El Futuro vehículo 8×8 del Ejército de Tierra de España – I Parte.



Vehículo blindado 8x8 Piraña V, que será fabricado por GDSBS para el Ejército de Tierra de España.
Vehículo blindado 8×8 Piraña V, que será fabricado por GDSBS para el Ejército de Tierra de España.

Para los ejércitos es siempre una buena noticia saber que se les va a dotar con medios y equipos más modernos. La posible adquisición del futuro vehículo 8×8 del Ejército de Tierra -el ya denominado VBR 8×8-, ha  acaparado considerable atención, y resulta obligado analizar los pormenores de este futuro sistema de armas, no solo en cuanto a las características del mismo, sino también en cuanto a las razones para decantarse precisamente por un vehículo 8×8 y por un modelo en concreto.  

Los programas de adquisición de sistemas de armas, lanzados por el Ministerio de Defensa, a mediados de los años 90, fueron, sin duda, los de mayor alcance económico en la historia de las fuerzas armadas españolas: el Eurofighter, la fragata F-100, y el carro de combate Leopard 2. Más de diez años después, estos programas todavía siguen en vigor.

La adquisición de vehículos como el Iveco Lince o el RG-31 es puntual.
La adquisición de vehículos como el Iveco Lince o el RG-31 es puntual

La adquisición de los vehículos MLV Lince y MRAP RG-31E para el Ejército de Tierra vino  motivada por la necesidad de equipar a las fuerzas desplegadas en Líbano y Afganistán con medios adecuados y suficientemente protegidos contra el tipo de amenazas presentes en las zonas de operaciones (IED,s, EFP,s, … etc…), dadas las carencias e insuficiencias mostradas por el equipo allí desplegado y cuyas consecuencias ya mostramos.

Ahora, con toda seguridad, en el Ejército de Tierra se celebrará la decisión de adquirir un nuevo vehículo acorazado de transporte de personal, ya que el único medio actual en servicio, de características similares y en la línea de lo que se pretende adquirir, el BMR 6×6, tiene más de 35 años y fue concebido con unos parámetros y requisitos muy distintos a los que hoy se exigen. La sustitución del BMR es, efectivamente, urgente y una prioridad para el Ejército, aunque podríamos decir que lleva más de un lustro siéndolo y que muy poco se ha avanzado.

BMR destruido en Afganistán en 2010. Fuente: Ministerio de Defensa
BMR destruido en Afganistán en 2010. Los BMR son vehículos superados que ya deberían haber sido reemplazados por 8×8

¿Porqué un nuevo vehículo acorazado, y porqué de ruedas?¿Porqué un 8×8?
Esta es la primera pregunta que suponemos que se ha considerado en los ámbitos de decisión. Pero también es una pregunta que se hacen los que siguen con interés la evolución de la defensa y la seguridad nacional. 

La sustitución del BMR ha venido siendo, efectivamente, urgente, y una prioridad para el Ejército desde hace mucho tiempo ya. El propio Ejército de Tierra, sin embargo, ha venido haciendo muy poco ciertamente hasta hoy, para anticiparse a una situación que ahora puede darse por sobrevenida. Ya sea por razones simplemente presupuestarias o de establecimiento de prioridades, la realidad es que ahora se nota la carencia de un nuevo vehículo, idóneo y moderno para afrontar las nuevas amenazas que se consideran. El Pizarro, e incluso el Leopard, son medios que, en su finalidad última, estaban diseñados con la visión del Pacto de Varsovia y del Ejército soviético como enemigos preferenciales. Hoy la realidad es otra, para bien o para mal. Las unidades acorazadas y mecanizadas nunca han sido la primera prioridad en el equipamiento del ET, e incluso, desde el propio Estado Mayor del Ejército siempre se ha favorecido a las unidades ligeras, quizás por inclinarse hacia lo sencillo, y hacia aquello menos costoso, y que consumía menos recursos. 

