Las Fuerzas Terrestres Rusas estarían en proceso de incorporar obuses autopropulsados M-1978/1989 Koksan transferidos por Corea del Norte.

A lo largo del último año, diversos reportes han evidenciado un incremento en la provisión de munición y equipamiento norcoreano para apoyar el esfuerzo de guerra de Rusia. En estos informes se menciona la transferencia de municiones de diversos calibres, artillería y misiles balísticos que han sido desplegados por las Fuerzas Armadas rusas en el Teatro de Operaciones. Basado en una serie de imágenes difundidas en redes sociales, se ha observado que Pyongyang ha dado un nuevo paso en su apoyo a Moscú mediante la provisión de sistemas de artillería autopropulsada para las Fuerzas Terrestres rusas. En concreto, se ha detectado el envío de cargamentos compuestos por obuses autopropulsados M-1978/1989 Koksan de 170 mm. Como ha mostrado el conflicto, mediante canales de divulgación rusos, se ha reportado el envío, por parte de Corea del Norte, de nuevos obuses autopropulsados a orugas para fortalecer el esfuerzo de guerra ruso. En particular, un canal ruso divulgó imágenes de un cargamento transportado por tren compuesto por un lote de sistemas de artillería M-1978/1989 Koksan de origen norcoreano, sin especificar el número exacto de unidades. 
 
Conforme las imágenes se viralizaron en redes sociales, fuentes de inteligencia de código abierto (OSINT), mediante herramientas de geolocalización, confirmaron que los obuses norcoreanos transportados por tren se encontraban transitando por el centro de Rusia, probablemente en la red ferroviaria que atraviesa la ciudad de Krasnoyarsk. La confirmación de la provisión de este tipo de equipamiento a Rusia por parte de Corea del Norte demuestra el fortalecimiento de los lazos de cooperación entre ambos países. Antes de esta novedad, las últimas informaciones indicaban el envío de tropas norcoreanas a territorio ruso para recibir entrenamiento y posteriormente ser desplegadas en Ucrania. A esto se suma la constante provisión de munición de artillería y misiles balísticos de diversos tipos que las Fuerzas Armadas rusas han empleado contra objetivos en territorio ucraniano. En cuanto a los M-1978/1989, denominados Koksan, se trata de un sistema de artillería de largo alcance desarrollado por Corea del Norte, que utiliza el chasis extensamente modificado de un tanque Tipo 59 (versión china del tanque soviético T-54A). 
 
Con un calibre de 170 mm, y dependiendo del tipo de proyectil empleado, puede alcanzar blancos ubicados a entre 40 y 60 kilómetros. La falta de mayores datos, como el número de unidades transferidas por Corea del Norte, impide conocer más detalles, lo que genera tanto dudas como certezas. En primer lugar, no se sabe si se trata de una transferencia limitada o si es el primer envío de una serie de cargamentos destinados a las Fuerzas Terrestres rusas. Por otra parte, en términos logísticos, los Koksan emplean un calibre que no es utilizado habitualmente por las fuerzas rusas, cuyos cañones de artillería, tanto autopropulsada como remolcada, son de calibre 152 mm y 203 mm, lo que implica abrir una nueva cadena de suministro específica para este modelo. No obstante, pueden inferirse las razones por las cuales el Kremlin podría aprobar esta incorporación a sus Fuerzas Armadas, considerando el peso creciente de este aliado en su esfuerzo de guerra. 
 
Las razones podrían justificarse en la necesidad de reemplazar algunos de sus sistemas de artillería de largo alcance, como los 2S7 “Pion” y 2S7M “Malka” de 203 mm, de los cuales se habrían perdido más de treinta unidades, sin contar la ausencia de entregas recientes de nuevas unidades. También deben considerarse los ejemplares retirados del campo de batalla para ser sometidos a trabajos de reparación y mantenimiento, dados el gran desgaste y uso del arma de artillería en el conflicto. Por último, deben mencionarse aspectos como el entrenamiento de las tropas rusas para operar estos sistemas y familiarizarse con la plataforma. Además, frente a un eventual despliegue en Ucrania, los sistemas de artillería de largo alcance y gran tamaño presentan vulnerabilidades ante el uso de vehículos aéreos no tripulados y fuego de contrabatería, considerando la presencia de medios de detección avanzados, que incluyen radares y satélites, entre otros. 

Fuente: https://www.zona-militar.com

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