Eurofighter españoles en el ejercicio de guerra aérea más exigente del mundo.

Eurofighter españoles en la base aérea de Lajes en las islas Azores

Los cazas de combate Eurofighter del Ejército del Aire tienen por delante una exigente prueba en Estados Unidos. Ocho de estos aviones ya se encuentra en la base aérea de Nellis, cerca de Las Vegas, en el estado de Nevada, para participar entre el 9 y el 20 de marzo el ejercicio de combate aéreo más complejo y exigente del mundo, y también, el más realista. 

Conocido como “Red Flag”, es un ejercicio organizado por la Fuerza Aérea estadounidense (USAF) con varias ediciones cada año, en las que es frecuente la presencia de aeronaves de países aliados. El escenario es dificilmente mejorable. Situada al norte de la meca del juego, la base de Nellis es una de las más grandes del mundo. Las aeronaves se entrenarán en el cercano “Nevada Test and Training Range”, un inmenso campo de tiro y de maniobras que ofrece unos 40.000 kilómetros cuadrados de espacio aéreo y más de 12.000 kilómetros cuadrados de suelo restringido. Aquí, en pleno desierto de Mojave, los aviones estadounidenses dejan caer cada año más del 75% por ciento de toda la munición que utilizan en sus maniobras programadas. 

La USAF no escatima en gastos para dotar al ejercicio del mayor realismo posible. La principal novedad, respecto a otras actividades de este tipo, es la presencia una fuerza aérea enemiga simulada, los conocidos como “Agressors”, que planta cara literalmente a los aviones de combate que participan en las misiones de entrenamiento. En tierra, el campo de batalla ficticio cuenta con todo lujo de detalles. Esta zona del desierto está salpicada de sistemas de defensa antiaérea, que los cazas tienen que esquivar, y objetivos de todo tipo, que son abatidos en cuestión de segundos con armamento real. Las misiones planeadas son muy diversas; desde operaciones de ataque a posiciones terrestres que implican el lanzamiento de misiles de precisión guiados, hasta combate en el aire entre dos fuerzas, pasando por la integración de aviones de varios países para mejorar la interoperabilidad entre fuerzas aliadas. 

El “Red Flag” también permite competir con algunos de los cazas de combate más modernos del mundo y comparar la respuesta de diferentes modelos ante una misma situación. En esta edición también participan otros dos países europeos: Alemania, con cazas Eurofighter y Tornado, e Italia, con Eurofighter, F-35 y un avión de vigilancia aérea. Por su parte, Estados Unidos ha reunido en el sur de Nevada una imponente fuerza aérea compuesta por aviones de combate F-35, F-16 y F-18, bombarderos B-52, drones “Predator” y aviones de transporte, vigilancia y reabastecimiento en vuelo, además de varios modelos de helicópteros. Junto con los Eurofighter españoles, el Ejército del Aire ha desplazado un destacamento de unos 200 militares compuesto por pilotos, mecánicos y armeros de las bases de Albacete (Ala 14) y Morón de la Frontera (Ala 11). 

También ha viajado personal especializado en el montaje del armamento real que se emplea en el ejercicio, una unidad médica y un equipo responsable de la seguridad de la agrupación. El traslado de este grupo aéreo expedicionario ha sido posible gracias al apoyo de los modernos aviones de transporte A400M del Ala 31 y los A310 del 45 Grupo de Fuerzas Aéreas. No es la primera vez que España acude a este ejercicio. La primera participación se remonta a 1994. Entonces, estuvieron presentes los F-18. El estreno de los Eurofighter se produjo hace tres años, en 2017. Desde el Ejército del Aire destacan que este ejercicio representa “una oportunidad de adiestramiento única, que incidirá positivamente en la evolución operativa de las unidades, permitiendo la adaptación y mejora de su capacidad de combate y, en definitiva, de su eficacia en el cumplimiento de sus misiones”. 

Más de 9.000 kilómetros hasta Las Vegas
Los cazas españoles aterrizaron el pasado miércoles 4 de marzo en la base de Nellis, con la silueta de los casinos de Las Vegas de fondo, después de recorrer más de 9.000 kilómetros en cinco días, en su mayoría, sobre las aguas del océano Atlántico. El “salto” entre las bases de Morón de la Frontera (Sevilla) y Nellis fue planeado durante meses al milímetro por el Ejército del Aire para que nada fallara. Los Eurofighter despegaron el 29 de febrero de Morón, efectuando una primera escala en la base aérea de Lajes en las islas Azores (Portugal). 

Tras este parón, la expedición partió de nuevo rumbo a la base de la Fuerza Aérea estadounidense en Dover (Delaware), en la costa este de los Estados Unidos. En la travesía del Atlántico, los cazas españoles, equipados con depósitos externos de combustible para aumentar su autonomía, estuvieron apoyados por un avión de reabastecimiento en vuelo MRTT de la Fuerza Aérea británica, la famosa RAF. Después de otro merecido descanso, los aviones de combate atravesaron de este a oeste Estados Unidos, antes de posar sus ruedas sobre la pista de la base de Nellis. En este tipo de operaciones todo está pensado, incluso un hipotético rescate en medio del océano. 

Por ello, en el dispositivo también participaron dos aviones del Ejército del Aire, un P-3 Orion y un CN-235, responsables de dar apoyo ante una posible emergencia en la mar. A bordo, un equipo de rescatadores paracaidistas de las fuerzas especiales del Ejército del Aire, el Ezapac, listos para intervenir en caso de caída de alguno de los aviones de combate para buscar y rescatar al piloto lo antes posible. Detrás de este despliegue hay muchas horas de preparación. Los Eurofighter han efectuado en los últimos meses ejercicios de tiro aire-tierra en las Bardenas Reales (Navarra) y los pilotos han formado parte además de un ejercicio de búsqueda y salvamento en combate en la mar con los convertiplanos V-22 Osprey del Cuerpo de Marines estadounidenses destacados en Morón. 

Guerra de Vietnam 
El “Red Flag” y sus diferentes versiones -"Green Flag", “Coalition Flag” o “Red Flag Alaska”- surgen después de la guerra de Vietnam. En este traumático conflicto para Estados Unidos, la USAF comprobó que los pilotos de combate que lograban sobrevivir a las diez primeras misiones en un escenario real, aumentaban de forma considerable su probabilidad de supervivencia durante todo el conflicto y su eficacia en operaciones de combate. 

El gran problema es que no existía un escenario donde curtir a los pilotos, sin exponerlos al combate real. Para resolver esta cuestión, la USAF construyó el polígono de entrenamiento próximo a la base de Nellis. Los primeros resultados se pudieron ver a principios de los años 90 en la guerra del Golfo, donde la aviación aliada intervino con éxito con un porcentaje de pérdidas muy bajo.

Fuente: https://www.larazon.es/

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