La faja militar española es de color rojo ininterrumpidamente desde el siglo XVI,
cuando los tercios dominaban los campos de batalla europeos y las
costas y los mares de medio mundo. Llevar una faja roja, anudada a la
cintura o cruzando el pecho, era la manera de decir “soy militar
español”. Otros ejércitos europeos utilizaban también fajas pero de sus
colores característicos: naranja en Holanda, blanco en Francia, verde o
azul en la Italia sin unificar, verde en Portugal, amarillo en Austria,
negro en ‘Alemania’, y de modo parecido en Suecia y Rusia.
En varios de estos ejércitos se conserva hoy el uso tradicional de las
fajas de colores, aunque en otros, el uso de perdió, como en Francia.
LA FAJA ROJA
Al cabo de los siglos, la tradicional faja roja española ha quedado reservada exclusivamente a los generales y almirantes. Por eso la lleva el Rey Juan Carlos y por eso la llevará el Rey Felipe VI
en cualquiera de los uniformes de los ejércitos. Ahora bien, en la
actualidad, el uso de la faja roja se reserva para las ocasiones más
señaladas como, por ejemplo, las de gala y los actos sociales.
La faja
es de seda y se lleva en la cintura, por encima de la guerrera o
levita, y se anuda con un lazo, preceptivamente en el lado izquierdo;
del lazo caen sus dos extremos que rematan en grandes borlas doradas y,
justo por encima de éstas, se llevan tantos entorchados es un bordado
de hojas encadenadas, característico de los generales como estrellas de
cuatro puntas llevan: una los generales de brigada, dos los de
división, tres los tenientes generales, cuatro los generales de ejército
y, finalmente, cinco, los capitanes generales D. Juan Carlos y D. Felipe. Finalmente, la faja roja sujeta la banda de la gran cruz que lleve en ese momento el general o almirante. Hay
dos tipos de faja, que cada general elige personalmente: la
tradicional, cuya longitud obliga a que de varias vueltas a la cintura y
a hacer el nudo y lazo cada vez que se lleva; y la de confección
simplificada que da una sola vuelta y se cierra con un broche oculto en el lazo, fijo, del que caen los extremos con las borlas.
EL FAJÍN ROJO

El fajín rojo nació a mediados del siglo XVIII para llevarlo a la cintura por debajo de la casaca militar porque la moda era llevar esta prenda desabrochada. Era sólo la parte delantera de una faja, sólo lo que resultaría visible por delante; se anudaba a la espalda y, por lo tanto, carecía de nudo, lazo, caídas, borlas y entorchados. Al carecer de caídas, los entorchados esto es, el bordado encadenado cuyo número muestra el empleo del general se situaban en el centro de la parte delantera. En el siglo XIX, cuando se autorizó a los generales a vestir de paisano, debían llevar el fajín rojo por debajo de la levita o chaqueta civil, para que no dejara de mostrarse el ser general. Los usos actuales del fajín quedan asociados a los actos sociales.
El fajín rojo nació a mediados del siglo XVIII para llevarlo a la cintura por debajo de la casaca militar porque la moda era llevar esta prenda desabrochada. Era sólo la parte delantera de una faja, sólo lo que resultaría visible por delante; se anudaba a la espalda y, por lo tanto, carecía de nudo, lazo, caídas, borlas y entorchados. Al carecer de caídas, los entorchados esto es, el bordado encadenado cuyo número muestra el empleo del general se situaban en el centro de la parte delantera. En el siglo XIX, cuando se autorizó a los generales a vestir de paisano, debían llevar el fajín rojo por debajo de la levita o chaqueta civil, para que no dejara de mostrarse el ser general. Los usos actuales del fajín quedan asociados a los actos sociales.
FAJA Y FAJÍN
Así
pues, ambos distintivos son de igual color y significan lo mismo, pero
son diferentes en la forma, dimensiones y estructura, así como sobre qué
uniformes han de colocarse y cómo. Toda la casuística está recogida en
las normas reglamentarias sobre la uniformidad de cada ejército.
EL ROJO, EL PRIMER COLOR REPRESENTATIVO DE ESPAÑA
Lo más interesante de las fajas y los fajines rojos
es que son la prueba palpable de la antigüedad y continuidad de los
ejércitos españoles, junto con la importancia que tiene para ellos la
conservación de los símbolos y las tradiciones.
En concreto, el rojo es uno de los colores nacionales, el que primero apareció, allá en la lejana Reconquista,
donde también era muy frecuente su combinación con el oro o amarillo en heráldica, banderas, etc.. Por ello, con ambos y no con otros, se
formó la nueva bandera que Carlos III dio en 1785 a los barcos de guerra generando la bandera de España. Y por ello, con toda probabilidad, esas fueron las razones para que se eligiera el rojo para la camiseta de la selección española de Fútbol en 1920.
Fuente: http://www.onemagazine.es/
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