. Si en 2015 lo hizo con el astillero coreano de Daewooo para fabricar en Puerto Real cuatro petroleros de la serie Suezmax ahora lo intenta con un astillero norteamericano para optar al concurso para la construcción de 20 fragatas solicitadas por la US Navy. Así, Navantia y General Dynamics Bath Iron Works han firmado un acuerdo conjunto para colaborar en el programa FFG (X) de las nuevas fragatas de última generación para la Marina de Estados Unidos. La asociación entre Bath Iron Works, diseñadora y constructora de algunos de los barcos militares más avanzados del mundo, y Navantia, diseñadora de fragatas de primer orden, podrá proporcionar a la Marina de Estados Unidos los buques de superficie más capaces y de coste reducido.

Navantia aporta una amplia experiencia en el diseño de fragatas y una exitosa trayectoria en exportación. Y para asegurar que el programa se desarrolle en coste y plazo, la Marina de Estados Unidos ha establecido el requisito de diseños ya existentes y en servicio. El acuerdo establece que Navantia y Bath Iron Works colaborarán en diseños evolucionados de la familia de fragatas con el sistema de combate Aegis, que incluye las noruegas F-310 y las españolas F-100. El último de estos buques, el HMAS Hobart, ha sido entregado a la Marina Australiana en septiembre de 2017. El programa FFG(X) proporcionará a los comandantes de la Flota un activo excepcionalmente capaz para lograr los objetivos de dominio y seguridad en el mar además de facilitar las operaciones en cualquier espacio en apoyo del grupo de ataque y de las operaciones asociadas de la flota. Con un plan de adquisición inicial de 20 unidades, la adjudicación del contrato de diseño de detalle y la construcción está planificada para 2020. (Jesús.R.G.)


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