La vela del submarino S-82 llega por mar hasta el muelle de armamento de Navantia
La torreta, como se denomina a esta parte del submarino en el argot militar, también se ha fabricado en la ciudad portuaria. La empresa cartagenera Mecánicas Bolea ha sido la encargada de construir esta pieza en su sede del polígono industrial Cabezo Beaza.
Una estructura que pesa 17 toneladas y media y que cuando esté colocada en el sumergible medirá 11 metros y medio de largo por siete de alto.
A pesar de que el astillero y el taller industrial están situados a pocos kilómetros de distancia, el peso y las dimensiones de la torreta complicaban la maniobra de traslado, que comenzó en la noche del lunes al martes, cuando los operarios colocaron la vela en un camión con ayuda de una grúa. Una vez cargada la pieza, esperaron hasta la madrugada para trasladarla, escoltados por un vehículo de policía, hasta el muelle de San Pedro, donde pasó toda la noche.
Este martes, a primera hora de la mañana una barcaza cargó la vela para trasladarla a su destino final: Navantia. La torreta llegó por mar hasta el muelle de armamento del astillero, donde descansa el S-81 Isaac Peral.
De nuevo en tierra firme, los operarios se encargaron de trasladarla hasta la nave de submarinos, donde se está llevando a cabo la construcción de los otros tres sumergibles de la nueva serie.
Ahora, Navantia se prepara para ensamblar la vela en el casco resistente del submarino S-82, aunque los trabajos no arrancarán hasta después de navidades. «Está previsto que la torreta comience a instalarse a finales de enero del 2022», adelantan desde Navantia.
El segundo sumergible de la serie 80 está ya «en una fase avanzada de armamento estructural», indican desde el astillero. En estos momentos, los operarios de la factoría naval están inmersos en la soldadura de tanques, polines, soportes y premontaje de tuberías y equipos del S-82 Narciso Monturiol.
Al mismo tiempo, Navantia está preparando las secciones para comenzar con los primeros chorreos y pintados a del sumergible en el próximo año, «lo que dará paso al armamento final de las secciones también durante el 2022», afirman fuentes de la empresa naval. Así, está previsto que la puesta a flote del S-82 se lleve a cabo a principios del año 2023 y se entregue a la Armada española un año más tarde, en el 2024.
Casi de forma paralela, cuando el Narciso Monturiol se lance al mar por primera vez, Navantia estará ultimando la entrega del Isaac Peral a los militares. En estos momentos, continúan las pruebas de puerto del S-81 y a principios del 2022 arrancarán los análisis de navegación, por lo que si el proceso avanza según las previsiones, el primer sumergible de la nueva serie se instalará en la Flotilla de Submarinos del Arsenal de Cartagena durante el primer trimestre del 2023.
Fuente: https://www.laopiniondemurcia.es/
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