La factura de los proyectos de los noventa se pagará hasta 2030.


Defensa prepara un nuevo programa de inversiones cuando aún no ha terminado de pagar la factura del anterior. Los llamados PEAS (Programas Especiales de Armamento) que se contrataron en la última década del siglo pasado y la primera de éste (entre ellos, las fragatas F-100, los carros de combate Leopard o los cazas EF-2000) costaron 30.000 millones de euros. Según el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, ya se han pagado 6.000 y faltan por financiar unos 9.000 hasta 2030. La diferencia entre ambas cifras corresponde a los 14.500 millones adelantadados por el Ministerio de Industria a las empresas y que estas deberían devolver a medida que vayan cobrando de Defensa. Lo cierto, sin embargo, es que hasta ahora las empresas solo han devuelto 141 millones y en 2015 deberían devolver 117 más.

Es imposible que Defensa reciba en los próximos años una inyección de 23.500 millones para pagar la cuenta pendiente de los PEAS y otros 10.000 para los nuevos programas. Más bien se piensa, aunque no se diga, que los 14.500 millones adelantados por Industria serán condonados; es decir, Defensa no los recibirá y las empresas no deberán devolverlos. Aún así, el presuesto de Defensa no alcanza para digerir la abultada factura y cada verano, desde que gobierna el PP, ha recibido un crédito extraordinario: 1.783 millones (2012), 877 (2013) y 884 (2014). Argüelles ha anticipado que en 2015, y ejercicios venideros, pedirá entre 800 y 900 millones anuales más por el mismo procedimiento. Si se suma el presupuesto del Ministerio más los créditos extraordinarios y las operaciones en el exterior, España gasta en Defensa el 0,9% del PIB, por debajo del 1,4% de media de la OTAN y lejos del 2% que se quiere alcanzar en una década. (Jesús.R.G.)


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