Turquía gana a EE.UU., obtiene la aprobación para usar el S-400 en combate.

 
Turquía ya está lista para desplegar sus sistemas de defensa aérea S-400 en modo de combate en apenas 12 horas, según informes recientes. Esto se produce después de un cambio significativo en las relaciones entre Estados Unidos y Turquía, con Washington ya sin oponerse a la preparación operativa de las cuatro baterías S-400 que Turquía adquirió a Rusia hace años. El S-400 ha sido durante mucho tiempo un punto de disputa entre las dos naciones, con los Estados Unidos expulsando previamente a Turquía del programa F-35 debido a la compra de Ankara del sistema de fabricación rusa. Sin embargo, el 26 de noviembre, BulgarianMilitary.com informó que Turquía había presentado una propuesta para adquirir los seis aviones F-35 construidos en turco que ya estaban producidos. Con el acuerdo ahora en vigor, Estados Unidos ha eliminado sus objeciones al uso del S-400 por Turquía. Los Estados Unidos ya no tienen ninguna objeción al uso del S-400 por Turquía, dijo el Ministro de Defensa de Turquía, Yasar Goler. 
 
El sistema de defensa aérea S-400 se puede desplegar en Turquía en modo de combate en 12 horas, agregó. Este tono de suavización hacia Turquía no se limita a Estados Unidos. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, visitó recientemente TUSA, la compañía aeroespacial y de defensa turca detrás del avión de combate turco KAAN, y fue acogido por la Secretaría de la Industria de Defensa turca. Más o menos al mismo tiempo, ex EE. El coronel Rich Outzen señaló que la industria de defensa turca puede hacer mucho para ayudar a la OTAN y a Europa a reconstruir la disuasión contra Rusia. El economista Timothy Ash se hizo eco de este sentimiento, afirmando que Europa debe dejar a un lado sus prejuicios antiturcos. Estos acontecimientos llegan poco después de que Turquía recibiera la aprobación de Alemania para adquirir 40 aviones Eurofighter Typhoon, una medida confirmada por el ministro de Defensa turco, Yasar Goler, en una entrevista televisiva en TV100. 
 
La adquisición por Turquía del sistema de defensa aérea S-400 de fabricación rusa ha alterado significativamente el panorama de su estrategia de seguridad nacional. Desde una perspectiva turca, el S-400 es visto no sólo como un activo crítico para reforzar sus capacidades de defensa aérea, sino también como un medio para reducir la dependencia de la infraestructura de defensa de la OTAN, particularmente los sistemas de defensa antimisiles Patriot fabricados por los Estados Unidos. Se espera que el sistema S-400 desempeñe un papel fundamental en la mejora de la capacidad de Turquía para defenderse de diversas amenazas aéreas, incluidos aviones, misiles y drones. Uno de los factores clave en su selección sobre el sistema Patriot fue su superioridad tecnológica y su capacidad para atacar una gama más amplia de amenazas a rangos más largos. La capacidad de S-400 para atacar objetivos a distancias de hasta 400 kilómetros se considera una ventaja crítica en la posición geográfica de Turquía, que limita múltiples zonas de conflicto. 
 
Funcionarios militares turcos, incluido el ministro de Defensa Hulusi Akar, han destacado repetidamente la importancia de adquirir un sistema que permita a Turquía salvaguardar su espacio aéreo independientemente de la toma de decisiones de la OTAN, que a veces ha sido influenciado por tensiones geopolíticas con Turquía. Las cuatro baterías S-400 que Turquía adquirió son estratégicamente importantes y se desplegarán en varias regiones del país para crear un sistema de defensa aérea en capas. Según expertos de defensa turcos, el S-400 probablemente se desplegará a lo largo de la frontera sureste con Siria, donde la amenaza de ataques aéreos, drones y misiles es alta debido a los continuos conflictos y tensiones con adversarios regionales. Además, el sistema se colocará cerca de bases militares clave y centros urbanos en el oeste para proporcionar defensa contra posibles amenazas aéreas del Mediterráneo y el mar Egeo. 
 
Al desplegar el S-400 en las zonas más vulnerables y estratégicamente vitales de Turquía, Ankara pretende mejorar sus capacidades de disuasión contra actores estatales y no estatales, que podrían intentar desafiar la soberanía aérea turca. La elección de la S-400 sobre el sistema Patriot de fabricación estadounidense fue impulsada por varios factores. Una de las razones principales fue la incapacidad de los Estados Unidos para entregar a los Patriots a Turquía de manera oportuna y satisfactoria. A pesar de múltiples rondas de negociaciones y peticiones de Ankara, Estados Unidos no proporcionó los sistemas que Turquía consideraba necesarios para defenderse de las crecientes amenazas, particularmente de Siria y otros adversarios regionales. En 2013, Turquía firmó un acuerdo con Estados Unidos para adquirir sistemas Patriot, pero el acuerdo se estanó por razones políticas, incluyendo desacuerdos sobre transferencia de tecnología, calendarios de despliegue y el precio del sistema. 
 
