F-35B, el futuro de la Armada española se tiñe de incertidumbre.


La flota de cazas de la Armada española va quedándose obsoleta y todo apunta a que el país afrontará pronto la necesidad de abordar este problema. De acuerdo con algunos expertos, el F-35B estadounidense podría ser el reemplazo elegido, si bien los recientes fallos de este caza en EEUU han sembrado dudas sobre su idoneidad.

Un caza de vieja generación
La renovación de la aviación embarcada es un tema de gran calado. La Armada española tiene actualmente a su disposición 12 aviones Harrier del tipo V/STOL —de despegue y aterrizaje vertical y/o corto—.

Los Harrier solamente siguen hoy en servicio en el Cuerpo de Marines de EEUU, la Marina Militare italiana y la Armada española, explicó a Sputnik el profesor titular de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de la Universidad Politécnica de Madrid, José Luis Hernando Díaz. La Armada española recortó un 25% —cuatro aviones— de su flota de Harrier en 2013 cuando dio de baja prematuramente su único portaviones, el Príncipe de Asturias. El heredero del portaviones es el buque de proyección estratégica Juan Carlos I, que también tiene capacidad para albergar a los Harrier. "Actualmente, el Ministerio de Defensa de España está definiendo el nuevo Objetivo de Capacidades Militares a medio y largo plazo. Dentro de este proceso de planificación, una de las necesidades identificadas es la progresiva sustitución de los Harrier de la Armada española", comentó a Sputnik la Dirección de Comunicación Institucional de la Defensa.

Inicialmente estaba previsto que los Harrier estuvieran en servicio hasta 2025, año en que se expira su vida operativa. Sin embargo, con el paso del tiempo, la 'fecha de caducidad' ha sido aplazada hasta el 2030. La Armada española tendrá tarde o temprano que hacer frente a la imperiosa necesidad de reemplazar los cazas. Por el momento, el Ministerio de Defensa de España ya ha dado comienzo a la fase conceptual, que deberá finalizar con la elaboración de unos requisitos operativos para los futuros aviones de combate tripulados de las Fuerzas Armadas, indicó el organismo. En una fase posterior, que todavía no ha dado sus primeros pasos, el propio organismo prevé determinar una alternativa que se ajuste a todos los requisitos. "En este momento del proceso, la intención es considerar desde el primer instante todas las alternativas de adquisición posibles", destacó el Ministerio de Defensa en su comentario para Sputnik.

Cuestión de fiabilidad
Las Fuerzas Armadas españolas barajan varios posibles sustitutos para los Harrier. Una de las posibles soluciones sería hacerse con los Joint Strike Fighter. La cuestión de la adquisición de los aviones de este proyecto para satisfacer las necesidades de la Armada española se ha venido planteando al más alto nivel desde hace bastante tiempo. El F-35B (del tipo V/STOL) incluso pareció en un momento dado la única opción, simplemente por el hecho de ser la más factible. Aquí hay que clarificar varias cosas. 

El avión goza de una gran cantidad de ventajas, sobre todo sus elementos de alta tecnología. Para Hernando Díaz, el F-35B es un buen sustituto de los Harrier: en comparación, los cazas de quinta generación estadounidenses destacan por su capacidad de vuelo supersónico, mayor capacidad de carga y mayor radio de combate, además de la integración de sensores y sistemas electrónicos de última generación. Aunque esta opción pueda parecer ideal para muchos, tiene también sus puntos débiles. Los más evidentes son el elevado precio y un largo historial de fallos técnicos que muchos consideran inadmisibles para un caza tan caro.

El Ministerio de Defensa de España aseveró, sobre este punto concreto, que "realizará un análisis exhaustivo de los riesgos de cada una de las opciones posibles" cuando comience la fase de estudio de alternativas para la compra. A juicio del profesor titular de ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid, no obstante, es poco probable que la actitud de España se vea modificada por el accidente mencionado. Pero, antes de tomar la decisión, el país se mantendrá a la espera de acontecimientos, como por ejemplo la entrada en servicio del caza en los Ejércitos de otras naciones, el cambio de ciclo económico, cuestiones políticas internas, etc. "Todavía es muy pronto para conocer las causas del accidente y, por tanto, para predecir sus consecuencias. Lo cierto es que, con independencia de cuál haya sido la razón de fondo, la actitud de España ante este proyecto ha sido siempre la de mantener una prudente espera", indicó José Luis Hernando Díaz.