 Ciertamente las unidades acorazadas y mecanizadas no resultan baratas, y a los costes, sin duda elevados –y cada vez más-, del material, se añaden los correspondientes al mantenimiento, reparaciones y apoyo logístico en suma, que resultan a lo largo del ciclo de vida del material, mucho más elevados que los propios de la adquisición del material mismo. La experiencia del Ejército de Tierra en la utilización de medios acorazados, o protegidos, de ruedas no es muy considerable, dada la tradición y la misma actitud expuesta. Durante la Guerra Civil ambos bandos tuvieron una limitada experiencia con vehículos tipo autoametralladora-cañón, de origen ruso, y poco más, a diferencia de otros ejércitos. Sería después de la contienda cuando poco a poco y de manera paulatina fueron apareciendo algunos –comenzando por los CT-15TA Trumphys canadienses-, que serían utilizados esencialmente como medio de transporte, o patrulla, y nunca de combate, especialmente en el Sahara y en el territorio de Ifni. 

Posteriormente se adquirieron algunas autoametralladoras M-8 Greyhound, norteamericanas, a Francia, que también se emplearon en el Sahara. Los batallones de infantería motorizables, de la organización de los años 60 y 70 solo fueron eso, motorizables, y nunca tuvieron otros vehículos más que simples camiones de transporte, cuando fue necesario su movimiento. Para la Caballería, el medio de ruedas esencial no fue sino el Jeep Willys norteamericano, que no contaba con ninguna protección. A principios de los años 70, en el marco de un acuerdo con Francia para la adquisición de material militar, se adquirieron los primeros vehículos acorazados de ruedas modernos –no más de una veintena-, que utilizaron los Grupos Ligeros Acorazados Saharianos de la Legión. Se trataba del M-3 Panhard 4×4, un derivado de las autoametralladoras Panhard AML H90/H60, que podía transportar una escuadra de fusileros/exploradores. 

Este vehículo fue también suministrado a la Infantería de Marina. Acabada la experiencia sahariana, el uso de estos vehículos fue decayendo y continuaron en servicio en unidades de Caballería –los Grupos Ligeros de las Brigadas DOT-, hasta que, por falta de repuestos y mantenimiento, fueron dados de baja definitivamente a principios de los años 80. Los primeros pasos para dotar al Ejército español de un medio mecanizado de fabricación nacional se dieron en 1972 cuando se eligió a la entonces ENASA , Empresa Nacional de Autocamiones S.A. -más conocida entonces por su nombre comercial de Pegaso-, y hoy privatizada a favor de la sociedad italiana Fiat Iveco, para desarrollar un prototipo de un vehículo acorazado ligero de ruedas para el transporte de personal.
Transporte Oruga Acorazado (TOA) del Ejército de Tierra de España.

Transporte Oruga Acorazado (TOA) del Ejército de Tierra de España

Ya desde principios de los 70, sin embargo, se había venido considerando la idea de fabricar un vehículo acorazado de ruedas, esencialmente para la infantería motorizada-motorizable, ya que la infantería mecanizada de las unidades acorazadas (División Acorazada Brunete 1 y División Mecanizada Guzmán el Bueno 2), contaba con el excelente y omnipresente –hasta nuestros días- TOA M-113 norteamericano, de cadenas. Este vehículo no fue otro que el actual BMR 600, objeto ahora finalmente de sustitución y de la posible adquisición que se considera de un nuevo 8×8. Diseñado por la Comisión de Desarrollo de Vehículos Blindados del Ejército de Tierra, y la Dirección de Proyectos de ENASA, el Pegaso BMR-600 6×6 (Blindado Medio de Ruedas) fue evaluado durante cuatro años. No se sabe muy bien quien necesitaba más el vehículo, si el Ejército o ENASA, que veía amenazada su supervivencia en el duro mundo de la competencia internacional en el que los sistemas de armas españoles no eran precisamente demasiado apreciados.
Cuando en 1972 se concibió la idea, la motivación real que impulsaba el proyecto, como decimos, era no otra que la de potenciar la industria nacional. Pegaso/ENASA se había configurado como un buen fabricante de autocamiones y a las autoridades del momento, les pareció que había llegado el momento de iniciar una nueva andadura industrial. El BMR no era un mal diseño, después de todo, para la época, y en total se construyeron 682 unidades, entrando los primeros ejemplares de producción en servicio en 1979, si bien en 1994 –casi 20 años después-, se aprobó un programa de modernización -actualización de 545 unidades – ¡que no acabó sino otros 10 años después, en 2004!-, denominadas BMR-600 M1 que son los que continúan todavía en servicio. Pero la realidad es que, por mucho que se diga hoy, nunca se pensó que serían empleados en zona de combate, aunque el BMR acabó -20 años después-, convirtiéndose en el caballo de batalla del Ejército de Tierra en las misiones en el exterior.

