El ejército planea prohibir la geolocalización en las misiones internacionales.

Mapa aéreo de Marjaayun, en Líbano. Una línea amarilla parte de la base española Miguel de Cervantes y va cubriendo algunas de las carreteras regionales que rodean la zona. Se trata de una de las rutas que las patrullas españolas de la ONU realizan en los bordes de la ‘Blue Line’ que separa Líbano e Israel, una de las zonas más calientes del planeta. Este es sólo uno de los ejemplos de cómo la aplicación de control deportivo Strava fue capaz de revelar importantes datos secretos de los ejércitos aliados en sus zonas de operaciones. El escándalo afectó principalmente a las tropas estadounidenses, llegando incluso a identificar bases secretas en Irak. 

Pero también tuvo su eco en España. Así lo demostró ECD tras analizar los mapas de calor que generaban los militares cuando ejecutaban esta aplicación/red social en sus teléfonos móviles, relojes o pulseras deportivas. Lo que ocurría en Líbano ocurría también en Koulikoro (Malí), en Adazi (Letonia) o en Kabul (Afganistán). También los servicios de inteligencia españoles sufrieron los efectos de Strava. En la sede central del CNI se veía como desaparecía el rastro de la geolocalización en la zona del aparcamiento. Pero en otras instalaciones, como la finca ‘El Doctor’ de Ciudad Real, donde se forma a los espías españoles, se podía ver las rutas de running que seguían quienes se encontraban en su interior. 

Estados Unidos lo ha prohibido 
El pasado mes de agosto, el Ejército estadounidense daba un paso adelante para restringir el uso de este tipo de tecnologías. Alegando motivos de seguridad, el Pentágono prohibió el uso de estos dispositivos de geolocalización en “zonas operacionales”. A partir de este verano, los militares estadounidenses destinados en bases en el extranjero no podrán utilizar servicios de geolocalización en sus teléfonos móviles. No afecta sólo a aplicaciones deportivas, sino a mapas, servicios de meteorología y muchas otras apps que utilizan el posicionamiento del usuario para su funcionamiento. 

España estudia seguir el ejemplo 
Cuando surgió el escándalo, ECD pudo contactar con fuentes involucradas en los planes de autoprotección de las Fuerzas Armadas, que admitieron su incredulidad ante el fallo de seguridad que representaba Strava y la inquietud que generaban los datos filtrados: podrían ser utilizados por enemigos para organizar algún tipo de ataque contra las tropas. 

Además, admitían que en Defensa y en el Estado Mayor de la Defensa se estaba valorando tomar algún tipo de medida al respecto para minimizar el riesgo que entrañan este tipo de aplicaciones. Ahora, tal y como ha sabido ECD, España está planeando seguir el mismo camino que Estados Unidos y prohibir el uso de la geolocalización en dispositivos de militares que se encuentren destinados en misiones en el extranjero. La decisión, explican, aún no se ha tomado. Pero admiten que es posible que se emita una orden operativa al respecto a los contingentes desplegados en misiones internacionales antes de final de este 2018. 


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