Fuera del alcance presupuestario
España no toma parte en el programa Joint Strike Fighter, es decir, ninguna de sus empresas participa en el proceso de producción. En otras palabras, el país no es un 'socio' de pleno derecho del programa. Es decir, un caza F-35B probablemente va a costarle más dinero a España que, por ejemplo, al Reino Unido o Italia. De acuerdo con diferentes informes, el coste por unidad del F-35B superaría los 100 millones de dólares. Para el Ministerio de Defensa, la prioridad es, según sus propias palabras, un equilibrio en toda la política de obtención de recursos. "Una de las premisas para cualquier futuro sistema de armas es que cumpla con los requisitos operativos, lo que inevitablemente obliga a la incorporación de elementos tecnológicamente muy evolucionados. Sin embargo, una vez que se determinan los sistemas que cumplen los requisitos, se analizan otros factores como los industriales, el coste del ciclo de vida y otros", explicó el Ministerio de Defensa español a Sputnik. 


El organismo afirma estar determinado a analizar y valorar todos los factores, incluidos los operativos, tecnológicos, industriales y económicos. El profesor universitario, por su parte, cree que una de las opciones sería la compra de entre 10 y 12 de unidades. Sin embargo, según matiza, esto exigiría un esfuerzo presupuestario que implicaría un compromiso de gasto a muy largo plazo, además de que fuera colocado como algo prioritario dentro de las adquisiciones de las Fuerzas Armadas, y de tener que asumir la renuncia a cubrir otras necesidades. "Se ha mencionado una posible compra conjunta con la versión A [del F-35] para el Ejército del Aire, y/o una posible operación combinada de estos aviones con la Armada, sin que a mi juicio tenga ningún efecto operativo realista, más allá de consideraciones contables o presupuestarias", añadió.

¿Alternativa a los F-35B?
En este momento, Hernando Díaz no contempla ninguna otra alternativa a la adquisición de los F-35B porque es la única opción realista a corto, a lo sumo medio plazo, para sustituir a los Harrier, al menos para operar desde buques de relativamente pequeño tamaño que estaban diseñados para aquel, como el Juan Carlos I de la Armada española. "Ninguna otra solución alternativa tiene sentido que no sea la de su adquisición para operar desde estos buques, todos dotados de trampolín o 'ski-jump'", argumentó el experto.

"Buscar una alternativa a este avión en un nuevo diseño exigiría tales compromisos en los nuevos proyectos europeos que están ahora surgiendo de forma incipiente, que me parece definitivamente algo más que improbable", agregó. Una de estas vagas opciones sería el proyecto conjunto de Francia y Alemania del caza de sexta generación europeo, el FCAS. La pregunta que por ahora queda sin respuesta es si se creará una versión V/STOL de esta aeronave para que sea capaz de aterrizar a bordo del Juan Carlos I. El problema principal de esta opción tiene que ver con los plazos. El FCAS franco-alemán hará su primer vuelo de prueba solo en 2025, mientras que se estima que entrará en servicio solo en 2040, una década después de la fecha de vencimiento de los Harrier. El propio Ministerio de Defensa de España no descarta ninguna posibilidad por el momento. "El proceso de planeamiento y obtención está en sus inicios y, 'a priori', no se puede descartar ninguna opción, entre las que estará sin duda el caza europeo FCAS, a sabiendas de que el proceso será de larga duración", apuntó el organismo militar a Sputnik.

Además, se vislumbran alternativas incluso peores, como comprar un caza del mismo nivel que los Harrier, un avión de cuarta generación, pero nuevo. Sin embargo, esto haría que España quedase por detrás de las potencias mundiales y regionales en términos de capacidad para hacer frente a las amenazas contra el Estado. Cualquiera que sea la decisión de España, tendrá que tomarla pronto. Como ya ha sido mencionado antes, es posible que las Fuerzas Armadas del país se encuentren a un callejón sin salida en el futuro próximo, cuando el FCAS todavía no esté listo, mientras los Harrier quedan abocados al fin de su vida útil. Entonces, Madrid se enfrentará a dos opciones muy poco halagüeñas: quedarse sin cazas embarcados o gastar cantidades de dinero ingentes en los F-35B y rezar para que estos no fallen. (Jesús.R.G.)


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