Navantia pone a flote el S-71 en Cartagena para la última fase de la extensión de su ciclo de vida.

 
Casi cuatro años después de que el submarino S-71 'Galerna' entrara en el astillero de Navantia para ser sometido a la última revisión completa o gran carena, el sumergible fue puesto a flote este viernes. Es el paso previo para comenzar las pruebas en el puerto, en el muelle de Reparaciones, y, posteriormente, en el mar, para comprobar si está preparado para volver a manos de la Armada. Tras ello, regresará para seguir en servicio hasta 2028, que es cuando está previsto botar la cuarta unidad de la Clase S-80. La maniobra comenzó sobre la una de la tarde y se alargó tres horas. Defensa destinó 43,26 millones de euros a esas obras para alargar el periodo de vida del barco, ante el retraso del programa S-80. 
 
En ellas han tomado parte desde finales de 2017 unos 300 operarios tanto de plantilla de Navantia como de empresas auxiliares. El S-71, en servicio desde 1983 y que tenía una vida útil programada inicialmente hasta 2018, fue sometido a una quinta modernización para que la Armada pueda contar con un segundo submarino totalmente renovado, actualizado y operativo durante los próximos cinco años. El 'Galerna' se unirá a principios del 2022 al 'Tramontana' (S-74), que ahora afronta en solitario las misiones de patrulla encomendadas por el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, así como los compromisos de la OTAN, desde hace casi dos años. Anteriormente fueron dados de baja el 'Mistral' (S-73) y el S-72 'Siroco', que ya está siendo desguazado en Escombreras. 
 
Inspección minuciosa 
Además de desmontar, revisar y volver a montar los más de 15.000 elementos que incorpora el submarino, Navantia ha efectuado una inspección minuciosa del casco resistente y de los elementos estructurales no desmontables, «cumpliendo una serie de requisitos extremadamente exigentes», explicaron desde el astillero. Esto ha dado lugar a un mayor número de reparaciones en el acero del casco. 

 
Ha sido llevado a cabo un control exhaustivo en toda la estructura y sus espesores; han sido desmontados, inspeccionados y vuelto a montar los tanques de regulaciones (algo que no se había hecho desde la construcción); y desinstalado, probado en taller y montado de nuevo a bordo los cuatro tubos lanzatorpedos. Todo ello, añadieron las mismas fuentes, sujeto al cumplimiento de las normas de calidad Pecal 21, un requisito que exige la OTAN. Ya con el submarino a flote, comenzarán las pruebas correspondientes al arranque de los grupos diésel y de amarras. Será comprobado el funcionamiento de la planta hidráulica y de la de producción y distribución de energía eléctrica. El objetivo es comenzar las pruebas de mar durante el mes de enero de 2022. En los trabajos participarán una media de 200 profesionales, entre trabajadores de Navantia y de la industria colaboradora.  
 
Fuente: https://www.laverdad.es/
 
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