Japón basará el caza F-35B cerca de Taiwán, amenaza para China ?

 
En la postura de defensa en evolución de Japón en un panorama de seguridad regional que cambia rápidamente, el país está listo para desplegar operativamente su primer lote de aviones de combate F-35B Lightning II en la región suroeste a partir del 7 de agosto de 2025. Esto marca una transformación histórica de la capacidad militar de Japón, mezclando tecnología avanzada de quinta generación con una estrategia geográfica destinada a disuadir las crecientes amenazas de China y reforzar la estabilidad regional. El despliegue es el resultado de un esfuerzo de modernización más amplio establecido formalmente en las Directrices del Programa de Defensa Nacional 2018 y el Programa de Defensa de Medio Plazo, que tenía como objetivo recalibrar la arquitectura de seguridad de Japón para enfrentar los desafíos modernos. 
 
Entre las decisiones más consecuentes de ese plan se encuentra la adquisición de aviones STOVL de 42 F-35B, además de su adquisición ampliada de la variante F-35A. Combinadas, estas compras posicionan a Japón para desplegar un total de 147 F-35, lo que lo convierte en el mayor operador internacional de la plataforma de distinción tanto política como militar. A diferencia del F-35A, que requiere pistas convencionales, la versión F-35B es capaz de derribo corto y aterrizaje vertical (STOVL). Esto le permite lanzar desde pistas de aterrizaje cortas o dañadas y aterrizar verticalmente como un helicóptero. La capacidad STOVL lo hace único adecuado para misiones expedicionarias, incluidas las de plataformas navales como los destructores de helicópteros de la clase Izumo, que actualmente se convierten en portaaviones ligeros. 
 
Los cuatro F-35B operados por Japón estarán estacionados en la Base Aérea de Nyutabaru, en la prefectura de Miyazaki, en Kyushu, la isla principal más meridional de Japón. Esta base está estratégicamente ubicada cerca de la cadena de las Islas Nansei (Ryukyu), que se extiende desde Kyushu hasta a 110 kilómetros de Taiwán. En particular Okinawa, Ishigaki, y Yonaguniform parte de la primera cadena insular, un concepto geoestratégico utilizado por Estados Unidos y sus aliados para contener la expansión marítima china. 
 
La región de Nansei es cada vez más un foco de tensión militar. China ha intensificado las operaciones aéreas y navales en la zona, enviando frecuentemente barcos y aviones a través de la vía fluvial internacional de Miyako Straitan, cerca de Okinawa y una creciente presión cerca de las disputadas islas Senkaku (reclamadas por China como las islas Diaoyu). Estas maniobras a menudo simulan bloqueos o escenarios de asalto anfibios, dirigidos tanto a Taiwán como a territorios japoneses periféricos. El despliegue de F-35B en Nyutabaru mejora la capacidad de Japón para responder rápidamente a las contingencias a través de este corredor volátil. Proporciona a la Fuerza de Autodefensa Aérea Japonesa (JASDF) activos avanzados que pueden ser desplegados de antemano, reubicados rápidamente e integrados en un marco de defensa multidominio. Igualmente significativa es la dimensión marítima del despliegue de los F-35B. 
 
El Japón está llevando a cabo amplias modificaciones en sus dos destructores de helicópteros de la clase Izumo, la JS Izumo y JS Kagaá, para permitirles operar aviones por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Los barcos están siendo remodelados con cubiertas de vuelo reforzadas, saltos de esquí y recubrimientos resistentes al calor, todo para apoyar las operaciones F-35B. Una vez que estén en funcionamiento, estos buques servirán como portaaviones ligeros, lo que dará a Japón la capacidad de proyectar energía aérea mucho más allá de las islas de origen. La capacidad de F-35B para despegar de estas plataformas más pequeñas sin necesidad de catapultas o equipos de arresto proporciona a Japón una herramienta de respuesta rápida que es móvil, sobrevivible y mortal. 
 
Este desarrollo desdibuja significativamente la línea entre posturas defensivas y ofensivas, y aunque la política japonesa todavía limita la doctrina de huelga ofensiva, estos cambios amplían inequívocamente el alcance y la capacidad de Japón en caso de una crisis regional. La expansión militar en curso de China es el principal catalizador detrás de la transformación estratégica de Japón. La Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) y la Fuerza Aérea del EPL (PLAAF) se han convertido en visitantes frecuentes de la periferia suroeste de Japón. Los vuelos de vigilancia, las incursiones de drones y los simulacros navales cerca de las islas Nansei han crecido en escala y frecuencia. En particular, los aviones no tripulados de reconocimiento chinos y bombarderos de largo alcance han llevado a cabo misiones cerca del espacio aéreo japonés, lo que a menudo ha llevado a los cazas de la JASDF a luchar. 
 
