Navantia y sus navíos a la medida de los potenciales clientes latinoamericanos.


Lo primero que resalta en el stand de Navantia en LAAD son las maquetas de la fragata F-105 y el patrullero Avante 2200, apuntando la proa muy oportunamente al contiguo gran stand que tiene la Marinha do Brasil. Obviamente la presencia de Navantia en LAAD está muy fundamentada en intentar hacerse con alguno, o varios, de los múltiples programas de reequipamiento que requiere la marina del país anfitrión, aunque no descuida otras líneas de negocios en países como Colombia, Perú y Uruguay. Así, antes de entrar en las grandes expectativas que levanta la nación carioca, que determinó hace dos años la creación de una empresa filial denominada Navantia Brasil, repasemos un poco a los otros potenciales clientes. Tanto para cubrir las próximas necesidades de un navío de combate polivalente, que tendrían Colombia y Perú, como otros potenciales clientes asiáticos, la empresa pública española cuenta con un nuevo diseño, el de la fragata F-538. Hablamos de un navío de 113 metros de eslora (largo) y que entra de lleno en el segmento de 3.500 a 4.000 toneladas de desplazamiento, tan requerido actualmente por naciones de dimensiones medias que necesitan un eficaz sistema de defensa de zona. 

Por su parte, Uruguay, con unas claras limitaciones financieras, busca un navío de los denominados OPV (Offshore Patrol Vessels), con los que patrullar su extensa ZEE, y cuya solución podría ser alguno de la clase Avante, adaptado a los requerimientos y presupuestos del Gobierno de Montevideo. El cliente que más expectativas despierta es la citada Marinha do Brasil, que está en plena renovación de su flota naval, prácticamente en todas sus categorías, desde cazaminas a un portaaviones. Así, la empresa pública española, muy posicionada desde hace años en Brasil, será una de las candidatas para cubrir el ambicioso programa naval denominado PROSUPER, que aspira a construcción cinco fragatas, cinco patrullero de tipo OPV y un buque logístico, a los que Navantia pujará con sus diferentes categorías de fragatas, los Avante, y un navío basado en el probado y eficaz Cantabria, respectivamente. Para el programa PRONAE, que se centra en la obtención de dos navíos anfibios, Navantia podrá presentar una solución basada en la clase Galicia. 

Finalmente también tendría una solución para el concurso de Cazaminas, que prevé dotarse de seis buques de este tipo, al que la naval españolas presentaría una versión mejorada de sus MCM (Mine Counter Measures) de la clase Segura. Por si fuera poco, Brasil pretende dotarse también de un nuevo portaaviones, cuatro patrulleros clase 500, y cuatro corbetas de diseño y construcción nacional, de las denominadas Clase Tamandaré, para las que la empresa lanzadora, la estatal Emgenpron, buscará un socio tecnológico. Obviamente Navantia tampoco descuida la posibilidad de la contratación de ciclos de vida y la modernización de unidades más veteranas, para lo que se ha posicionado firmando un acuerdo con la empresa brasileña Synergy, para crear una empresa mixta, que explotara tres astilleros locales. (Jesús.R.G.)


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