Hoy en día -en realidad hace unos años, pero estamos en España- ante la imposibilidad práctica de mejorarlo y adecuarlo nuevamente a las necesidades del entorno operativo actual, tanto por motivos propios de obsolescencia como del alcance de las tecnologías disponibles, se ha hecho patente la necesidad urgente de sustituir el BMR, por un nuevo vehículo de moderna concepción y diseño más acorde con las amenazas actuales, algo que debería haberse planificado ya a principios de los 90, en lugar de acometer una modernización que, a la postre, no ha servido para mucho.  
Desde el Ministerio de Defensa, de cara a la adquisición de un futuro vehículo 8×8, en el marco del proceso de selección iniciado, se dice que el objeto de tal adquisición es conseguir “Un vehículo fiable y seguro que asegure de forma inmediata un mayor nivel de protección a las tropas desplegadas en zonas de operaciones”. Y este futuro vehículo que debe cumplir y garantizar tales extremos debería haberse entregado antes de 2014, en una cantidad mínima de 40 vehículos, del total de los 300, que se piensan adquirir en una primera fase, según la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa.

Con la elección del Piraña V -en la imagen un Piraña III de la Infantería de Marina- el futuro del VCR Centauro queda sellado.
Con la elección del Piraña V -en la imagen un Piraña III de la Infantería de Marina- el futuro del VCR Centauro queda sellado

Naturalmente, a finales de 2016 lo único que se ha conseguido es financiar una serie de demostradores tecnológicos, pero eso es algo de lo que hablaremos más adelante… Sea como quiera que sea, el caso es que España sigue presente en numerosas zonas de operaciones y que el vehículo deberá adquirirse razonablemente pronto, pues ni los BMR-600 ya retirados de estos escenarios, ni los vehículos adquiridos de urgencia para las misiones pueden cargar con la responsabilidad que corresponde al futuro vehículo 8×8 del Ejército de Tierra. En resumen, al final, y después de todo, los posibles futuros vehículos nuevos 8×8 son para enviarlos a las zonas de operaciones, en las que el Ejército sea llamado a intervenir. Es ciertamente un planteamiento serio para justificar una inversión, elevada, sin duda. Nada parecido ha ocurrido con los Leopard ni con los Centauro o Pizarro, que no se han estrenado ni siquiera. 

Ello obliga, ineludiblemente, a que los vehículos que el Ministerio de Defensa considera adquirir ahora, deberán estar protegidos de forma directa y específica contra minas, contra IED,s (explosivos improvisados), y contra EFP,s (explosivos perforantes artesanales). Algo muy importante a tener en cuenta y que debe conseguirse sin blindaje adicional. En los países occidentales, la potenciación de las unidades militares que se consideraban como más adecuadas para intervenir en situaciones de crisis y conflictos regionales, presuponía que eran las fuerzas ligeras terrestres, dotadas con vehículos de ruedas, las que desempeñarían un papel más relevante, al considerar que eran más apropiadas que las tradicionales “mixtas-pesadas” – mezcla de ruedas y cadenas-, en el marco de operaciones de ayuda humanitaria y de mantenimiento o imposición de la paz, para patrullar y controlar zonas relativamente am- plias.

