Las armas del futuro que quiere el Ejército español.


El objetivo es «aprovechar las tecnologías desarrolladas en el ámbito civil que puedan ser de aplicación en proyectos de interés para el Ministerio de Defensa». Con esta premisa, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) convocó el pasado verano un proceso de selección de proyectos de I+D susceptibles de ser incluidos en el ámbito del Programa de Cooperación en Investigación Científica y Desarrollo en Tecnologías Estratégicas (COINCIDENTE) y «que satisfagan una necesidad real o potencial» de las Fuerzas Armadas.

Son ocho los programas en los que los dos Ejércitos y la Armada han puesto más interés en esta edición, entre los que destacan las armas láser, las municiones guiadas o los drones submarinos antiminas. Armas casi del futuro ya existentes en otros Ejércitos y con las que España no sólo no quiere quedarse atrás, sino también impulsar la industria nacional para no comprarlas fuera. Pero no son los únicos programas que interesan y hay otros que se han quedado fuera «por las posibilidades de financiación», tal y como asegura el teniente coronel Juan Manuel González del Campo, jefe de la Unidad de Prospectiva y Estrategia Tecnológica de la DGAM. Según explica, «teníamos una lista de 15 tecnologías en las que estábamos muy interesados, pero tuvimos que reducirla». Y entre ellas estaban «la realidad aumentada o nuevos sensores de estrés o de olfato para explosivos», añade.

Su deseo sería que estas convocatorias fuesen anuales, aunque para ello es necesario un presupuesto estable. De esta forma se daría ese importante impulso a la industria nacional civil, pues «con sólo un pequeño empujón pueden ser de aplicación militar». Y es que, tal y como explica el teniente coronel, «ahora la tecnología civil va más adelantada, aunque los requisitos militares son más exigentes y estrictos, sobre todo en el ámbito de las comunicaciones». Y esas tecnologías las buscan en las universidades o centros de investigación, en pequeñas y medianas empresas y en grandes compañías. De hecho, el Ministerio de Defensa financiará parte de los programas seleccionados: hasta en un 80 por ciento en el caso de los centros universitarios y personas físicas; el 60 por ciento en el caso de Pymes y hasta el 30 por ciento si se trata de programas desarrollados por grandes empresas. Como máximo, Defensa aportará a cada proyecto unos 500.000 euros.

Estas son las ocho tecnologías que han despertado el interés de las Fuerzas Armadas:
1. ARMAS DE ENERGÍA DIRIGIDA MEDIANTE LÁSER DE ALTA POTENCIA
Las armas del futuro que quiere el Ejército español

Se trata de una tecnología muy versátil dirigida a la neutralización de drones o para abatir cualquier tipo de objetivo gracias a un rayo de fotones invisible que se dispara a la velocidad de la luz. Entre sus ventajas está la precisión del apuntamiento, para minimizar los daños colaterales, o la reducción de la huella logística respecto a la munición convencional. González reconoce que «ya hay aliados que cuentan con ella y nosotros no tenemos nada, porque nuestra base tecnológica es muy baja en este tema».
Son «sistemas con un enorme potencial cuyo uso podría generalizarse a largo plazo», por lo que también buscan impulsar esta tecnología a nivel nacional. Como ejemplo, cita el cañón láser (LaWS) desarrollado por la Armada de Estados Unidos y que ya opera con éxito en una fragata.

2. TECNOLOGíAS APLICABLES AL GUIADO DE MUNICIONES
Los Ejércitos buscan cada vez más precisión. Y es que, la munición convencional no guiada «no es apta para algunos escenarios debido al elevado riesgo de daños colaterales, tanto en las unidades propias como en terceras partes no combatientes», afirma la DGAM, que tiene claro que «la convencional acabará restringiéndose». Por ello, se buscan municiones con sistemas de navegación y guiado para posicionar y localizar el objetivo. En este punto, el teniente coronel reconoce que «en España tenemos muy buena munición, pero compramos los sistemas de guiado fuera». En la actualidad, sólo los helicópteros «Tigre» del Ejército de Tierra cuentan con cohetes de 70 mm guiados, pero con este proyecto se quiere abarcar toda la tipología de munición, salvo los misiles, destaca González. Y, sobre todo, contar con «un proyecto nacional de munición inteligente para lograr la independencia tecnológica» en este ámbito.

