La OTAN mira de frente a Rusia en el Ártico, la otra frontera de la nueva «guerra fría»
que libran Vladimir Putin y las potencias occidentales. Una escalada
militar que se acentuó tras la crisis de Ucrania (2014) y la
intervención rusa en Siria (2015). Aunque antes hubo dos advertencias de
Moscú: el ciberataque a Estonia (2007) y la guerra en Georgia (2008). Ahora el deshielo podría reavivar el interés de los países ribereños
del Ártico por establecer bases militares, nuevas rutas comerciales
marítimas y, claro está, por explotar sus recursos naturales (podría
albergar el 30 por ciento de las reservas mundiales de gas). Con estos mimbres, y al «socorro» de países aliados como Noruega,
Islandia y Dinamarca -y otros socios no miembros como Suecia o
Finlandia-, la OTAN desarrolla desde el pasado jueves y hasta el 7 de
noviembre sus mayores maniobras militares desde el fin de la Guerra
Fría: 50.000 efectivos, más de 10.000 vehículos militares, 250 aviones y
65 buques de guerra (entre ellos el portaaviones estadounidense Harry S. Truman).
El ejercicio se llama «Trident Juncture 18»
y en él también tiene un papel importante España, cuya participación es
destacable por el peso cualitativo de su despliegue: 1.800 militares,
seis cazas F-18 Hornet, tres carros de combate Leopardo 2E, nueve
vehículos blindados Pizarro, las fragatas Cristóbal Colón (F-105) y
Navarra (F-85), el buque de aprovisionamiento Cantabria (A-15) o misiles
antiaéreos Hawk. También se cuenta con un grupo de Inteligencia, otro de Apoyo
Logístico y otro de Transmisiones. Un despliegue inusual para un país
como España en unas maniobras internacionales. «El ejercicio se basa en un escenario defensivo del Artículo 5 de la
OTAN.
En una zona ficticia a la que acuden otros países desde el sur
para ayudar a ese país aliado que se ve atacado por una fuerza
extranjera», explica el teniente coronel Gabriel Villalonga,
jefe del grupo táctico mecanizado Lepanto de la Brigada «Guzmán el
Bueno» X, con base en Córdoba. Es el jefe de la principal unidad del
Ejército de Tierra desplegada en el centro de Noruega. «Hoy hemos llegado a -10°C. Por ahora estamos
viviendo en un camping, en casas de madera, en la localidad noruega de
Dallholen. A partir del martes ya empezaremos a estar desplegados y
descansando o bien en los vehículos o bien en tiendas de campaña»,
explicaba ayer por teléfono el teniente coronel Villalonga. Obviamente, el frío es uno de los principales desafíos para el
despliegue español. La preparación del vehículo (ruedas o cambios de
aceite) y el movimiento en la nieve son ahora las prioridades de la
adaptación del contingente terrestre español.
Efectivos del Regimiento de Cazadores de Montaña ‘Galicia’ 64″
Efectivos del Regimiento
de Cazadores de Montaña «Galicia» 64 ya se han adentrado en el «infierno
blanco» ártico para probar materiales. Son nuestros soldados sobre
esquíes. Otro de los problemas será el «white out» (o «fundido en blanco», el factor psicológico ante situaciones donde lo único que alcanza la vista es la niebla, la nieve o la oscuridad). En «Trident Juncture 18», el batallón mecanizado español irá
insertado en una brigada italiana que, junto a otra alemana y británica,
deberá jugar un rol decisivo en el contraataque de la OTAN ante la
amenaza extranjera. En Berkåk, cerca del fiordo de Trondheim, acabará el
día 7 la «guerra» del Ártico para los soldados del Ejército de Tierra.
El buque Cantabria, de la Armada Española, en el puerto de Trondheim
Uno de los 18 pilotos de cazas F-18 del Ejército del Aire desplazados a Noruega es el capitán Emiliano Delgado Hurtado.
Su base de operaciones está aún más al norte, en Bodø, dentro del
Círculo Polar Ártico. «Tendremos misiones coordinadas, con gran número
de aviones», explica. En total, 14 países despliegan aviones, entre
ellos estará presente el bombardero estadounidense B-1 Lancer. Sobre la posibilidad de tener algún problema con una aeronave de
Rusia o volar cerca de la frontera rusa, el capitán Delgado Hurtado
explica que «las zonas están muy limitadas, con un escenario ficticio
sobre agua y sobre tierra». No hay margen al error, de otro modo, el
ejercicio ficticio podría convertirse en real. ¿Qué hace España en Noruega?
«Esto es la OTAN. Cuando un aliado pide ayuda, el resto acude al
rescate. “Trident Juncture” es una prueba de solidaridad entre los
aliados », sentencian desde el Ejército del Aire. (Jesús.R.G.)
Fuente: http://abcblogs.abc.es/
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