Rusia ha abandonado Ceuta como ‘puerto amigo’. El enclave del Estrecho de Gibraltar ha dejado de ser una opción para la flota militar rusa, que desde 2011 a 2016
realizó un total de sesenta escalas de unidades navales. Unas paradas
que suponían grandes beneficios para la economía de la ciudad autónoma.
Según confirman a El Confidencial Digital fuentes extraoficiales del Ministerio de Exteriores, España “no ha recibido ninguna petición de permiso para hacer escala” por parte del gobierno de la Federación Rusa. Y según entienden estas fuentes, “no lo harán en un futuro, ni a corto ni a medio plazo al menos”.
La crisis del Kuznetsov fue definitiva
Finales de octubre de 2016. El portaaviones ‘Kuznetsov’ encabeza una flota de guerra que navega por el Atlántico rumbo a Siria, donde el Kremlin ha ordenado intensificar las operaciones militares contra el Estado Islámico.
Finales de octubre de 2016. El portaaviones ‘Kuznetsov’ encabeza una flota de guerra que navega por el Atlántico rumbo a Siria, donde el Kremlin ha ordenado intensificar las operaciones militares contra el Estado Islámico.
Un mes antes, en septiembre, el Negociado de Sobrevuelos y Escalas dependiente del Ministerio de Exteriores
recibió una petición de permiso del Ministerio de Defensa ruso. Se
solicitaba luz verde a la escala de tres escoltas que formaban parte de
la flotilla rusa en la ciudad de Ceuta. El permiso fue concedido, como
venía siendo habitual en años anteriores.
Exteriores negoció con el Kremlin
Aquella petición puso a España en el disparadero de los países OTAN más críticos con las escalas rusas en Ceuta. La presión diplomática de Reino Unido y Estados Unidos, apoyada en las tesis de Gibraltar, llevó a la OTAN a ‘recomendar’ a España que se prohibiese la parada técnica de los tres escoltas rusos. Algo que finalmente ocurrió. Sin embargo, tal y como reveló El Confidencial Digital en aquellos días, Exteriores y la embajada rusa llevaron una discreta negociación diplomática para tratar de zanjar la crisis de la forma menos dañina para ambas partes.
Aquella petición puso a España en el disparadero de los países OTAN más críticos con las escalas rusas en Ceuta. La presión diplomática de Reino Unido y Estados Unidos, apoyada en las tesis de Gibraltar, llevó a la OTAN a ‘recomendar’ a España que se prohibiese la parada técnica de los tres escoltas rusos. Algo que finalmente ocurrió. Sin embargo, tal y como reveló El Confidencial Digital en aquellos días, Exteriores y la embajada rusa llevaron una discreta negociación diplomática para tratar de zanjar la crisis de la forma menos dañina para ambas partes.
Se llegó así, según fuentes diplomáticas españolas, a un acuerdo: España no prohibiría a Rusia la escala de buques en Ceuta,
sino que solicitaría información sobre la misión de la flota y
posteriormente sería el Ministerio de Defensa ruso quien desestimaría
esta escala y la sustituyera por otra ubicación. En la tarde del pasado miércoles, Rusia hacía pública su decisión de que los tres buques de la flota del Mar del Norte no entrarían al puerto ceutí. Se evitaba así la formula de la revocación de autorización de escala, que podría servir de precedente para el futuro. La puerta a futuras escalas quedaba abierta por la parte española.
Presión de los lobbys pro gibraltareños
Estas escalas venían soliviantando desde hace años los ánimos de la diplomacia británica y de algunos círculos políticos norteamericanos. Consideraban que España estaba siendo desleal a sus aliados de la OTAN: la escasa distancia -unos 35 kilómetros- entre Ceuta y Gibraltar ponía “en peligro” la seguridad de los buques y submarinos que atracaban en el Peñón.
Estas escalas venían soliviantando desde hace años los ánimos de la diplomacia británica y de algunos círculos políticos norteamericanos. Consideraban que España estaba siendo desleal a sus aliados de la OTAN: la escasa distancia -unos 35 kilómetros- entre Ceuta y Gibraltar ponía “en peligro” la seguridad de los buques y submarinos que atracaban en el Peñón.
Toda esta ofensiva, apoyada por think tanks como la Heritage Foundation
estadounidense, salió reforzada tras la crisis de Crimea en 2014 y las
posteriores sanciones impuestas al gobierno de Vladimir Putin. La
presión hacia España para prohibir las escalas rusas en Ceuta aumentó
considerablemente a partir de ese momento.
Ceuta y Melilla no son territorio OTAN
En
la Armada española, el conflicto se ve de una manera muy distinta.
Fuentes consultadas por ECD advertían previamente a esta crisis que si
España acoge submarinos rusos es “porque Ceuta y Melilla están fuera del paraguas de la OTAN”. En abril de 1949, 12 países firmaban el denominado Tratado de Washington
por el que se constituía oficialmente la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN). En sus artículos 5 y 6 se establece que
cualquier ataque contra un territorio de América del Norte o Europa será
tomado como un ataque contra todos los socios.
Ahí se incluyen, también, varias excepciones de territorios ajenos a Europa
o América del Norte a los que se aplicará la misma protección: los
departamentos franceses de Argelia (1), contra el territorio de Turquía o
contra las islas bajo jurisdicción de cualquiera de las partes en la
región del Atlántico Norte al norte del Trópico de Cáncer. En 1982, España firma su adhesión a la OTAN. Sin embargo, la Alianza no modifica estos puntos del tratado. Ceuta y Melilla, por tanto, quedan implícitamente fuera del paraguas de protección de la Alianza ante un eventual ataque. Las interpretaciones de este y de posteriores acuerdos (como el ‘Strategy Concept’ firmado por todos los socios en la cumbre de Lisboa de 2010)
están abiertas a entender que la protección de la OTAN se aplica a
todos los territorios que formen parte del espacio de soberanía de los
aliados. Es decir, implícitamente Ceuta y Melilla están bajo protección efectiva de la Alianza. Sin embargo, no existe una declaración explícita de ello. (Jesús.R.G.)
Triste papel el de España basureada por los ingleses una vez mas.
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