Japón interceptó más de 1.000 aviones extranjeros solo en 2023, la mayoría chinos, según informes del Ministerio de Defensa. Además, grupos navales chinos, a menudo incluyendo portaaviones como el Liaoning y Shandong, han realizado ataques simulados cerca de Okinawa, mientras que los simulacros de asalto anfibios cerca del Estrecho de Taiwán plantean la preocupación de una posible contingencia taiwanesa con derrame directo en territorio japonés. En este contexto, el F-35B le da a Japón la capacidad de responder preventivamente, rastrear y neutralizar las amenazas con la guerra electrónica, y mantener la superioridad del aire en zonas donde los aeródromos tradicionales podrían ser vulnerables a ataques con misiles o interrupciones cibernéticas. El concepto de operaciones distribuidas, extendiendo fuerzas para reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia, es ahora central para la doctrina militar japonesa. 
 
El F-35B, con su configuración STOVL, encaja perfectamente en esta estrategia. Se puede dispersar a través de múltiples islas, usar pistas improvisadas o dañadas, y redesplegarse en tiempo real dependiendo del campo de batalla en evolución. Esta flexibilidad es crucial dado el surgimiento de sistemas de misiles de precisión como los misiles China DF-21D y DF-26, diseñados para apuntar a bases aéreas fijas y grupos navales. La capacidad de los japoneses para llevar a cabo operaciones de rebote, el traslado de aviones entre pistas cortas o barcos, complicará la persecución enemiga y mejorará la supervivencia en un entorno de alta amenaza. Además, el F-35B está equipado con potentes sistemas de ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento) y sensores de fusión, proporcionando no sólo un conocimiento situacional para su piloto, sino también un flujo de datos en tiempo real a las fuerzas aliadas de toda la región. 
 
Esto apoya la arquitectura conjunta de Comando y Control de Todos los Dominios (JADC2) que está desarrollando los militares y socios de los Estados Unidos, asegurando que las fuerzas de Japón no estén operando aisladamente. La integración japonesa del F-35B no es sólo una decisión nacional sino regional con implicaciones de alianza. Como aliado clave de los Estados Unidos, las capacidades avanzadas de Japón complementan la proyección de energía estadounidense en el Indo-Pacífico, particularmente a medida que Estados Unidos cambia más activos navales y aéreos para contrarrestar a China. Japón está creciendo la interoperabilidad con plataformas estadounidenses, como Estados Unidos. Los F-35Bs del Cuerpo de Marines destacados en Iwakuni facilitan operaciones conjuntas, el intercambio de logística y las misiones coordinadas. 
 
Las fuerzas estadounidenses pueden, en el futuro, operar desde compañías aéreas convertidas en Japón o compartir infraestructura de mantenimiento. Más allá de Estados Unidos, democracias regionales como Australia, Corea del Sur y Filipinas ven cada vez más a Japón como un contribuyente de seguridad en lugar de un solo consumidor de defensa. La capacidad de Japón de desplegar aviones de quinta generación a través de la primera cadena insular envía una fuerte señal a aliados y rivales por igual de que el equilibrio regional de poder es cada vez más resistente. Mientras que la constitución pacifista de Japón ha limitado históricamente su alcance militar, los últimos años han visto reinterpretaciones graduales. La legislación de seguridad de 2015, por ejemplo, permitió a Japón participar en defensa colectiva y ampliar su cooperación con aliados. 
 
El despliegue de F-35Bs, especialmente su operación de los transportistas, plantea importantes cuestiones constitucionales y políticas, pero también refleja un cambio de consenso en la sociedad japonesa hacia una defensa más proactiva. Anteriormente cauteloso sobre la proyección militar externa, el sentimiento público ha evolucionado a medida que la amenaza de los misiles de Corea del Norte y la asertividad de China se hace más visible. El gasto en defensa también está aumentando: Japón planea aumentar su presupuesto militar al 2% del PIB para 2027, alinearse con los estándares de la OTAN y duplicar los niveles actuales. Esta trayectoria sugiere que Japón se está preparando no sólo para la defensa, sino para un papel de liderazgo regional en el mantenimiento del orden basado en reglas. El despliegue en agosto de 2025 de los primeros F-35B operativos es sólo el comienzo. 
 
Japón tiene la intención de escalar su flota F-35B, potencialmente colocando aviones en pistas de aterrizaje anticipadas en Ishigaki, Amami, o incluso la isla de Yonaguni, todo cerca de posibles puntos de inflamación. Además, a medida que Izumo y Kaga completan la conversión, se espera que aumente el número de aviones japoneses con capacidad de portaaviones, transformando aún más la postura marítima de Japón. También se habla de integración armada de drones, desarrollo de misiles hipersónicos y capacidad de guerra ciberelectrónica a medida que Japón pasa a un poder de defensa multidominio. La llegada de F-35B es un símbolo de la identidad estratégica de Japón.technológicamente sofisticada, ágil y profundamente arraigada en una red de alianzas. Es una señal silenciosa pero poderosa para los adversarios: Japón ya no se contenta con la defensa pasiva. Está listo, es capaz y está cada vez más dispuesto a actuar. 
 
Fuente: https://theasialive.com/

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