Esta brecha en las capacidades de defensa aérea de Turquía llevó a Ankara a buscar alternativas, con el S-400 proporcionando una solución preparada que podría ser entregada rápidamente. La dirección turca ha sido vocal sobre la necesidad del S-400 para la soberanía y la seguridad del país. El presidente Recep Tayyip Erdoan ha hecho hincapié en que el acuerdo con Rusia no fue sólo una decisión militar, sino también una medida estratégica para liberarse de la influencia de la OTAN sobre las opciones de defensa de Turquía. El S-400, ha argumentado, es una parte esencial de una estrategia más amplia de Turquía para diversificar su industria de defensa y obtener acceso a tecnologías militares avanzadas. El Ministro de Defensa Hulusi Akar se hizo eco de estos sentimientos, afirmando que el S-400 mejoraría la autonomía estratégica de Turquía y proporcionaría capacidades de defensa muy necesarias sin depender de la aprobación o los cronogramas de la OTAN. 
 
También señaló que las capacidades avanzadas de radar del sistema reforzarían significativamente las capacidades de reunión de inteligencia de Turquía, en particular en el seguimiento y la identificación de amenazas a largas distancias. La decisión de adquirir el S-400 también refleja ambiciones más amplias de Turquía en defensa y seguridad regionales. Al fortalecer sus capacidades de defensa aérea, Turquía pretende afirmarse como un actor clave en Oriente Medio, capaz de defender su espacio aéreo e influir en la dinámica de poder regional. Este movimiento ha cosechado reacciones encontradas dentro de la OTAN, con algunos aliados expresando preocupación por la alineación de Turquía con Rusia y el potencial de problemas de interoperabilidad dentro de la alianza. Sin embargo, Turquía ha sostenido que su compra del S-400 no señala un giro lejos de la OTAN, sino más bien un intento de asegurar sus necesidades de defensa en una región cada vez más volátil. El papel de los S-400 en Turquía es parte de un esfuerzo más amplio para modernizar y diversificar sus activos militares. 
 
Turquía ha invertido fuertemente en el desarrollo de sus propias tecnologías de defensa, incluyendo la producción indígena de vehículos aéreos no tripulados [UAVs] y aviones de combate como el KAAN de fabricación turca. Como parte de esta modernización, el S-400 trabajará en conjunto con otros sistemas, como el HISAR de fabricación turca y los sistemas de defensa aérea de la OTAN existentes, para crear una red de defensa de varias capas. Este enfoque garantiza que Turquía tiene una postura de defensa robusta y flexible capaz de abordar una amplia gama de amenazas aéreas, ya procedan de adversarios regionales o de dentro de la OTAN. En cuanto al despliegue operativo, se espera que el ejército turco integre el S-400 en su actual red de defensa aérea, que incluye tanto a la OTAN como a los sistemas nacionales. Sin embargo, es probable que el S-400 opértase de forma autónoma en zonas donde los sistemas de la OTAN tal vez no estén presentes, particularmente en el este y sureste de Turquía, donde la amenaza de ataques con misiles y drones es más pronunciada. 
 
Las Fuerzas Armadas turcas ya han realizado ejercicios conjuntos para entrenar con el S-400, y se espera que la integración con otras plataformas de defensa continúe a medida que el sistema se ponga más plenamente operativo. La decisión de Turquía de desplegar el S-400 probablemente tendrá implicaciones significativas para la OTAN y sus estrategias de defensa aérea en la región. Mientras algunos miembros de la OTAN han expresado su preocupación por la compatibilidad del S-400 con otros sistemas de la OTAN, Turquía ha reiterado su compromiso con la alianza y su deseo de seguir cooperando en temas de defensa. Sin embargo, la creciente dependencia de Ankara de sistemas no pertenecientes a la OTAN como el S-400 puede indicar un cambio en las prioridades de defensa de Turquía, ya que el país busca fortalecer sus capacidades militares independientemente de los mecanismos de defensa colectiva de la OTAN. 
 
En conclusión, el S-400 es un componente crítico de la estrategia de defensa aérea de Turquía, que ofrece capacidades avanzadas que se alinean con los objetivos más amplios de Turquía de aumentar la independencia militar y la influencia regional. El sistema se desplegará estratégicamente en toda Turquía para mejorar su defensa contra una variedad de amenazas aéreas, al tiempo que proporciona un impulso a sus capacidades de recolección de inteligencia y disuasión. La decisión de optar por el S-400 sobre el sistema Patriota refleja el deseo de liberarse de la confianza de la OTAN y Estados Unidos, al tiempo que se asegura de que las necesidades de defensa de Turquía se satisfagan en un paisaje geopolítico cada vez más incierto. A medida que el sistema se integre plenamente en la infraestructura militar de Turquía, su papel en la configuración de la dinámica de seguridad nacional y de defensa regional seguirá evolucionando. 
 
Fuente: https://bulgarianmilitary.com/

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