Vehículo ASCOD Pizarro. Nunca se ha valorado la opción de un ejército "de cadenas"

Además de su relativa ligereza, los vehículos de ruedas tienden a consumir significativamente menos combustible y grasas que los de cadenas con un peso similar. Esta ligereza relativa y unas necesidades logísticas reducidas dan a la familia de vehículos de rueda un margen de superioridad sobre los de cadenas en el ámbito de la movilidad estratégica, entendiendo ésta como transporte de fuerzas a distancias continentales e intercontinentales, dadas sus necesidades de sostenimiento menores, pero los consumos menores dejan de ser tales cuando los vehículos de ruedas se mueven fuera de carreteras.

En este caso, a igualdad de peso, el consumo de combustible es, al menos, similar al de cadenas. Para el caso de misiones de control de área y patrullas -que viene siendo lo habitual-, el desplazamiento sobre carreteras, o pistas, predomina, y por tanto es más evidente la ventaja del menor consumo de los de la clase ruedas. Incluso en el contexto de escenarios de combate típicos de baja o media intensidad, la realidad demuestra que las actividades fuera de carretera constituyen menos del 50% del total de los desplazamientos. Los vehículos de ruedas presentan, además, dos ventajas importantes a la hora de desplegar en una zona de operaciones:
  • En primer lugar, necesitan detenerse menos frecuentemente para repostar (como regla general, se puede considerar que el radio de acción de los vehículos de ruedas supera a los de cadenas entre un 50% y un 100%).
  • En segundo lugar, la velocidad media por carretera es también superior a los de cadenas en una proporción semejante, entre un 50% y un 100% superior.

Con el 8x8 también se ganará en movilidad táctica sobre el BMR-600, aunque nunca llegará a la de un vehículo de cadenas.
Con el 8×8 también se ganará en movilidad táctica sobre los BMR-600 y VEC, aunque nunca llegará a la de un vehículo de cadenas

El hecho de que los vehículos de ruedas puedan cubrir distancias mayores a velocidades superiores que los de cadenas, presenta otra ventaja adicional: Resulta mucho menos fatigoso para el personal, ya que las vibraciones son menores también y el tiempo necesario para ciertas misiones se reduce, aumentando las horas de descanso de los soldados. Ahora bien, teniendo en cuenta el requerimiento y necesidad expresado por el Ministerio de Defensa, hay que considerar la posibilidad de llegar a tener que estar en contacto directo con un enemigo potencial, y esta confrontación directa impone al menos dos requerimientos de movilidad:
  • Una buena movilidad fuera de carreteras es una condición previa importante, para ser capaz de evadir la acción enemiga y utilizar avenidas de aproximación inesperadas.
  • La agilidad -combinación de alta velocidad, buena aceleración y capacidad de zigzaguear-, es también clave para responder flexiblemente a los rápidos cambios de la situación táctica al nivel más básico.
En la movilidad fuera de carreteras es relevante el hecho de que la presión sobre el suelo es considerablemente superior en los vehículos de ruedas en relación a los de cadenas. Se debe tener en cuenta que la presión máxima media de los neumáticos oscila entre 300-450 kN/m2, y puede implicar unas capacidades de movilidad menores en terrenos blandos. Recientes estudios, no obstante, revelan que cuando se trata de vehículos sofisticados, de alta tecnología, y pesos y dimensiones similares, las diferencias no son tan claras, ya que los adelantos tecnológicos son aplicados por igual, y los consumos de carburantes y grasas en vehículos de un peso en orden de combate de 30 tms. son muy parecidos, sean de cadenas o de ruedas. Por otra parte, el consumo y comportamiento de los vehículos de cadenas en campo a través, resulta mejor que el de los de ruedas. Respecto al comportamiento en zonas urbanas, no hay duda de que un vehículo de cadenas está mejor cualificado para sortear y pasar por areas de escombros, que uno de ruedas.

