Defensa destina 171 millones a comprar cuatro ‘megadrones’.


Las Fuerzas Armadas españolas contarán a partir de año próximo con drones de carácter estratégico-operacional capaces de volar durante más de 24 horas por encima de los 10.000 metros de altitud. El Ministerio de Defensa ha incluido en sus presupuestos de 2016 una partida de 25 millones de euros para "la adquisición del sistema aéreo no tripulado RPAS, de uso conjunto para las Fuerzas Armadas". Según el plan plurianual de inversiones que acompaña al presupuesto, este programa tendrá un coste de 171 millones entre 2016 y 2020. La inclusión de esta partida en el presupuesto supone el espaldarazo definitivo para el lanzamiento del RPAS (Sistema Aéreo Tripulado Remotamente), tras meses de incertidumbre por la escasez de recursos. 

El objetivo es adquirir cuatro aviones, con dos estaciones terrestres de control (una fija y otra portátil) y los equipos asociados. El Ministerio de Defensa ha seleccionado dos ofertas: el MQ-9 Reaper, de la firma estadounidense General Atomics, aliada con la española Sener; y el Heron TP de Israel Aerospace Industries (IAI), con Indra como socio nacional. Aunque el sistema será responsabilidad del Estado Mayor de la Defensa, al tratarse de un programa conjunto de los tres ejércitos, la Fuerza Aérea se inclina por el Reaper —también denominado Predator B— ya que es el modelo adquirido por Reino Unido, Francia, Italia y Holanda, lo que facilita tanto el adiestramiento de los pilotos como la posibilidad de compartir procedimientos o actuar conjuntamente en operaciones. El Ejército de Tierra español dispone ya de mini drones, como los más de 20 Raven, de menos de 15 kilos y 50 kilómetros de autonomía, que ha utilizado en Afganistán. 


Este fue también el escenario donde se estrenaron los seis Searcher MK III, drones tácticos de hasta 200 kilómetros de autonomía; al igual que el Scaneagle que acaba de adquirir la Armada y que embarca en los buques que combaten la piratería en el océano Índico. Sin embargo, España carece de drones operacionales o estratégicos, que vuelan incluso por encima de las aerovías comerciales, pesan varias toneladas y despegan y aterrizan en pista como los aviones convencionales. Estos modelos pueden ir equipados con bombas y misiles, y han sido profusamente usados por EE. UU. en la guerra contra el yihadismo, pero Defensa asegura que solo planea armarlos como sensores y radares de vigilancia. Aunque en ocasiones se denomina a estos aparatos UAV (Vehículos Aéreos no tripulados), la denominación RPAS es más adecuada, ya que sí están tripulados, pero a distancia. Precisamente, la formación de las tripulaciones será una de las primeras fases del programa, por lo que no se espera que los aviones estén operativos antes de 2017. 

Se tratará, en todo caso, de un programa de adquisición, con muy escaso retorno para las empresas españolas, de ahí que su coste figure en el presupuesto de Defensa y no en el de Industria, que supuestamente solo financia aquellos programas de armas con algún componente de investigación y desarrollo. En 2016, serán cinco programas de armas los que financie Industria (el submarino S-80, el helicóptero NH-90. los Buques de Acción Marítima, la fragata F-110 y los vehículos 8x8), por un importe total de 468,1 millones de euros, casi tanto como el capítulo de inversiones de Defensa (493,6 millones). El RPAS será en realidad un programa de transición hasta que exista un dron estratégico europeo, en torno al 2025. El Ministerio de Defensa español ya ha mostrado interés en sumarse a los de Alemania, Francia e Italia, que el pasado 18 de mayo decidieron en Bruselas destinar 60 millones de euros a estudiar la viabilidad del proyecto. (Jesús.R.G.)


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