3. ROBÓTICA APLICADA A MISIONES MILITARES
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El proyecto se centra en sistemas tripulados remotamente: terrestres (UGV), navales de superficie (USV) y submarinos (UUV). Hay interés por avanzar en estos sistemas por su seguridad, prestaciones y versatilidad. Por ello, se buscan varias tecnologías. Por un lado, se quiere convertir las plataformas tripuladas existentes en remotas y dar con una solución aplicable a un convoy de vehículos que funcione de forma sincronizada y que pueda combinar vehículos tripulados y no tripulados. 

La intención es, con la mente puesta en los vehículos sin conductor, proteger al combatiente, sobre todo en las misiones de aprovisionamiento logístico, «que es cuando realmente te expones», explica González. O para análisis de zonas contaminadas. Junto a esto, también hay interés en mejorar los sistemas terrestres, las capacidades antiminas de los robots submarinos o desarrollar tecnologías destinadas a drones navales de superficie para vigilancia y defensa de zonas costeras.

4. DETECCIÓN Y NEUTRALIZACIÓN DE EXPLOSIVOS IMPROVISADOS EN ENTORNOS TERRESTRES Y NAVALES
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Si bien las Fuerzas Armadas reconocen los avances en detección de artefactos explosivos improvisados (IED), hacen hincapié en que estos sistemas de detección anticipada no ofrecen la madurez necesaria. En este punto, hacen referencia a los explosivos improvisados acuáticos (WBIED), esto es, vehículos marinos de superficie con cargas explosivas contra buques o zonas portuarias.
Por ello, Defensa quiere mejorar las capacidades de detección de IED terrestres con sistemas más pequeños o que puedan instalarse en drones. Pero también en el medio marino para, por ejemplo, proteger un buque o un puerto. Sería un vehículo autónomo que patrullase de forma automática e identificase una intrusión o un explosivo. Por último, hay interés en tecnologías de inhibición personal portátil para neutralizar artefactos activados remotamente.

5. MEJORA DE LOS SISTEMAS DE PROTECCIÓN PASIVA DEL COMBATIENTE Y de LAS PLATAFORMAS MILITARES
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Para dotar a los efectivos y sus vehículos de mayor protección, se buscan materiales para obtener nuevos blindajes que aumenten la resistencia a impactos y explosiones. También hay interés en que, sin aumentar el peso o perder ergonomía, se desarrollen nuevos materiales para los chalecos. El teniente coronel explica que «hay materiales como fibra de vidrio, de carbono o grafeno que con unas aleaciones sí que aligeran el peso, mejorando o manteniendo los efectos de protección».

6. ALERTA Y PROTECCIÓN FRENTE A AMENAZAS NRBQ
El objetivo es detectar a distancia y en tiempo real nubes de agentes químicos, biológicos o radiológicos. La DGAM ve «primordial» conseguir sistemas que permitan vigilar, reconocer y monitorizar grandes áreas contaminadas, pero a día de hoy no existen soluciones adecuadas. Los militares demandan materiales más seguros y ergonómicos para los equipos individuales, pues los actuales son pesados y no transpiran. Y avisa: Hay margen de mejora.

Se buscan tecnologías para detectar a distancia aerosoles biológicos para proteger infraestructuras o equipos móviles para determinadas zonas. El área de detección deseable es de cientos de metros. También hay interés en desarrollar redes de sensores inalámbricos, pequeños, desechables, conectados y que consuman poco para vigilar y monitorizar zonas contaminadas. Lo preferible es que puedan ser lanzados desde drones para no exponer al personal. Por último, incluyen trajes de protección NRBQ de última generación, con nuevas funcionalidades como detección, alerta y autodescontaminación.

7. SOLUCIONES INNOVADORAS EN CIBERDEFENSA
La idea es aprovechar los avances en ciberseguridad relativos a detección, protección, recuperación y resiliencia frente a un ataque. Y la DGAM centra su interés en la protección de dispositivos móviles frente a la guerra electrónica o ciberamenazas y en sistemas que detecten por adelantado patrones de ataque para reducir los daños en los sistemas. Además, se quiere avanzar en la simulación de un entorno combinado de operaciones militares y cibernéticas.

8. SISTEMAS INTELIGENTES DE ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
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Se quieren aplicar los últimos avances en inteligencia artificial, big data, análisis de información y representaciones visuales a problemas militares. Por un lado, para inteligencia y mando y control, para tomar una decisión a tiempo. Por otro, para mantenimiento predictivo, sensorizando vehículos y plataformas. El objetivo es desarrollar proyectos para analizar fuentes abiertas y explotar automáticamente grandes volúmenes de datos de sensores.


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