Defensa impulsa la alianza de Indra y Navantia con 130 millones.


En la recta final de la legislatura, el Ministerio de Defensa se propone impulsar una amplia reestructuración de la industria militar española. La palanca serán los programas de I+D de la futura fragata F-110 y el vehículo de combate 8x8, por un importe global de 263,6 millones. El contratista principal del sistema de combate y comunicaciones de la fragata, dotado con 130 millones, será una UTE (Unión Temporal de Empresas) formada por Indra y Navantia Sistemas, embrión de un futuro grupo nacional de tecnología militar. Defensa quiere hacer de Sener el polo español de la industria europea de misiles. “Vamos a reordenar el sector, hacer lo que han hecho británicos, franceses o italianos, con nuestras peculiaridades. ¿Cómo? No podemos obligar a que las empresas se fusionen, es una actividad privada, pero sí promover asociaciones a través de los programas que lanzamos”

Las declaraciones a EL PAÍS del ministro de Defensa, Pedro Morenés, diseñan la hoja de ruta de la reestructuración de la industria militar española, excesivamente atomizada y con insuficiente músculo financiero, que el Gobierno pretende reforzar para que pueda competir con sus homólogas europeas. “Se trata de que, cuando llegue esa política común europea [de Defensa], pongamos sobre la mesa una industria con peso, para que podamos sentarnos en el Consejo de Administración y no quedarnos como meros subcontratistas”, añade Morenés. La palanca de la reestructuración son los dos programas de I+D que, por 263,6 millones de euros, aprobó el pasado día 19 el Consejo de Ministros: la fragata F-110 y el Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR 8x8). No se trata todavía de adquirir las nuevas unidades (cinco fragatas y 350 vehículos en la primera serie) sino de financiar su desarrollo con fondos de Industria. En el caso de la F-110 están previstos 13 programas tecnológicos por un total de 174,3 millones, que se agrupan en tres grandes bloques: electrónica y sistema de combate; sistemas de autodefensa y estudio de viabilidad. 


Aunque habrá muchos subcontratistas, el liderazgo corresponderá a Navantia, Indra y Sener. La parte del león se la lleva el primer bloque, con más de 130 millones, cuyo contratista principal será una UTE entre Indra (responsable de diseñar el mástil integrado) y Navantia Sistemas. La fusión entre la división de sistemas de combate del astillero público y la multinacional española de electrónica y comunicaciones es un proyecto del que se habla desde hace años. La compra por parte de la SEPI del 20% de Indra que vendió Bankia, evitando que cayera en manos de un fondo buitre, o la sustitución al frente de la compañía de Javier Monzón (cuya sintonía con Defensa era escasa) por Fernando Abril-Martorell, podrían haber despejado los obstáculos, aunque de momento no se trate de una fusión, sino de una asociación, que obligue a poner en común sus capacidades. En el segundo bloque, sistemas de autodefensa, el contratista principal será la empresa de ingeniería y tecnología Sener. 

Defensa confía en que ésta se acabe convirtiendo en el socio español de la compañía europea de misiles MBDA y polo de un sector nacional de misilística que nunca ha cuajado pese a las cuantiosas compras de los ejércitos. El estudio de viabilidad de la F-110 lo hará Navantia, que analizará distintas opciones europeas y estadounidenses, manteniendo en parte el sistema de combate Aegis. Defensa quiere aprovechar esta oportunidad para dar un salto en autonomía tecnológica y que la próxima generación de fragatas (la F-120) sea genuinamente española. 

Españolizar el 8x8 

Respecto al vehículo de combate bautizado como VCR 8x8, dotado con 89,3 millones, los programas tecnológicos son ocho y los bloques, tres: plataformas, comunicaciones y guerra electrónica y grupo autopropulsor. La opción preferida por Defensa pasa por una alianza entre General Dynamics, Indra y SAPA. Pero el primer paso será elegir la plataforma. Consciente de que no es rentable diseñar un vehículo de nueva planta, sino españolizar un modelo ya existente, Defensa tiene ya sobre la mesa las ofertas de la italiana Iveco-Oto Melara, la francesa Nexter, la finlandesa Patria y el consorcio alemán Artec, formado por HMF y Rheinmetall. 

Ahora bien, el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, ha advertido de que el adjudicatario debe tener la propiedad intelectual y la autoridad de diseño del vehículo, lo que permitiría modificarlo y exportarlo sin pedir autorización al fabricante original, como ha pasado con el carro de combate Leopardo. Está previsto que antes de agosto se tome la decisión. (Jesús.R.G.)


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