Inquietud de Navantia porque el Gobierno no ha firmado la construcción de la fragata F-110.


El Gobierno aún no ha firmado la Orden de Ejecución de las fragatas F-110 para la Armada española. Una orden que en un primer momento se esperaba para el año 2017 y que fue poco a poco retrasándose hasta que el ejecutivo de Mariano Rajoy la prometió para el primer semestre de 2018. Sin embargo, llegó el mes de junio y la orden aún no había sido firmada, pese a que había un compromiso explicito del Ministerio de Defensa con la Armada y con Navantia, el fabricante de los buques. 

La moción generó nervios 
La salida del PP del gobierno, a través de la moción de censura, y la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa generaron dudas en la marina española y en la compañía naval. Sobre todo, porque la ratificación de los Presupuestos Generales del Estado estaba en el aire. Los PGE elaborados por el PP antes de la moción ya incluían los 251,9 millones de euros destinados a iniciar la fase de construcción de las cinco F-110. 

Fondos que serían aportados por el Ministerio de Industria, como ocurre con los grandes proyectos de Defensa. El pasado mes de agosto, la presidenta de Navantia Susana Sarriá admitió durante una visita a los astilleros de Ferrol que la orden de construcción se firmaría antes de finales de año. Sin embargo, de puertas para adentro, fuentes internas de la compañía admiten que existe “cierto nerviosismo” ante un posible cambio de parecer del Gobierno de Pedro Sánchez al respecto. 

La firma no llega  
Ya en julio, durante una reunión en Madrid entre Pedro Sánchez y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, el gobierno aseguró que firmaría la ejecución de las F-110 antes de finalizar el año. Lo que preocupa en la compañía es que “todo listo y a falta de la firma solamente”, esta no llegue. Recuerdan las fuentes consultadas que este año se ha finalizado la Etapa de Preparación de la Ejecución, tras aprobar la SDR (Revisión de la Especificación de Diseño del Sistema) en noviembre del año pasado. 

Un retraso generaría sobrecostes 
El plan inicial marcado entre Defensa, Armada y Navantia establecía que, para cumplir los plazos lo más ajustados posibles a los diez años necesarios para la consecución del proyecto, el final de la fase de definición y el inicio de la fase de ejecución deberían estar “sincronizados”. “No hace falta recordar que el programa va con cierto retraso ya, y en este punto es únicamente una cuestión de voluntad política. 

El dinero ya está aprobado y Estados Unidos ya ha aceptado la venta de los cinco sistemas de combate” asumen estas voces. “La prisas no son sólo de Navantia, el propio ministerio reconoce textualmente que cualquier retraso en el arranque del programa supondría un sobrecoste así como una infrautilización de medios”. Una frase que, efectivamente, figura en el documento de definición del programa elaborado el pasado mes de junio por Defensa. 


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