La Academia de Suboficiales crea una nueva tradición: regalar banderas de España.


Imagen de archivo de la Academia General Básica de Suboficiales.
La academia de suboficiales de Talarn, en la provincia de Lérida, celebró en su salón de actos la clausura del curso de la Enseñanza Militar para Incorporación a la Escala de Suboficiales (EMIES), correspondiente a la XLV promoción.

Hubo discursos, una lección magistral de un general en la reserva, y se entregaron cuadros de honor, menciones honoríficas y una alabarda a los alumnos con mejores resultados. En la ceremonia estuvieron presentes autoridades locales de esta zona de Cataluña, como la alcaldesa de Talarn, Inés Moré, y el presidente del Consejo Comarcal de Pallars Jussà, Constantino Aranda, a sólo dos días de las elecciones al Parlamento autonómico. Ese mismo día, pero ya fuera del salón actos, en el patio, los alumnos de la academia recibieron un obsequio. Se trató de una bandera de España, concretamente lo que se denomina una bandera de mochila o de percha. En estas páginas ya se contó esa vieja tradición del ejército español que nació en las campañas en el norte de África a finales del siglo XIX. La bandera se colocaba sobre la mochila, y el diseño era con las franjas verticales y no horizontales, con el escudo de la unidad en la franja amrilla central. La bandera colgaba de las mochilas, tapaba las pertenencias de los soldados -muchos de ellos reclutas de levas obligatorias- y en caso de que el militar muriera en campaña, se le enterraba con ella.

Algunas unidades de las Fuerzas Armadas, sobre todo del Ejército de Tierra, y asociaciones dedicadas a la Historia militar están tratando de recuperar en los últimos años esta costumbre de repartir banderas de mochila. Esa misma es la intención de la Academia General Básica de Suboficiales. En este final de curso repartieron las banderas de mochila en una ceremonia presidida por el coronel al mando de la academia, quien pretende instaurar esta entrega de banderas de España a cada alumnos como una tradición previa a la jura de bandera que tendrán que hacer los aspirantes a suboficiales. La enseña rojigualda que se les entregó es de pequeñas dimensiones, 60 cm por 80 cm. Tras recibir las banderas, los alumnos a su vez arriaron por última vez la bandera del edificio de aulas, y junto al monumento a los caíados interpretaron el toque de oración. (Jesús.R.G.)


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