A mediados del mes de abril, el primero de los cuatro submarinos de la
serie S-80, el denominado Isaac Peral se pondrá a flote. Aunque ni desde
Defensa ni desde Navantia han dado una fecha exacta, algunos ya han
marcado en rojo la del jueves 15 de abril, como un momento clave en la
historia de la Armada española que irá acompañada, ineludiblemente con
la del astillero cartagenero, que es donde se están fabricando los
cuatro nuevos sumergibles. Recordemos
que las fechas han ido cambiando motivadas por la pandemia. Los
retrasos han supuesto, por tanto, que la Armada no pueda tener
disponible la primera unidad hasta febrero del año 2023.
El resto de
submarinos tienen programadas sus fechas de entrega para diciembre 2024
(S-82), octubre 2026 (S-83) y febrero 2028 (S-84). Tras
la puesta a flote el próximo mes del Isaac Peral, se harán pruebas en
el puerto y también en el mar al menos durante un año. Ochenta días de
navegación en el mar es un paso ineludible para comprobar que los
sistemas y los equipos instalados en el S-81 marchan a la perfección. En
noviembre se llevaron a cabo los controles y pruebas necesarios para la
puesta en tensión del submarino S81 Isaac Peral superando así su primer
hito de seguridad. La puesta en tensión constituye el primer momento en
que se energiza eléctricamente el buque.
El sistema de propulsión AIP tendrá que esperar
Uno
de los grandes atractivos de esta serie S-80 es el sistema de
propulsión AIP. Los submarinos convencionales requieren realizar
operaciones de snorkel diarias para recargar sus baterías con motores
diésel, lo que les hace vulnerables a la detección y ataque. El Sistema
AIP minimizará esta indiscreción al recargar las baterías del submarino
en inmersión con una pila de combustible, que emplea hidrógeno producido
mediante procesado de bioetanol y oxígeno para generar energía
eléctrica, permitiendo navegar al submarino semanas sin salir a
superficie.
No
obstante, el primer submarino que dispondrá de este sistema operativo
será el S-83, Cosme García, donde se embarcará en julio de 2021. Los
submarinos S-81 y S-82 serán reacondicionados en su primera gran
inmovilización para dotarlos de este sistema. La
evolución y la construcción de los sumergibles supone situar a España
situarse en el 'top ten' de países capaces de construir armas submarinas
de este calibre. "España vuelve a jugar en una categoría superior de la
guerra naval submarina", indicaba el capitán de navío Alejandro Cuerda
meses atrás. Además, la posibilidad de contar con una nueva flota de
submarinos ayuda al país de nuevo a recuperar la superioridad en el mar
en algunas zonas, como en el mediterráneo sur.
La
serie S80 se articula en una plataforma y un sistema de combate con un
alto grado de componente nacional. Junto a Navantia, figuran como
subcontratistas empresas españolas como Indra, Saes, Sainsel, Gamesa,
Abengoa, Navantia Sistemas, Inmapa y Tecnobit, entre otros. La
construcción de los cuatro submarinos supone, como mínimo, unos 8
millones de horas directas para Navantia (el trabajo de 500 personas
durante 11 años) y 9 millones de horas en la industria auxiliar. El
astilero invertirá 1.250.000 horas/hombre de ingeniería. Todo esto
propicia 2.350 empleos, de los que 500 son directos, 570 indirectos y
1.280 inducidos.
Fuente: https://murciaplaza.com/
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