El programa militar para el desarrollo y la construcción por parte de
Navantia de cuatro submarinos S80 ha sufrido un gran incremento en su
coste y retrasos en las entregas tras los problemas que ha tenido que
afrontar la compañía al enfrentarse en solitario, sin un socio
tecnológico, al diseño y fabricación de la nave. El Ministerio de
Defensa español adquirió en 2004 cuatro submarinos con un precio inicial
de 1.755 millones y cuya fecha de entrega para el primero de ellos se
fijó en 2011. Ahora, y 13 años después, solo el coste del primer S80
asciende a 2.135 millones de euros, y la fecha de entrega prevista para
el mismo se establece en 2021, es decir, diez años más tarde de lo que
marcaba el calendario inicial.
El secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, aseguró el pasado
jueves en el Congreso de los Diputados, que finalizar la construcción
del resto de la serie, es decir, de las otras tres naves, exige aumentar
el techo del programa en una cantidad aún no acordada entre Navantia y
el Ministerio de Defensa. Según Conde, la entrega del resto de la serie
está siendo analizada por el Ministerio y el astillero y, probablemente,
tenga lugar entre los años 2023 y 2026, o incluso, auguró, el último
llegue a mediados de 2028. El programa S80 es uno de los 22 Planes Especiales de Armamento (PEA)
que España suscribió en la década de los noventa para modernizar las
Fuerzas Armadas españolas con, entre otros planes, aviones, buques,
helicópteros, carros de combate o misiles.
Retrasos
A lo largo del desarrollo del programa se han producido cuatro retrasos,
desde el año 2005 hasta la actualidad, a consecuencia de la no
consecución de determinados hitos en el proceso constructivo del
submarino. Uno de los más sonados fue el de 2012, cuando Navantia
detectó un exceso de peso en la nave de hasta 125 toneladas, siendo
necesario acometer un nuevo diseño del submarino con un incremento de
eslora de 10 metros. Por su parte, el sistema AIP (Plataforma Independiente de la Atmósfera,
por sus siglas en inglés), que permitiría al submarino permanecer entre
15 y 20 días sin salir a la superficie, también es otro de los grandes
retos del programa. "Concluir con éxito este desarrollo le dará unas
capacidades muy superiores a otros submarinos de nuestro entorno y a
nuestra industria un papel de liderazgo en el sector", explicó Conde.
Navantia celebró en julio de 2016 la Revisión Crítica del Proyecto (CDR)
con el apoyo técnico de Electric Boat, el mayor fabricante mundial de
submarinos, cuya aprobación supone la confirmación de que el programa es
viable y lo situaría en el inicio de la fase de preparación para la
construcción, según informó el secretario de Estado de Defensa. La
próxima revisión para la integración de sistemas está prevista para
finales de este año. Navantia también construye, dentro de los PEA, las fragatas F-110 y los
Buques de Acción Marítima (BAM). El compromiso de gasto de Defensa con
la compañía, que pertenece a la Sociedad Estatal de Participaciones
Industriales (Sepi), ha ascendido a 7.200 millones de euros en los
últimos años. Gracias a estos planes, el astillero ha conseguido
contratos por 4.700 millones con países como Australia, Noruega, Chile o
Turquía.
La compañía entregará dos BAM en 2018
Navantia, que fabrica para la Armada los Buques de Acción Marítima
conocidos por sus siglas BAM, entregará en 2018 las dos últimas naves de
las seis que adquirió el Ministerio de Defensa. Estos dos últimos
buques, bautizados 'Feroz' y 'Audaz', se compraron en 2014 por un coste
de 333,4 millones de euros. (Jesús.R.G.)
Fuente: http://www.eleconomista.es
La dificultad de innovar en defensa: el caso del submarino S-80...
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