Faltan pilotos en el Ejército del Aire: una década para formarlos y luego se van a la empresa privada.

La cúpula de Defensa ha visita el Ala 12 del Ejército del Aire. Robles y el secretario de Estado han probado el simulador de vuelo del caza F18.
Simulador de vuelo de un caza F18 Hornet

El número de pilotos en el Ejército del Aire disminuye año a año. Una circunstancia que empieza a convertirse en un problema serio, debido a que se tarda casi una década en formar a un piloto para que tenga la máxima certificación. 

La crisis económica redujo el número de plazas ofertadas en las academias militares y las empresas privadas no tienen dudas en hacerles después suculentas ofertas con las que la capacidad económica de las Fuerzas Armadas no puede competir. Así se lo ha explicado este jueves el teniente coronel Alberto Valero, uno de los principales mandos del Ala 12 del Ejército del Aire, unidad dependiente del Mando Aéreo de Combate (MACOM) compuesta por cazas F-18 Hornet, durante la visita que la ministra de Defensa, Margarita Robles, y buena parte de la cúpula de su departamento han realizado a esta unidad, con la intención de conocer qué misiones realizan en el día a día y cómo se entrena para acometerlas. El militar ha detallado que el personal que trabaja en la unidad ha disminuido un 28 por ciento en el periodo 2010-2019 y que ese descenso también se ha visto reflejado en el número de pilotos de caza de combate. 

Se ha pasado de 23 a 17, después de las últimas ofertas laborales a sus efectivos por parte de aerolíneas privadas, empresas de instructores aéreos del Golfo Pérsico o multinacionales como Amazon. Los pilotos que llegan desde las academias no logran frenar la sangría. Esta denuncia sobre la escasez de pilotos en el Ejército del Aire no es nueva. Ya fue hecha pública por el Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), general del Aire Francisco Javier Salto, durante un desayuno de trabajo con los medios de comunicación en febrero de 2019. Dijo entonces que su arma de las FAS dispone únicamente de 450 pilotos, cuando lo razonable serían unos 500 y lo óptimo 580 pilotos. El teniente coronel Valero ha explicado a la ministra las dos misiones fundamentales que realiza esta unidad. Por un lado, el servicio de alerta o policía aérea, para el que tienen disponibles cazas de combate F-18 Hornet durante las 24 horas los 365 días del año, y que tiene como objetivo proteger el espacio aéreo de nuestro país. 

Desde que suena la alerta hasta que los cazas despegan sus ruedas del suelo no pasan más de 10 minutos. La otra misión fundamental es proporcionar elementos de fuerza al MACOM para realizar operaciones de ámbito nacional o internacional. Como ejemplo de ello, esta unidad ha desplegado sus cazas en misiones en Bosnia-Herzegovina (1994-1995), Serbia-Yugoslavia (1999-2002), Libia (2011) o en los países bálticos en los últimos años. En una de esas últimas misiones tuvieron un tenso encuentro con dos cazas rusos en el espacio aéreo del Báltico. Tras las explicaciones más teóricas, el capitán Miguel Acero, uno de los pilotos de F18, ha detallado algunos de los detalles de qué supone volar en un caza de combate, como manejarse a una velocidad que puede duplicar la velocidad del sonido o hacer frente a las fuerzas centrífugas (G), que pueden hacer que el cuerpo y los objetivos del equipo pesen hasta siete veces más y que vacían de sangre tanto la cabeza como las extremidades. 

"Lo más peligroso no es perder la consciencia volando, algo que ocurre muy pocas veces, sino pensar que no estás desorientado cuando sí lo estás", ha explicado, haciendo alusión a que por la falta de referencias, o por las nubes u otras circunstancias, el piloto puede pensar que esta volando normal cuando en realidad lo está haciendo de lado o bocabajo. Margarita Robles y el secretario de Estado, Ángel Olivares, han podido conocer después cómo es el simulador de vuelo del F18 en el que entrenan los pilotos. La ministra ha sido capaz de hacer despegar el avión y hacerlo volar sobre la región de Madrid. Su número dos ha dado un paso más, siendo capaz incluso de interceptar un avión renegado y derribarlo, aunque no ha sido capaz de regresar con el caza a la base y se ha estrellado en la sierra que rodea la capital.

Fuente: https://www.libertaddigital.com/
 
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