La chapuza de los 25.000 fusiles CETME ofrecidos por España a la OTAN.

Un legionario con un CETME versión L.
Un legionario con un CETME versión L.

Antes de confirmarse el envío a Turquía de una batería de misiles Patriot, acompañada de 130 militares, una de las opciones que barajaba España era la de poner 25.000 fusilesCETME L a disposición de la misión de la OTAN contra el Estado Islámico. Según ha sabido ECD, la oferta provenía de Moncloa, no del Ministerio de Defensa. Se seguiría así la línea estratégica de otros países, como Estados Unidos o Francia, que han proporcionado armas a rebeldes kurdos en el norte de Siria e Irak para su lucha contra el ejército del denominado Estado Islámico. Sin embargo, el ofrecimiento chocó directamente con los intereses de uno de los socios de la misión. Turquíatrasladó a Españasu malestar por la posibilidad de armar a milicias kurdas, a las que Ankara considera una amenaza para su seguridad. Finalmente, la aportación quedó reducida a la batería de Patriots.

CETMES almacenados
Fuentes militares consultadas por El Confidencial Digital indican que esta propuesta “se salió de toda lógica”, e indican que el ofrecimiento “tuvo que partir forzosamente de un político, nunca de un militar que conozca el estado de estos fusiles”

Estas 25.000 armas se encuentran actualmente almacenadas en arsenales militares de toda España, desde que fueron paulatinamente apartadas del servicio desde finales de la década de los noventa y principios del 2000 cuando entraron en escena los nuevos G-36. Buena parte de estos 25.000 CETME L, aseguran fuentes militares conocedoras de su estado, se encuentran aún sin estrenar, engrasadas para mantenerlas en buenas condiciones en caso de ser necesarias en un futuro forman parte de la reserva de guerra, aseguran-.

Un fusil problemático
Tal y como explican, el fusil que fue diseñado y producido para sustituir al vetusto CETME C- sufre de “errores de concepto y fabricación”. A mediados de los años 80 se decidió renovar los fusiles de las Fuerzas Armadas, pero la decisión se tomó en un escenario económico difícil, con amplios recortes presupuestarios en materia de Defensa. Con el objetivo de hacer más económico el fusil, se utilizaron materiales plásticos que empeoraban la calidad y respuesta del arma, y pronto comenzó a dar problemas. Tantos que incluso algunas unidades rechazaron su uso y volvieron a la versión antigua. Militares españoles que han utilizado este fusil destacan sobre todo “la poca fiabilidad de la mecánica interna del arma”. Explican que eran muchas las veces que la munición se quedaba atascada durante prácticas de tiro, teniendo que procederse a extraer balas atrapadas  dentro del mecanismo.

Otras fuentes destacan que estas armas eran “endebles a la altura del encastre del cañón con el cuerpo del fusil. Al calentarse por tiro intenso, los proyectiles se dispersaban como una escopeta”, lo que reducía de forma sustancial la puntería del arma. Los cargadores, dicen, eran de mala calidad y en ocasiones dejaban de funcionar después del primer uso. Además se llegaron a romper culatas y cuerpos del arma durante maniobras, a causa de golpes contra el suelo. Estos problemas, explican, pueden solucionarse en gran medida utilizando una munición más suave que la fabricada por Santa Bárbara del calibre 5,56 x 45 OTAN, que fuera más tolerante con los defectos mecánicos del arma. Sin embargo, “ni kurdos ni iraquís disponen de este tipo de munición, ya que utilizan munición entregada por Estados Unidos”. (Jesús.R.G.)


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