BTR-80 de Polonia en Diwaniya. España ha interactuado ya con numerosos países que utilizan este tipo de vehículos y en muchos casos, se han llegadoa evaluar extraoficialmente.
BTR-80 de Polonia en Diwaniya. España ha interactuado ya con numerosos países que utilizan este tipo de vehículos y en muchos casos, se han llegadoa evaluar extraoficialmente. Fuente: Ejércitos.

No obstante, cuando pasamos a considerar las diferentes amenazas en el teatro de operaciones, vemos que en cuanto a protección no hay una alternativa actual viable que sustituya al blindaje, y eso es lo que ha motivado precisamente el desarrollo y puesta a punto de vehículos especialmente protegidos, como son los tan ansiados MRAP. La relación directa entre volumen y peso del blindaje y protección no parece que se vaya a modificar por la introducción de nuevas tecnologías a corto y medio plazo, y menos de aquí a 2020, fecha en la que esperamos que al fin el futuro vehículo 8×8 entre en servicio en números razonables. Por otra parte las exigencias de protección de los vehículos son cada vez mayores, y con los niveles de protección requeridos hoy, resulta poco realista pretender que sean alcanzables por vehículos de ruedas de menos de 20-25 toneladas, que como mucho soportan solo los efectos de armas ligeras de infantería, y ametralladoras hasta calibres máximos de 12,70 o 14,5 mms. Esto obliga a configuraciones especiales de los vehículos de ruedas, simplemente por razones de volumen para soportar los pesos.
Los sistemas de blindaje reactivo que pueden ser instalados sobre el blindaje estructural de un vehículo se han mostrado eficaces contra misiles contracarro de carga hueca, si bien resultan poco o nada eficaces contra los proyectiles de energía cinética, pero los incrementos de peso que supone su instalación hace que no sean viables en vehículos de peso inferior a 30 toneladas, razón esta que lleva a que el vehículo tenga una configuración 8×8, y por lo tanto un chasis mayor. Los vehículos de ruedas 8×8 presentan una ventaja adicional, además, en relación con la amenaza que presentan las minas, y, de hecho, son más resistentes a sus efectos, en cierto modo, que los de cadenas. Incluso con una o dos ruedas destrozadas un vehículo 8×8 puede seguir su movimiento durante determinada distancia y tiempo, lo que es imposible para los 4×4, por supuesto, e incluso para los de cadenas que, una vez la cadena ha quedado cortada, resultan inmovilizados.

Otro de los BTR-80, en este caso de Hungría que hemos podido catar.
Otro de los BTR-80, en este caso de Hungría que hemos podido catar


El desgaste de ruedas en un vehículo 8×8 en operaciones reales puede ser importante, no obstante, y conviene tenerlo en cuenta. Datos de la experiencia obtenida por el US Army en Irak advierten de un mínimo de un neumático de rueda diario, por unidad tipo compañía (13 vehículos). El Stryker norteamericano utiliza neumáticos Michelin XML 12.00R20, que tienen un coste unitario de 1.452,45 dólares USA. No es un aspecto a despreciar y menos para una economía como la nuestra.  

Sin duda, los vehículos de ruedas se mueven mejor por carreteras y pistas, y a más alta velocidad, sí, pero no es menos cierto este tipo de vías de aproximación, cuando son elegidas, tienen consecuencias negativas:son fácilmente identificables y previsibles, y por lo tanto es mucho más probable que sean minadas o defendidas de alguna forma, lo que aumenta su vulnerabilidad y el riesgo para los vehículos, dada su dependencia de estas rutas. Antes de adelantar conclusiones, sin embargo, conviene efectuar algunas consideraciones en cuanto a la potencia de fuego y el armamento principal con que puede dotarse a estos vehículos. Tradicionalmente los vehículos de transporte de personal no han ido armados con sistemas más pesados que la ametralladora de 12,70 mms. o similar, o en ocasiones un lanzagranadas múltiple de 40 mms. o, si acaso y con otra finalidad, con misiles contracarro de diferente tipo.

