¿Puede verse España implicada en una guerra por Ucrania?


Efectivos del ejército ruso desplegados por orden de Vladimir Putin en la península de Crimea.
 
La OTAN ha impulsado una fuerza que pueda actuar en horas. España asume el protagonismo para el próximo año, que se suma a la vigilancia de las fronteras rusas y una batería de misiles desplegados este mes de enero en Turquía. Más de 4.000 militares españoles se convertirán en punta de lanza de la Alianza Atlántica en 2016. España liderará en 2016 la primera Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN, que los aliados acordaron crear en la Cumbre de Gales este septiembre para reforzar la seguridad euroatlántica. Se trata de una respuesta que se pone en marcha como reacción clara al desafío ruso en Ucrania. ¿Cómo puede verse España implicada en el estallido de un conflicto bélico? El Confidencial Digital se ha puesto en contacto con varios expertos para conocer cómo afectaría a nuestro país una guerra por Ucrania. 

Se busca una solución política y diplomática 
Pedro Sánchez Herráez, teniente coronel de Infantería y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos, recuerda que ya existe conflicto armado dentro de Ucrania, aunque descarta tajantemente que éste pase a un plano internacional. En ese sentido, asegura que desde la Unión Europea, la OTAN, y también desde la propia Rusia, se apuesta por una solución diplomática y política: “Es la voluntad que tienen todos los dirigentes. Nadie quiere una guerra”. De la misma opinión es Miguel Ángel Benedicto, periodista especializado en conflictos internacionales y Secretario General del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, que pronostica una “congelación del conflicto” tras el “alto al fuego” anunciado por Putin. En este sentido, Benedicto recuerda otros casos, como el del territorio moldavo de Transnistria, que declaró su independencia en 1990 pero está, de facto, controlado por Rusia. 

Además, Sánchez Herráez, explica que, a pesar de lo que la opinión pública pueda pensar, tanto la Unión Europea como España tienen intereses estratégicos conjuntos que ninguna de las dos partes quiere poner en riesgo. Entre ellos, destaca la necesidad de mantener los acuerdos comerciales por el combustible, la lucha contra el terrorismo, y también la lucha contra las amenazas medioambientales. Pese a esos intereses comunes, la percepción ciudadana es que es posible un enfrentamiento armado. Para el teniente coronel de Infantería, diplomado de Estado Mayor y Doctor en Paz y Seguridad Internacional, esa impresión de la gente tiene que ver con el recuerdo de la Guerra Fría. Sin embargo, afirma, “la situación actual no tiene nada que ver con la de entonces”. No obstante, explica Miguel Ángel Benedicto, la OTAN y la Unión Europea tampoco permitirán un mayor avance ruso: “las sanciones económicas continuarán y, además, la OTAN mantendrá su presencia en las fronteras para evitar un mayor expansionismo ruso”. 

España no está obligada a desplegar tropas 
A pesar de que a día de hoy es impensable una guerra entre los estados de la OTAN y Rusia por la crisis de Ucrania, Pedro Sánchez Herráez deja claro que, en el caso hipotético de que ésta se produjera, España no tendría obligación a desplegar sus tropas, a pesar de liderar, a día de hoy, la llamada Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN. El analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos explica que en la última Cumbre de Gales se especificaron las funciones de dicha unidad: “Su objetivo es asegurar una mayor disponibilidad para hacer frente a posibles amenazas”. 

Sin embargo, explica Sánchez Herráez, pertenecer a la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN no niega la soberanía de cada Estado, de cada país, que es quien decide al final si interviene o no en los conflictos armados. Miguel Ángel Benedicto recuerda, además, que España liderará solo durante el próximo año la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN y que como Estado miembro de la Alianza, puede vetar también dicha intervención. 

Su mayor implicación no supone más peligro 
Para un militar de alta graduación destinado en órganos de dirección de la OTAN, la respuesta es concisa: “No”. España no se verá involucrada en una guerra desarrollada en suelo ucraniano “porque todo hace indicar que no se irá a una guerra en la región”. Según argumenta, “existen numerosos mecanismos para evitar un conflicto abierto en Ucrania, y todavía hay herramientas y mecanismos que no han sido puestos sobre la mesa”. Además, indica, “a ninguno de los actores implicados les interesa ir a una guerra”. Sin embargo, en el hipotético supuesto de que todas las opciones diplomáticas para frenar el conflicto fracasasen, empujando a la comunidad internacional a una guerra, “España tendría la misma responsabilidad que todos sus aliados y socios, por lo tanto, se vería involucrada en ello en mayor o menor medida”. 

“Sería cuestión de evaluar qué tipo de conflicto armado se va a desarrollar, su simetría, y las necesidades operativas que requiera. No es fácil determinar qué tipo de aportación se le requeriría a España, además de que es una cuestión que debe ser aprobada por las Cortes españolas”. Preguntado sobre si el liderazgo español en 2016 de la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN puede exponer aún más a España ante un conflicto en Ucrania, asegura que “no necesariamente, ya que en primer lugar ostentar el liderazgo de dicha fuerza no implica que sea responsabilidad de España como país, sino de toda la Alianza, y por otra parte no está claro que esa fuerza sea la que deba ser movilizada en caso de un conflicto. Además, es decisión última del gobierno español”. 

La participación de España sería secundaria 
Por su parte, Salvador Bernal, analista internacional, explica que es “casi imposible” que España se pudiera ver implicada en un conflicto armado en Ucrania. El Ejército español sólo participaría en una guerra en caso de que hubiera una política común europea, un extremo difícil de cumplirse porque Alemania se opone, de momento, a una confrontación militar. 

En Europa, afirma Bernal, la clave la tiene Angela Merkel, que es partidaria de evitar un conflicto armado, una posición que sí que plantea Estados Unidos. Alemania trata así de preservar los intercambios comerciales que mantiene con Rusia. Bernal concluye que, si Alemania cambia de postura y apuesta por una guerra en Ucrania, la participación de las tropas españoles siempre sería secundaria. (Jesús.R.G.)


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