Así se prepara el Tercio de Armada para su despliegue en Mali.

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Los blindados se mueven lentamente por el campo de adiestramiento del Retín. Los infantes de Marina los prueban, se montan en ellos, verifican las comunicaciones. Acaban de recibir estos vehículos MRAP (’Mine Resistant Ambush Protected’ o Resistentes a las Minas y Protegidos contra Emboscadas), procedentes de unidades del Ejército de Tierra en Asturias y Madrid, para que se adapten a su manejo.

Llevan un año preparándose para desplegar en cualquier momento con el batallón de alta disponibilidad, pero ahora, estos 60 hombres ven mucho más cerca cómo llega el día de «hacer el petate» y poner rumbo a Mali el próximo mes de enero. Allí permanecerán seis meses, cumpliendo una misión clara, proteger a los equipos de instructores de la Unión Europea que forman a las Fuerzas Armadas malienses, con el objetivo de que éstas puedan conducir las operaciones militares necesarias para recuperar la integridad territorial del país y neutralizar la amenaza de los grupos terroristas que operan en la zona. Es decir, proporcionar la seguridad y protección necesarias para que la labor de adiestramiento de los militares africanos pueda llevarse a cabo.  
Adiestramiento teórico y práctico
Todos ellos pertenecen al Segundo Batallón de la Brigada de Infantería de Marina Tercio de Armada (TEAR). Dos secciones que se integrarán en la compañía de protección a los equipos de instructores de la operación EUTM-Mali y que, actualmente, se encuentran en una primera fase de preparación y adiestramiento de cara a la misión. «Estos primeros pasos se dirigen fundamentalmente al adiestramiento individual, conociendo cada infante de Marina la labor específica encomendada dentro del equipo. Las próximas fases se centrarán en el adiestramiento colectivo a nivel táctico, con el objetivo de lograr una solida cohesión de las secciones que van a desplegar y trabajar juntas», explican a LA VOZ fuentes del Tercio de Armada. Por lo tanto, la instrucción para desplegar en Mali es tanto teórica como práctica. 
En el plano teórico los infantes están familiarizándose con la zona de operaciones, aprendiendo las características, cultura, etnias, religiones y costumbres del país, así como conociendo a fondo la misión de entrenamiento de la Unión Europea (EUTM en sus siglas en inglés) de la que van a formar parte. Y a nivel práctico se encuentran estudiando las técnicas, tácticas y procedimientos relacionados con los cometidos de seguridad que van a tener que llevar a cabo durante la misión. Uno de los aspectos importantes de este aprendizaje es el conocimiento de los vehículos MRAP modelos RG-31 Mk V de 15 toneladas y LINCE de 6.5 toneladas con los que van a contar en el teatro de operaciones de Mali y que prueban en la Sierra del Retín. Las actividades de adiestramiento con estos blindados incluyen sesiones tanto teóricas como prácticas de conducción, recuperación, mantenimiento básico y manejo de los sistemas de armas. Su elección para emplearse en Mali no es casual, fueron adquiridos para dotar a las Fuerzas Armadas durante las misiones en Afganistán y Líbano y son los vehículos que más seguridad proporcionan al personal militar en cuanto a emboscadas o ataques con artefactos explosivos improvisados (conocidos como IED’s).
Ganas, ilusión y prudencia
Cuando lleguen se incorporarán a una misión en la que participan más de 20 países y lo harán junto con una sección de La Legión que conformará la nueva rotación de una operación internacional en la que España participa desde abril de 2013.  No tienen miedo ni dudas, saben que la formación que han recibido y están recibiendo les hará superar la prueba con éxito y volver en junio a Cádiz con la misión cumplida. «No haremos nada que no hayamos practicado antes», afirma confiado el soldado Francisco Luque, un malagueño de 23 años que llegó hace tres al TEAR y para el que EUTM-Mali es su primer despliegue en el exterior. «Con ganas, muchas ganas», declara este tirador de ametralladora pesada al preguntarle cómo afronta la misión.  Para otro de los tiradores, el cabo Óscar Ledesma, será la quinta vez que marche a operaciones. «He estado tres veces en Bosnia y una en Líbano», explica este infante de Marina que nació hace 35 años en Ecuador y lleva 14 en el Tercio de Armada. Pero «el escenario es diferente, cuando estuve en Bosnia, el país acababa de salir de una guerra, ahora vamos a una zona que se encuentra en conflicto», declara el cabo Ledesma.
Son conscientes de que, como advierte el sargento Rumaldo Cubides, jefe de pelotón, en este tipo de misiones «la situación es inestable, pero nosotros estaremos lejos de los puntos de conflicto». Además, son «militares escogidos, cada uno desempeñamos un puesto y una labor específica», puntualiza este chiclanero que vio la luz en Colombia hace 33 años y es infante de Marina desde hace 12, tiempo en el que ha desplegado en una ocasión en Líbano y dos en Bosnia. Pero también saben que las condiciones climatológicas serán adversas, debido al calor y que tendrán que enfrentarse a la dificultad de moverse con los vehículos por carreteras en malas condiciones. A pesar de todo, encaran su próximo despliegue con «ilusión», como afirma el cabo primero Javier Cabaña, jefe de vehículo y segundo jefe de pelotón. Este isleño de 33 años lleva desde los 18 en el TEAR y en su mochila cinco misiones internacionales, dos en Bosnia, otras tantas en Haití y otra en África Occidental.
Y es que esta será la primera vez que la Infantería de Marina participe en la misión EUTM-Mali pero no que las botas de los infantes de SanFernando pisen suelo africano. Equipos de instructores del Tercio de Armada han participado en varias ediciones de Africa Partnership Station (APS), una iniciativa multinacional destinada a proporcionar asistencia militar a los países del Golfo de Guinea para incrementar la seguridad y estabilidad marítima en África Occidental. Además, Equipos de Desactivación de Explosivos (EDE) del Grupo de Movilidad Anfibia del TEAR desplegaron desde el año 2014 junto a los equipos de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) en la Operación de Apoyo a Cabo Verde, cooperando en la creación y adiestramiento de una unidad de operaciones especiales en el Ejército de ese país. Apenas dos meses les quedan a estos 60 militares para poner rumbo a Mali. Una nueva ocasión para demostrar que, allá donde se les requiera son «valientes por tierra y por mar».






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