Diez años después de la retirada de las tropas ordenada por el
presidente José Luis Rodríguez Zapatero en abril de 2004 los soldados
españoles volverán a pisar Irak. No irán en misión de combate, sino de
instrucción. Pero serán un número considerable, varios centenares, y la
operación no está exenta de riesgos. El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar este viernes el envío a
Irak de un contingente militar dedicado a formar al Ejército iraquí
para que sea capaz de enfrentarse al autodenominado Estado Islámico
(EI), que ha impuesto el terror en amplias zonas del norte del país y la
vecina Siria. Aunque el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene la
última palabra, el plan elaborado por Defensa prevé el envío de unos 300
militares, entre los instructores y el personal de apoyo. El envío de este contingente supondrá la incorporación efectiva de
España a la coalición internacional encabezada por EE UU para frenar el
avance de los yihadistas, que en junio pasado tomaron la ciudad de Mosul, la segunda del país, ante el desmoronamiento del Ejército iraquí.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, comparecerá ante el Congreso para ofrecer detalles de la operación y solicitar la preceptiva autorización parlamentaria, según lo previsto en la Ley Orgánica de la Defensa Nacional, de 2005. En principio, el respaldo del Congreso está garantizado pues, además de la mayoría absoluta del PP, la decisión cuenta con el apoyo del PSOE y de otros grupos. La misión de entrenamiento del Ejército iraquí no está organizada por la OTAN ni por la Unión Europea (UE), pero el Gobierno considera que está plenamente amparada por la legalidad internacional, ya que responde a la petición de un Gobierno legítimo, como el de Bagdad. Una situación muy diferente se da en Siria, donde la coalición internacional actúa sin el visto bueno del régimen de Damasco ni resolución de la ONU.
De momento no se desplegarán aviones españoles en la zona de operaciones
La falta de implicación de las organizaciones internacionales
obligará a crear un estado mayor de la coalición en Bagdad y a negociar
acuerdos bilaterales con las autoridades iraquíes. De momento, la
operación se ha planeado en el Mando Central del Ejército de Estados
Unidos, con sede en Tampa (Florida), donde España tiene destacados a un
general y siete oficiales.
Además del envío del destacamento de instructores, el Gobierno tiene
previsto autorizar el uso de las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la
Frontera (Sevilla) así como del espacio aéreo y del mar territorial
por parte de las fuerzas de la coalición. También está dispuesto a facilitar material militar no letal e
incluso armamento, más adelante a las Fuerzas Armadas iraquíes y
también a las milicias kurdas (los llamados peshmergas), aunque en este
caso con el visto bueno de Bagdad. La oferta que hizo el Gobierno español a la coalición incluía además
aviones de transporte y reabastecimiento en vuelo, así como otras
capacidades de apoyo aéreo, como mando y control, reconocimiento e
inteligencia. De momento, según las fuentes consultadas, España no tiene
intención de desplegar aviones en el teatro de operaciones, más allá de
los necesarios para trasladar el contingente a Irak.
Eso no quiere decir, sin embargo, que no se aporten esos medios más adelante. “Esto no es un sprint,
sino una carrera de fondo, y sería un error agotar todas las energías
en los primeros metros”, advierten las fuentes consultadas. El
presidente de EE UU, Barack Obama, ha admitido que ganar la guerra al
yihadismo puede llevar años. España solo ha puesto dos límites a su contribución: no pondrá tropas
de combate sobre el terreno (lo que tampoco hace ningún otro país) y no
participará en los bombardeos (lo que sí hacen Francia y Reino Unido,
además de países árabes). En declaraciones a la Cadena SER, el ministro de Defensa, Pedro
Morenés, aseguró el jueves que la nueva misión en Irak no tiene nada que
ver con la guerra de 2003, porque las circunstancias son distintas y
porque, a diferencia del régimen de Sadam Husein, el Estado Islámico
constituye una amenaza real que preocupa a todos los países y tiene
capacidad para extenderse a zonas cercanas a España, como el Sahel.
Morenés no quiso revelar el alcance de la participación española,
alegando que “contribuirá a hacer aquello en lo que se la considere más
eficaz", pero dio a entender que se centraría en la instrucción, al
agregar que “hará algo como lo que ya está haciendo en otros lugares,
enseñando a los Estados a tener unas Fuerzas Armadas sólidas”. Los
militares españoles han realizado funciones de instrucción en
Afganistán, Somalia y Mali, donde un general español dirigirá a partir
de noviembre la misión de la UE. Morenés aseguró que España ha estado en la coalición internacional
contra el yihadismo “desde el principio, se diga lo que se diga”,
saliendo al paso de las críticas por su ausencia en la reunión que
ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de diez países celebraron a
principios de septiembre en Gales, en paralelo a la cumbre de la OTAN,
convocados por EE UU.. (Jesús.R.G.)
Fuente: http://politica.elpais.com/
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