
Los
nuevos misiles Neptuno de Ucrania podrán pueden destruir buques de la
flota rusos en el puerto de Novorossiysk, según declaró el experto
militar ucraniano, Mikhail Zhikhorov, a los medios. El misil Neptuno es
un nuevo misil de crucero desarrollado por Ucrania, que en teoría posee
un alcance que le permitiría alcanzar objetivos “en Crimea, y desde la costa del mar de Azov, hasta los buques cercanos al puerto de Novorossiysk”, declaró el experto.
El
misil de crucero Neptune fue originalmente diseñado para disuadir a la
flota rusa del Mar Negro, pero según manifestó Mikhail, tras las pruebas
realizadas del misil, existen dudas de que haya fondos para que Neptuno
sea desarrollado industrialmente. También destacó, que durante una
hipotética situación de combate, el nuevo sistema de misil Neptuno
deberá estar protegido por un sistema móvil de misiles antiaéreos, que
Kyiv aún no tiene.
Por otro lado, y a pesar de que el Ejército ucraniano probó con éxito el
misil crucero en el sitio de prueba de Alibey en la región de Odesa
este 18 de junio, el experto asegura que si bien el misil posee la
capacidad de destruir objetivos en varias zonas de interés, “la Marina rusa posee todas las capacidades para repeler un ataque masivo, incluso de los nuevos misiles Neptuno de Ucrania“.
El misil Neptuno P-360 pesa 870 kg, su ojiva pesa 150 kg y su alcance es
de hasta 280 km. La velocidad que alcanza el misil es de unos 900 km /
h, y puede lograr una altitud de entre 3 a 10 metros.
A si mismo, es posible lanzar 24 misiles simultáneamente con una
descarga completa de 6 sistemas de misiles. La pausa entre lanzamientos
es de 3 a 5 segundos. El sistema se puede implementar hasta a 25 km de
la costa y el tiempo requerido para su implementación, es de hasta 15
minutos.
Los misiles Neptuno están diseñados para destruir naves enemigas con un
desplazamiento de hasta 5 mil toneladas, así como también objetivos
terrestres. Su desarrollo en Ucrania ha sido realizado por la Oficina
Estatal de Diseño Luch desde 2013. Los sistemas se desarrollaron sobre
la base del misil soviético Kh-35.
Sólo si montan estos misiles en aviones franceses Dassault-Breguet Super Étendard Modernisé (SEM) y/o Mirage F1 MF2000, adquiridos de segunda mano a Francia, Ecuador, España, Jordania o Marruecos y modernizados por Francia; y desarrollan con colaboración francesa un dispositivo de lanzamiento y guía basado en el misil Exocet(sustituyendo el RK-360MC Neptune al MBDA Exocet en el ala de estos aviones y perdiendo su primera etapa de lanzamiento terrestre con forma de lata). Entonces, las fuerzas ucranianas podrían lanzar este misil fuera de las baterías móviles terrestres (sin protección actual en el campo de batalla) y los escasos y obsoletos medios navales ucranianos (las futuras lanchas lanzamisiles de 56 metros Vosper Thornycroft compradas a Reino Unido y las fragatas estadounidenses Oliver Hazard Perry donadas por la US Navy, ambas clases de principios de los años 1980), carentes también de la necesaria capacidad antiaérea o número de unidades para formar grupos navales cooperativos o de saturación con buques rápidos lanzamisiles (FAC).
ResponderEliminarY de esta forma, tener la capacidad de alcanzar objetivos de interés estratégico en el mar de Azov y Negro, y posibles objetivos terrestres estáticos en el Donbass y territorio ruso. Así, sí sería el misil RK-360MC Neptune un arma de largo alcance, estratégica, operativa, portable hasta el campo de batalla y capaz de ser escoltada por los medios aire-aire (MiG-29 principalmente) mantenidos en servicio en el país eslavo con ayuda de Israel (https://israelnoticias.com/militar/israel-ucrania-cazas-mig-29).
También, Ucrania podría optar por rediseñar para este uso los cazas Su-24, Su-25, Su-27 y MiG-29 rusos que dispone; pero no tiene la capacidad de apertura de configuración para estos (lo cual sopondría un trabajo más titánico que el desarrollo del Neptune en sí), ya que ni siquiera puede mantenerlos en servicio sin asistencia extranjera, ante la caída en desgracia sin Rusia de la empresa ucraniana Ukrspecexport; evidenciada en los últimos años por sus últimas reparaciones chapuceras de cazas MiG-21 croatas (que ya no pueden volar en consecuencia y esperan ser sustituídos pronto mediante concurso por nuevos aparatos occidentales).
En conclusión, con lo propuesto y expuesto, el misil Neptune podría suponer un arma de guerra real. O por el contrario, Ucrania se deberá plantear adquirir misiles RBS-15 suecos, Harpoon estadounidenses o Exocet franceses de segunda mano (en cualquiera de sus plataformas de lanzamiento ofertadas) para suplir efectivamente esta necesidad en su defensa nacional; con la mínima aspiración de que la Oficina Estatal de Diseño Luch pueda trabajar en su modernización y adaptación según las necesidades específicas del país.