Pruebas de paso de zanja por parte de un VCR-105 Centauro
Pruebas de paso de zanja por parte de un VCR-105 Centauro

Sin embargo, ahora ya se han logrado instalar cañones de 105 mms –caso del VRC-105 Centauro– y hasta de 120mm ,en vehículos 8×8, de un peso entre 25 y 30 Tms., del mismo tipo que los instalados en los carros de combate, lo que les proporciona una potencia ofensiva similar a la de los medios de cadenas más pesados. El principal problema, no obstante, reside en el volumen y espacio que tales sistemas de armas requieren, y que al final llegan a hacer que el vehículo, sea de ruedas o de cadenas, venga a tener casi el mismo volumen y peso en orden de combate con lo cual se va, como se dive vulgarmente, lo comido por lo servido.
Lo normal es dotar estos vehículos, no obstante, con armas automáticas de tiro rápido y gran potencia de fuego, como son los cañones de 20 a 30 mms., que no resultan especialmente complicados y pueden incorporar un sistema de estabilización para el tiro en movimiento y que, de hecho, suelen ser más sencillos y menos costosos que en el caso de vehículos de cadenas. Así dichas las cosas, y a pesar de ciertos interrogantes, todo parece aconsejar -dada la actitud reinante en el Ministerio de Defensa-, adquirir un nuevo vehículo blindado tipo 8×8, entre los disponibles actualmente en el mercado, con protección frente a minas, misiles contracarro, IED,s y EFP,s. Además, debe estar dotado con armamento potente y disponer de una desahogada capacidad de transporte, algo tal y como ya lo ha hecho la Armada, por otra parte, para la Infantería de Marina, que optó en 2001, por el suministro de los vehículos acorazados anfibios 8×8 Mowag Piraña IIIC, desarrollados por la empresa suiza MOWAG perteneciente en la actualidad a General Dynamics.
Las cadenas ofrecen la ventaja de no depender tanto de carreteras y pistas, como se ve en esta exhibición del Ejército de Tierra.
Las cadenas ofrecen la ventaja de no depender tanto de carreteras y pistas, como se ve en esta exhibición del Ejército de Tierra

Ésta es una opción alternativa que debería haber sido evaluada en su día, quizás antes de iniciar un programa como el que se pretende. Esta decisión inicial, obviamente amparada desde el Ministerio de Defensa, supuso la paradoja de que las unidades del ET, que son las más directamente implicadas en las amenazas por ataques y atentados con minas e IEDs, careciesen de unos vehículos considerablemente más avanzados que el BMR, cuando se dotaba con ellos a las unidades de la BRIMAR, y ahora supondrá que habrá dos vehículos 8×8 diferentes, el citado de Infantería de Marina y el que se adquiera para el ET. A simple vista, no parece muy acertado, pero estos son los hechos.

Sin duda, el final de la Guerra Fría y el colapso de la URSS pusieron de relieve un nuevo escenario estratégico, considerándose casi ya que los conflictos de alta intensidad han desaparecido, y que lo que se requiere ahora es que las naciones estén en condiciones de desplegar rápidamente fuerzas capaces de cumplir sus misiones a gran distancia de sus lugares habituales de guarnición y con unas necesidades mínimas de apoyo logístico, por más que en este Sitio Web no estemos de acuerdo… Aun así, todos los expertos coinciden en que la mejor solución ante tales necesidades la constituyen los vehículos de ruedas y dentro de éstos, los vehículos 8×8, por permitir garantizar una configuración equilibrada de peso y protección junto con un grado de movilidad adecuado. Solo que esta idea se ha introducido en los ejércitos occidentales desde 2004-2006 –e incluso antes en el caso del Ejército norteamericano-, y para el ET español llegará con no menos de una década y media de retraso. Más vale tarde que nunca. (Continuará…)

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